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Eduardo Arroyo. Miguel de Cervantes Saavedra. 1997. |
“- Señora, donde hay música no
puede haber cosa mala.
- Tampoco donde hay luces y claridad
–respondió la duquesa.
A lo que replicó Sancho:
- Luz da el fuego, y claridad las hogueras, como lo vemos en las que nos cercan, y bien podría ser que nos abrasasen; pero la música siempre es indicio de regocijos y de fiestas."
(Quijote, II, 34)
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Orvalrochefort. Don Quijote y Sancho Panza. 2009. |
Se cumplen cuatrocientos años de la
muerte de Miguel de Cervantes, varón colmado de imperecederas
virtudes de todo tipo, entre las que estaba, -al decir de los
expertos y por limitarnos a lo que aquí nos concierne-, su gran amor
por la música, probado en las abundantes referencias y elogios que
en sus libros hace y en la estrecha amistad que mantuvo con
importantes compositores.
Romance del Marqués de Mantua.
Orphénica Lyra. José Miguel Moreno, director y guitarra.
Raquel Andueza (soprano) y Jordi
Domenech (contratenor)
Música en el Quijote. Glossa. 2005
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Cartel de la versión alemana de la película Don Quijote, de G.W. Pabst. 1933. |
Cuenta el musicólogo Emilio Moreno que
la obra de Cervantes está llena de músicos y de música, de
cantantes e instrumentistas -populares y cultos-, de danzas y de
canciones. Se escuchan voces entonadas y buenas de tiples,
contraltos, tenores y “contrabaxos”; voces encantadoras, de maravillosa y suave armonía; voces blandas y otras
raucas y ordinarias de catetos, chorizos y simples. Y en cuanto a los
instrumentos, aparecen laudes, vihuelas, guitarras moriscas y
cristianas, arpas, salterios, órganos, “clavicímbanos”, gaitas
zamoranas y zampoñas, flautas, “pífaros”, chirimías,
dulzainas, trompetas, cornetas y clarines, sacabuches, tambores,
atabales y tamborinos, “albogues”, castañuelas, sonajas,
panderos, cascabeles, cencerros, matracas y rabeles, lo que no hace
pequeña orquesta, llena de posibilidades en manos de tan gran
director.
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Eduardo Arroyo. Don Quijote. 1997. |
Algo de músico debía de tener Don
Quijote cuando pide que se le ponga a mano un laúd para consolar a
una doncella, cantando “con voz ronquilla, aunque entonada” un
romance que acaba de componer.
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Max. Página para la obra colectiva Lanza en astillero. 2005. |
Pero dejémoslo aquí, siguiendo la
sabia recomendación del maestro: ”Muchacho, no te metas en dibujos,(…),
sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos, que se suelen
quebrar de sutiles.”
(Quijote, II,26)