jueves, 21 de noviembre de 2024

Bosquecillo

F.G. Bosquecillo de la crestería, en la Casa de la imagen. 2024.
Caminar dentro de un bosque es un ejercicio sensorial de lo más completo y placentero, entre otras cosas por la cambiante riqueza de luz y sombras que allí se generan, tan llenas de matices y dinamismo. 
F.G. Bosquecillo de la crestería. Fragmento. 2024.
Es tan hermoso como acercarse a su perímetro, percibiendo la más o menos irregular masa arbórea recortada en el panorama horizontal coronado por el cielo. Como si de una catedral gótica se tratara.
F.G. Bosquecillo de la crestería. Fragmento. 2024.
Esa sensación es la que inspiró este bosquecillo, construido a partir de cortezas y astillas desbastadas de troncos de acacia, almendro, cerezo y otras especies mediterráneas. Material desechable, sin otro valor que servir de acelerador de fuegos domésticos, pero también lleno de color, de texturas, de formas caprichosas.
F.G. Cuaderno de luz y sombras. 2024.
Una vez seleccionados los fragmentos más o menos arbitrariamente, atendiendo a sus inciertas cualidades, y planteada su ordenada distribución, nada garantiza que a la hora de ensamblarlos para siempre la hechura final no cambie. Poco importará. El resultado será tan azaroso como el punto de partida. 
Igual de hermoso en su atractiva pobreza. 
F.G. Bosquecillo de la crestería. 2024.

(Lo puedes ver en la Casa de la Imagen, de Logroño, hasta el 20 de diciembre, dentro de mi exposición luz y sombras)

1 comentario:

  1. Qué importante es ser “acelerador de fuegos domésticos “.

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