miércoles, 27 de noviembre de 2024

Cobijo

F.G. Cobijo. 2024.

Este cobijo, de apariencia compacta y volátil constitución, es el resultado del encuentro de dos hermosas piezas muy diferentes: un trozo de chapa de cobre sobrante de un mantel que dediqué a los jugadores de cartas de Cezanne y el fragmento de una tubería galvanizada encontrada en un paseo cerca de la presa de Castroviejo. Los contrastes de
color, temperatura y dibujo los fueron atrayendo paulatinamente en el estudio, y en su ensamblaje final el corte del soplete y las irisaciones generadas por el fuego sostienen a las estrías verticales del tejado con la verosimilitud y solvencia que concedemos a muchas tipologías tradicionales, del tipo de pallozas, chozos, graneros y cabañas de medio mundo.
Pero su estabilidad es escasa porque carece de arraigo, como los materiales que lo conforman: solo un delgado hilo de cobre los estabiliza precariamente. Poca cosa, aunque suficiente para dar a sus ocupantes protección y amparo frente a las inclemencias externas mientras dura la noche, hasta que amaine el temporal.


(Lo puedes ver en la Casa de la Imagen, de Logroño, hasta el 20 de diciembre, dentro de mi exposición luz y sombras)

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