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Joan Manuel Serrat en Logroño. 18.06.15. Foto de Frank Blurred. |
Hemos disfrutado en Logroño de dos horas de la gira mundial
con la que Joan Manuel Serrat está celebrando sus primeros cincuenta años sobre
los escenarios. Y las hemos vivido como se goza de un delicado patrimonio que
se siente a la vez como propio y común, con cariño, con atención, con cuidado
por su estado de conservación. Como quien recibe a un amigo querido,
inteligente y perspicaz que pasa de vez en cuando por aquí para contarnos sus
cosas, que, en buena medida, son también las nuestras. Lo extraordinario del caso es que algo así se siente
en cualquier lugar, en todas partes, más allá de las fronteras, y que afecta a muchos
de los que nos expresamos en castellano o en catalán.
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Serrat en 1965. Portada de disco diseñada por Jordi Fornas. |
Nos propuso de entrada “invertir una noche de nuestra vida”
compartiéndola con su música, y planteó la ceremonia como una “antología
desordenada” (aunque solo lo es en el nombre), para la que seleccionó su
repertorio más íntimamente sentido como propio pero sin desatender al más
popular, a los grandes éxitos que se han ido convirtiendo en himnos de
identificación -por consenso, como debe ser- para varias generaciones.
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Serrat en 1975. Fotografía de Colita. |
Siempre
ha sido un excelente narrador, y, además de lo que nos cantó, nos contó historias
llenas de sensibilidad y valor civil, que tienen que ver con la solidaridad y
la alegría de vivir, con el goce de lo cotidiano apurado como algo extraordinario.
Sabe, como pocos, despertar atención y generar interés expectante, y lo
aprovechó para hablarnos, entre otras cosas, del papel social de las canciones
(que en los mejores casos nos acompañan de la cuna a la tumba), de los niños
que viven y mueren en la calle, de las virtudes de la siesta y la utilidad práctica
del contradictorio refranero, de las excelencias de su profesión (en la que se
divierte, se siente realizado como persona, querido por un montón de gente y bien pagado), y de las cualidades salutíferas de la poesía de
Antonio Machado y de Miguel Hernández.
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Ray Ferrer, David Palau, Ricard Miralles, Joan Manuel Serrat, Kitflus y Vicente Climent en Logroño, el 18.06.15. Foto de Frank Blurred. |
A pesar de que el “imponente marco”, tan frío por su
desmesurada extensión y distancia, no propiciaba
la emotividad que facilita la proximidad de un teatro, Serrat venció todas las
dificultades y mantuvo en vilo al público sirviéndose de una impecable producción
(un sonido perfecto y una iluminación espectacular muy acertada) y, muy
especialmente, de un grupo de excelentes músicos al servicio de los brillantes
arreglos del maestro Ricard Miralles, que ha mantenido la sobriedad básica de
las canciones pero potenciando sus cualidades líricas a través de la imaginación que aportan intérpretes
tan aguerridos y versátiles como los que le acompañan. Los arreglos orquestales
creaban fondos sinfónicos tan eficaces y coloristas como poco ampulosos, arropando
perfectamente las necesidades del cantante y dejando abundantes espacios para
los virtuosos primeros planos de los solistas. Chocaron, por inauditos, algunos
cambios de tempo, y por allí sonó un sorprendente mariachi, un minué trotón y
unas cuantas aproximaciones a la música andaluza.
Seguramente no es el momento,
pero hay que aprovechar la oportunidad, aunque sea de paso, para señalar lo
bien que ha elegido siempre Serrat a sus arreglistas: pocas discografías
resultan en conjunto tan atemporales e incombustibles como la suya, por encima
de las modas pasajeras. Otro rasgo de genio, el saber rodearse de los mejores.
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Joan Manuel Serrat en Logroño. 18.06.15. Foto de Frank Blurred. |
Nuestro visitante demostró que está en buena forma, con las
lógicas marcas que nos va dejando la vida. Administró con tino su voz, con su
característico vibrato, modulando y ajustando (a la baja) el tono en algunas
ocasiones, pero con la misma capacidad de comunicar y emocionar que siempre.
Sigue siendo un maestro del movimiento escénico, con un amplio abanico de
recursos entre los que resultan especialmente simpáticos los guiños a la
comedia antigua y al cine mudo, y es admirable su facilidad para colocarse en
el centro de la broma, protagonizando sus humoradas sobre la vejez o aplicándose
los clichés que se atribuyen a sus paisanos.
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Joan Manuel Serrat en Logroño. 18.06.15. Foto de Frank Blurred. |
El concierto, tan bien planteado, resultó una gozada para el
público que llenó el auditorio, la mayor parte viejos conocidos que tienen
entre los mejores recuerdos de su educación sentimental algunas de sus
canciones y sus conciertos, pero también, afortunadamente, bastante gente joven
que aprendió ese prodigioso repertorio en el coche de sus padres, y unos
cuantos niños –dichosos ellos- que empiezan muy pronto y muy bien a cultivar
el amor por las buenas canciones.
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Joan Manuel Serrat en Logroño. 18.06.15. Foto de Frank Blurred. |
Hasta aquí la crónica de lo mucho que dio de sí la visita de
este amigo locuaz que, afortunadamente (y por eso lo hemos hecho amigo y lo
queremos tanto), suele tener razón y se da tan poca importancia. Gracias por
haber contado con nosotros y habernos hecho un hueco en tan sonada
conmemoración, y vuelve cuando quieras, porque estás en tu casa.
Ojalá sigas
haciendo camino durante mucho tiempo.
Joan Manuel Serrat
"Antología desordenada"
Riojaforum. Logroño
18 de junio de 2015