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lunes, 25 de noviembre de 2024

La carta del fotógrafo

F.G. La carta del fotógrafo. (Memoria, ojo, mano). Collage. 2024. Foto de Casa de la Imagen.

Cuando proyecto una exposición para un lugar que atesora tiempo y memoria me gusta preparar una obra específica, una "carta" relacionada con sus características simbólicas y materiales.

F.G. La carta del herrero (2019), expuesta en el Museo de Jaén. 2023.

En el caso de la ermita de Lomos de Orios "escribí" la Carta del herrero, y en la Casa Bernáldez, de Viniegra de Abajo, la Carta del jinete. En ambos casos eran obras móviles en las que distintos objetos encontrados en el lugar generaban, ayudados por el aire, sombras que se proyectaban sobre un lienzo de lino bordado, parte del ajuar doméstico.
F.G. La carta del jinete. 2020. EspacioArte VACA. Foto de Jesús R. Rocandio.

Para la exposición luz y sombras, en la Casa de la imagen, pensé enseguida en hacer una Carta del fotógrafo, y le pedí a Jesús R. Rocandio, mi atento anfitrión, que durante los meses de preparativos me guardara restos descartados de los papeles fotográficos utilizados en su laboratorio como soporte para el positivado de las copias. La cosecha fue riquísima, y muy diversa en cuanto a sus características: me hice con un buen surtido de componentes y acabados, brillantes y mates, lisos y rugosos, satinados y más o menos porosos, con distinto grosor y peso y una delicada paleta de tonalidades. Me pareció el material idóneo para escribir con luz un collage de tres pliegos y tratar de transmitir en ellos equilibrio y sentimiento. 

F.G. La Carta del fotógrafo. Memoria. 2024.
Tenía en mi estudio, proveniente de la extinta Planta Baja de mi amigo José Miguel León y aguardando su oportunidad, una vieja colección de collages de anatomía humana diseñados para las prácticas de estudiantes de medicina, y de entre ellos seleccioné, para incorporarlos a la carta, aquellos que diseccionaban los órganos más directamente relacionados con el arte del fotógrafo: el cerebro, el ojo y la mano. 
F.G. La carta del fotógrafo. Ojo. 2024.
Solo el día de la inauguración, a través de varios espectadores, supe que a esos atlas de anatomía se les llama en su mundo "belorcios", y creo que ese estudio pormenorizado de la realidad tiene bastante que ver con la actitud que guía al fotógrafo cuando se dispone a disparar sobre el trozo del mundo en el que ha puesto el ojo. 
F.G. La carta del fotógrafo. Mano. 2024.
Todo esto sucede justo enfrente de la iglesia de san Bartolomé, en cuya fachada un grupo de malandrines desuellan vivo al santo titular, haciéndole un "belorcio" de cuerpo entero. Muy fotogénico.

(Lo puedes ver en la Casa de la Imagen, de Logroño, hasta el 20 de diciembre, dentro de mi exposición luz y sombras)

jueves, 8 de agosto de 2024

Manantial

F.G. Manantial, (ensamblaje de objetos encontrados. 07.2019) en el acceso de Castroviejo Librero. 08.2024.

Manantial apareció en público en la ermita de Lomos de Orios en el otoño de 2019, como emblema (por así decirlo) de mi primera exposición, titulada ropavieja.

Cartel diseñado por Gabriel Santolaya.

Era un ensamblaje de dos objetos encontrados (una pieza desechada en la reforma de un cuarto de baño madrileño y una tupida malla de las usadas para facilitar el oreo de alacenas y despensas e impedir el paso a los insectos). 

Manantial en Lomos de Orios, con la delicada caligrafía de Pájaro.

Tan diferentes, tan hermosos, tan llenos de luz, tan hogareños y tan pasados de moda, enseguida cuajaron una buena relación sobre la mesa del taller, que se estabilizó una vez plegada la red a la medida de la boca de la jabonera; la estabilidad quedaba asegurada por la angulada trasera encastrable de la cerámica, que además permitiría colocarla sobre una superficie horizontal o sobre un abismo, adquiriendo en un caso la condición de agua mansa y en el otro la de cascada torrencial. Son las cosas que pasan con el agua, bien sabidas por quienes hemos padecido inundaciones y goteras.

Manantial en la galería La Lonja. 10.2021.

Dos años después formó parte de mi exposición lo que me mira, en la galería logroñesa La Lonja, y ahora reaparece como nueva para ocupar la refrescante vitrina veraniega de Castroviejo Librero, como entrega número cuarenta y ocho de mi exposición a la altura de los ojos y a pie de calle.

Como bien has supuesto, querido e improbable lector, el nombre de este ensamblaje es un guiño a la celebérrima fuente de Marcel Duchamp, con la que comparte su aseado origen balneario, aunque se observan entre ambas notables diferencias: la del maestro no renuncia a señalar a través de su firma a un autor (aunque sea apócrifo) y necesita de una peana que realce ante el espectador-usuario su imponente presencia, y en ese sentido podríamos decir que tiene bastante de monumento conmemorativo; por el contrario, Manantial brota anónima y libérrima, fresca, explosiva, frágil, vibrante, transparente, tan operativa a ras de suelo como en un alero. Siempre flexible y cambiante, en cada lugar es distinta y a cualquiera le transmite enseguida la sensación de espacio abierto y ventilado. 

Mientras la instalábamos en la vitrina se manifestó una posibilidad hasta ahora no contemplada, ligada al grito desesperado emitido por una crispada boca (los bocetos de Julio González para la Montserrat, o las versiones del grito de Munch, por ejemplo) o a través de una bocina amplificadora (tan frecuente en todo el arte de agitación, en el constructivismo soviético o en las dibujos de William Kentridge). Son las cosas del agua libre, que, como el arte, te lleva por donde quiere.


Dos libros singulares ocuparán durante el expandido ferragosto logroñés remanso tan placentero: el estupendo y más reciente poemario de Raúl Eguizabal, Sólo te lo diré una vez, con ilustraciones de Luis Mayo y editado con esmero de bibliófilo y de amigo por Estampa, y una renovada edición de La peinture chinoise, de Emmanuelle Lesbre y Liu Jianlong para Editions Hazan, que estudia y reproduce impecablemente más de trescientas obras en su mayoría inéditas, conservadas en China y procedentes de museos, institutos arqueológicos o santuarios religiosos inaccesibles al público. Ordenada por géneros (pintura religiosa, retratos, paisajes, animales, flores y pájaros, caligrafía, etc., supone "por su riqueza y originalidad, una verdadera suma que altera y renueva nuestra visión de la pintura china, con más de dos milenios de desarrollo e invención." Dos pozos sin fondo ideales para beber en ellos una y otra vez.
Nada más. Espero que sigáis los consejos de las autoridades sanitarias, y que no os deshidratéis. Para ello, nada como acudir frecuentemente a los manantiales y a las librerías.
Feliz verano.


viernes, 19 de enero de 2024

En el café

F.G. Hayedo portátil. Ensamblaje de objetos encontrados. 2019.

Aquel aroma le abrazó como lo hace un bosque.

lunes, 27 de noviembre de 2023

La carta del herrero

F.G. La carta del herrero. Lomos de Orios. Foto de Gabriel Santolaya. 2019.

La carta del herrero compareció en público en mi exposición ropavieja, en 2019, al cuidado del hospitalario Pájaro y en el espacio mágico que atiende con mano delicada e inspiración libérrima en la ermita de Lomos de Orios. Había nacido poco antes allí al lado, en el laberinto de su herrería, un gabinete de maravillas con un orden peculiar donde frecuentemente encuentras lo que no buscas pero que siempre es lo que realmente necesitas. 

F.G. ropavieja en Lomos de Orios. Al fondo, La carta del herrero. Foto de Gabriel Santolaya. 2019.

En casa del excelente calígrafo vi que el gesto de esos hierros (tan parecidos a los "soliferrum" encontrados en los yacimientos íberos) era perfecto en sí mismo, firme, preciso, expresivo, ambiguo, de una belleza indescifrable y con el desasosegante misterio de las paleografías sin traducción conocida.

F.G. La carta del jinete. EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo.
Foto de Jesús R. Rocandio. 2020. 

Esa carta tuvo su eco inmediato en la del jinete, que preparé para las horas de luzpresentada en 2020 en el EspacioArteVACA, de Viniegra de Abajo, utilizando el arsenal secular de la familia Bernáldez.

chapa y pintura. Fotografía de Carlos Tajuelo en el Museo de Jaén. 11.2023.

Y ahora reaparece en el Museo de Jaén como nueva, en la virtuosa compañía del tesoro de escultura ibérica del Cerrillo Blanco de Porcunaformando parte (la proa, precisamente) del proyecto "chapa y pintura".

Caligrafía íbera. Foto F.G.
Más allá de lo que define su marco etimológico como "escritura bella y correcta", la caligrafía de esta carta la componen hermosos elementos irregulares e irrepetibles, relacionados de manera dinámica y giratoria, -a veces caótica y ruidosa, según en qué condiciones se desplacen-, multiplicados por las sombras que generan y con capacidad de comunicación estética inmediata y universal, aunque libre de significado preciso.
La carta del herrero. Tres fotografías de F.G. 11.2023.
Esa capacidad de conexión abstracta la hace superar a cualquier alfabeto, naturalmente limitado a su ámbito de extensión cultural, y la acerca a la universalidad arbitraria del dibujo.

Ha sido una alegría (una más de las muchas provocadas por esta exposición) releer la carta del herrero en el viejo retablillo de sábanas, cañas y cuerdas que la sostienen y hacen posible, como algunas de las ceremonias culturales que aprendimos siendo niños y que nunca olvidaremos.



miércoles, 26 de julio de 2023

Los dolores y los días

F.G. La ración de dolor de cada día en el escaparate de Castroviejo Librero. 07.2023.
Para la entrega número treinta y siete de mi expansiva y expandida exposición a la altura de los ojos y a pie de calle, (ya sabes, en la vitrina de acceso a Castroviejo Librero, en los portales de la Plaza del Mercado, de Logroño), he elegido el ensamblaje La ración de dolor de cada día que hice para mi primera exposición, titulada “ropavieja”, en la ermita de Lomos de Orios, porque me sigue gustando tanto como entonces y puede ser oportuno en los tiempos que corren. 
F.G. La ración de dolor de cada día. Ensamblaje de objetos encontrados. 07.2019.
Cuando lo presenté en este blog acompañaban a las fotografías del objeto unos luminosos versículos del evangelio de Mateo (6:25-34), que habla de los agobios humanos por las miserias de la supervivencia y de la feliz despreocupación de los pájaros y las flores, para acabar con esta recomendación: Así que no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal." (¡Cómo se nota que escribía al dictado de un ángel! Así, cualquiera).
Caligrafía de Roberto Pajares Pájaro en la exposición "ropavieja", en Lomos de Orios. 10.2019.
Bien sabemos que a veces padecemos más de uno, por acumulación o por coincidencia, y demasiado a menudo resultan insoportables. Los afanes y el dolor ligado a ellos no nos han de faltar. Otra cosa es “el día de mañana”, porque, como decía muy puesta en razón la abuela Marina, “no he visto yo ningún mañana”.
Utilicé para componer este “relicario” un celemín, antiquísima medida de capacidad para áridos (especialmente cereales), cargada hasta los topes de las espinas de un cactus de los llamados de “cabeza de obispo” que seguramente había muerto por exceso de (malos) cuidados y demasiado riego.
Aparentemente inerte, al recuperarlo para esta exposición compruebo sorprendido que el objeto ha cambiado porque las agresivas espinas se han ido lignificando y paulatinamente se van haciendo más negras, como las penas hondas, y mermando de volumen, con lo que andan más holgadas, quizá en el camino correcto para llegar a demostrar que no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Iremos viendo lo que nos deparan el azar y, sobre todo, la necesidad.

Para acompañar a esta postrimería he recurrido a tres hermosos libros que nos harán más llevadero y más consciente nuestro devenir por este valle de lágrimas: el titulado Primavera silenciosa, de la bióloga marina y zoóloga Rachel Carson, que trata sobre el proceso de contaminación de la Tierra y que está en el origen de la aparición de los movimientos ecologistas; el libro gráfico antifémina, con textos de Mª Aurèlia Capmany y fotos de Colita, secuestrado y desaparecido en las prórroga del franquismo por su feminismo beligerante y reeditado ahora bajo la supervisión de la excelente fotógrafa; y la edición por ABADA de los escritos de Walter Benjamin sobre Charles Baudelaire, incluida la traducción de sus poemas. 
Aprovechad el tiempo y elegid vuestros propios afanes.
Salud.


lunes, 24 de octubre de 2022

Medicina preventiva

F.G. "Primeros auxilios" en el escaparate de Castroviejo Librero. 10.2022.
Cuando presenté estos Primeros auxilios colgados en una pared de la ermita de Lomos de Orios ya conté en miracomosuena mis intenciones:

No necesariamente a la vista pero siempre cerca, al alcance de la mano para atender las necesidades, las urgencias de cada momento. Los colores, y entre todos el azul, los azules, el más bello y luminoso de todos los azules. Los sonidos y sus fuentes, los naturales y los artificiales, el canto de los pájaros, la voz humana, la capacidad de crear, de imitar, de transformar la materia en fuente de placer y diversión. El agua, el mar como presencia latente, como posibilidad de movimiento; los ríos, con su capacidad de vida constantemente renovada. El amor, omnipresente, tan abundante como diverso. Las letras, las palabras, la posibilidad de conocimiento, de leer y de escribir, de aprender y transmitir, de contar, de inventar. Y más allá la vida, la propia y la de todos.
F.G. Primeros auxilios. Ensamblaje de objetos encontrados. 09.2019.
Ahora el ensamblaje se puede ver en la vitrina de Castroviejo Librero, en la plaza del Mercado de Logroño, dentro de mi inagotable exposición "a la altura de los ojos y a pie de calle", en su entrega vigésimo octava. Mantiene las pretensiones iniciales y aprovecha su amplio soporte horizontal para expandirse y que algunos de los bienes atesorados se desparramen copiosamente como si de un cuerno de la abundancia se tratara. 
F.G. Primeros auxilios. Ensamblaje de objetos encontrados. 09.2019.
El pequeño botiquín está muy bien acompañado por excelentes libros sobre Picasso y Barceló, y por El gabinete de las maravillas de Mr. Wilson escrito por Lawrence Weschler, medicinas idóneas para pasar buenos ratos, dar auxilio espiritual y curar de melancolías diversas. 
Se venden sin receta y a precios razonables.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Un mantel para los jugadores de cartas de Cezanne

F.G. Aspectos de Un mantel para los jugadores de cartas de Cezanne. 2021.
Desde siempre he tenido al cuadrito de los jugadores de cartas de Cezanne (la quinta versión de las que pintó, la más sencilla) entre mis preferidos. Igual que mucha otra gente. Una composición aparentemente elemental, equilibrada, regida por la geometría y construida en torno a una pequeña mesa cobriza, inclinada hacia adelante para conseguir un admirable efecto de perspectiva que la convierte en el centro de todo.
Paul Cezanne. Los jugadores de cartas. 1894.
Durante los buenos tiempos pasados en Lomos de Orios preparando la exposición ropavieja, mi amigo y anfitrión Roberto Pajares Pájaro me regaló un trocito de fina plancha de cobre que había sobrado de una reparación en la cubierta de su ermita. Enseguida la doblé recreando de memoria el tapete del admirable cuadro, y he guardado el retal plegado como un tesoro humilde que expuse dentro de las horas de luz en el EspacioArteVACA de Viniegra de Abajo como una maqueta de algo por venir.
F.G. Maqueta preparatoria para El mantel de Cezanne. Obra en marcha. 2019-2021.
Cuando Pepa Estebas y Carmelo Argáiz me propusieron exponer en La Lonja de Logroño pensé que había llegado el momento de llevar adelante el durmiente proyecto y le pregunté a Pájaro si me guiaría, como tantas otras veces, en la plasmación de la intuición deseada. La respuesta fue la previsible, porque no se puede decir que no a la posibilidad de hacer algo nuevo, completamente desconocido y con riesgo evidente. 

Así que buscamos nueve metros cuadrados de cobre en el momento en que se disparaban los precios, definimos un objeto con dimensiones ergonómicas de aproximadamente un metro cúbico y recurrí a referencias visuales de los pliegues de las esculturas en mármol y de las telas opulentas de las pinturas barrocas.

Fue un trabajo que nos ocupó durante siete meses y resultó muy exigente, complicadísimo, agotador, a menudo tóxico, a veces desolador, incierto hasta el final.
Pero la experiencia fue fantástica. El arduo proceso queda para nosotros y para los más cercanos, que lo padecieron y nos padecieron. La satisfacción de la incierta prueba todo lo compensa, y con creces.
Y ahí está la obra, un homenaje y un experimento, un cubo que es una plancha plegada y soldada de rigidez pétrea, un mantel que no necesita de una mesa porque es autoportante, de un hermoso color cobrizo cambiante, sujeto a las inclemencias que puedan venir de humedad, luz y temperatura variables, que por ahora mantiene cierto aire suntuario pero que, a buen seguro, acabará formando parte de la vida corriente de quien lo quiera acoger para utilizarlo a diario.
Como el mantel de Cezanne. 
F.G. Un mantel para los jugadores de cartas de Cezanne.
Foto de Gabriel Santolaya.

miércoles, 13 de enero de 2021

Vivir sin dibujar

F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.

"Dibujar es entender el mundo, dejar que la imaginación fluya y el tiempo se detenga. Es aprender la forma de las cosas, los tamaños y los colores; a contar objetos y narrar historias. Dibujando se adquiere la noción del espacio y, con ella, la orientación en el universo —la propia casa, el árbol, la casa de los otros, el pueblo entero, la tierra completa…—. Y el sol. Las estrellas. La familia. Los que no son la familia. Los demás. La comunidad y la diversidad en las comunidades. La empatía. Resolver conflictos pacíficamente, pues el dibujo es un modo innato de acercarse a los acontecimientos desde uno mismo y negociarlos con los otros.
F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.

El dibujo es el gran intermediador en la infancia, preparado para decir lo que, muy niños aún, no somos capaces de expresar con palabras. Luego, en los años postreros de la vida, dibujar pasa a ser una estrategia de fijar los recuerdos. Aún aprendo, titula Goya el emocionante dibujo del Álbum de Burdeos. Lo ejecuta apenas dos años antes de su muerte y muchos lo leen como un autorretrato. En él, un hombre de avanzada edad, sostenido por unos bastones, camina. Sigue recorriendo la existencia. El viejo Goya aún dibuja y usa el dibujo, también entonces, para seguir aprendiendo.
F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.
Porque el dibujo nos ofrece desde el principio las herramientas para iniciarnos en el arte de trazar, de calibrar, incluso de ponderar y analizar. Desde la visualidad —que se internaliza a través del dibujo— se libra la batalla más fascinante desde la cual es posible transformar las mentalidades. La visualidad posibilita reflexionar sobre los estereotipos de género o coloniales: frente a la nuestra, muy visual, hay otras culturas preeminentemente auditivas o táctiles y hasta incapaces de asimilar la bidimensionalidad, tan obvia entre nosotros.
F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.
Después, cuando empezamos a escribir, jugamos a dibujar nuestra primera letra, a controlar nuestro pulso más allá de los pulgares sobre el teclado. La caligrafía, como el latín o las matemáticas, forjan el desarrollo del individuo; contribuyen, igual que las artes integradas en el programa educativo como parte esencial, al progreso de los y las estudiantes, algo que, reforma educativa tras reforma educativa —y temo que esta seguirá idéntico destino—, sigue faltando a nuestro alumnado, incluso en la etapa universitaria: capacidad de análisis, sentido crítico y habilidades para el debate a partir la reflexión moderada.
F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.
Me comentan los colegas, desde la primaria a la universidad, que en la nueva enésima reforma sin consenso no se va a dibujar mucho, a pesar de las peticiones de numerosas plataformas de educadores, que aspiraban a reforzar lo que para algunos sigue siendo básico en la formación. Aunque, bien visto, no sé de qué me extraño: la educación artística, reforma tras reforma, ha sido tratada como “una maría”. Ahora la religión se sustituye por la tecnología —a menudo una nueva religión—. Al final, poco importa de dónde vengan los cambios. Volveremos a vivir sin dibujar."

Estrella de Diego. Vivir sin dibujar. Horario flexible. El País, 24.12.2020
F.G. Dibujo encontrado en Lomos de Orios. 08.2019.