martes, 30 de septiembre de 2014

Grabación de campo


Fotograma de Field recording. 2011.

Dentro de la exposición Land Art para una nueva generación, organizada en Rotterdam por Showroom Mama, se presentó Grabación de campo, intervención mecánica de un tractor con arado de disco que iba generando una espiral excéntrica en una tierra de cultivo en barbecho. El resultado de la acción agro-audio-visual quedó registrado en un vídeo documental (que puedes ver, avispado lector, pulsando el enlace de arriba) y en un vinilo de 12 pulgadas.
La dimensión sonora de Field recording. 2011.
Ahí quedan, como espontáneos artistas invitados con sus breves cameos, las nubes y sus sombras, y el revoloteo de los pájaros que acudieron a disfrutar de la dimensión "gastronómica" de la acción.
Rodney Graham. Fotografía de la serie Flanders Trees. 1989-2001.
Cualquier motivo es bueno para salir al campo. Ha llegado el otoño.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Espacio y tiempo en la escultura de Félix Reyes


Félix Reyes. Las mujeres del mercado. (Detalle). 2014. Fotografías de F.G.
El Museo Pablo Gargallo, de Zaragoza, ha tenido el acierto de organizar una exposición de Félix J. Reyes, y ha optado por presentarla como una pequeña muestra antológica para la que ha seleccionado obras que, distribuidas en tres salas, abarcan un periodo creativo de cuarenta largos años de trabajo.
Algunas de las esculturas de Félix Reyes en la primera sala de su exposición en el Museo Gargallo.
La opción es especialmente adecuada por tratarse de un museo dedicado a un escultor y al estudio y difusión de la historia de la escultura, y contribuirá a ubicar a Reyes en el panorama del arte español de las últimas décadas como un creador personal, con una obra poderosa y variada atravesada por los elementos permanentes y singulares que definen un estilo propio.
Félix Reyes. Una vida. (Detalle). 2011.
Es admirable que a los 73 años un artista, libre ya del peso de la docencia y la academia, de la opinión ajena y del mercado, siga en plena efervescencia creativa afrontando sus proyectos más ambiciosos y complejos; que cultive su afán experimentador y sea tan generoso con sus seguidores, añadiendo obras nuevas en cada exposición; que esa evolución creativa y personal sirva para engrosar su propio imaginario artístico, dando mayor sentido y profundidad, desde una mirada retrospectiva, al conjunto de su trabajo.
Félix Reyes. Las mujeres del mercado. (Detalle). 2014.
En esta exposición Reyes sigue como siempre (y como todos los buenos escultores) porfiando en su particular “conquista del espacio”, lo que se aprecia perfectamente en la paulatina apertura hacia el exterior desde las iniciales piezas cerradas en sí mismas hasta las actuales en las que la obra se hace múltiple y diversa y se apodera del lugar que ocupa, cobrando su sentido pleno en la conversación con el espectador que deambula entre ella. 
Félix Reyes. Lugar de encuentro y Mi Barrio. (Detalle). 1997-2000.
Reyes sigue buceando en el pasado, en sus recuerdos, y para contarnos su memoria personal se sirve de todo lo aprendido, de toda su experiencia y vitalidad. En esta ocasión ha dado otro paso hacia atrás para completar la secuencia de su biografía (Las mujeres del mercado, 2014),
Félix Reyes. Las mujeres del mercado. 2014.
y se ha elevado para presentar en una preciosa maqueta el panorama de su muy personal “fe de vida”, algo así como el resumen de su provechoso paso por la tierra (Una vida, 2011).
Félix Reyes. Una vida. 2011.
Dos obras muy diferentes en intención y pretensiones, aunque coincidan en sofisticación y depuración formal, y en su capacidad evocadora.
Porque a la cualidad del oficio de escultor añade Reyes su indudable mérito como narrador, como contador de historias propias que en buena medida son historias universales, pero estilizadas a partir de lo visto y sentido por su ojo de artista y construidas con los recursos de sus manos: el tiempo dominado y transmitido a partir del vocabulario y estilo del narrador que se sirve de recursos plásticos y espaciales para que el espectador las sienta como propias y le conmuevan, le transmitan interés y emoción. 
Félix Reyes. El camino. 2014.
En esta exposición (en la que, a pesar de su acertada vocación antológica, la mayor parte de la obra y la más arriesgada corresponde a estos últimos tres años -lo que es una excelente noticia para cualquier creador-) se aprecia claramente que el indudable aspecto intelectual del trabajo de Félix J. Reyes siempre ha estado supeditado al interés por dar salida a su dimensión de artista vital, cargado de afectos, memoria y sentimiento. 
Félix Reyes. Solidaridad. (Detalle). 2005-07.
Quizá por eso su obra interpela a cualquier espectador directamente, y por eso interesa tanto a públicos tan variados.
Félix Reyes. Una vida. (Detalle). 2011.
Viendo su capacidad de riesgo y el brillo de los resultados obtenidos, cabe pensar que todavía hay mucha obra interesante por llegar, porque tiene mucha historia que contarnos. 
Quedamos, impacientes, a la espera.


Félix J. Reyes
Museo Pablo Gargallo.
Zaragoza.
Exposición abierta hasta el 11.01.2015.



Publicado en Rioja2 el 30.09.2014.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Nunca es tarde

Cartel del circo Forepaugh & Sells Brothers. Circa 1930.
A cualquier edad y con cualquier bagaje intelectual, con o sin condiciones auditivas o vocales, usted puede tocar un instrumento y hacer mucho ruido, solo o (mejor todavía) en compañía de otros.


Cartel del circo Barnum & Bailey. 1898. Nueva York.

Matrícula abierta. Flexibilidad horaria. Precios populares, con subvenciones y descuentos a pirómanos. 



Grupos reducidos. Barra libre. Especial atención a los hechos diferenciales. Satisfacción garantizada. 


 

















Desafine a conciencia, con o sin conocimiento, y sin pensar en las consecuencias, que es de muchas risas.


Hágase un virtuoso del raca-raca y no se preocupe, que casi nunca pasa nada.


jueves, 25 de septiembre de 2014

Reciclaje


Christian Marclay. Collage.
Parece ser que la batalla de las imágenes que protegen y envuelven (y acompañan, dan información y a veces explican) a los sonidos grabados está perdida definitivamente, salvo en el reducido ámbito de la nostalgia y la reedición. 
Por las estrategias de comercialización y distribución de las compañías que controlan el mercado de la música hemos perdido (y quizás para siempre) una posibilidad real de disfrute visual y táctil del sonido, con un ingente patrimonio acumulado a lo largo de décadas.
Christian Marclay. Collage.
A pesar de ello (o precisamente por eso mismo) proliferan las escaramuzas de los artistas francotiradores que reivindican las viejas carátulas como soporte creativo.
Christian Marclay. Collage.
Christian Marclay (un artista que explora en su trabajo las conexiones entre sonido, ruido, fotografía, vídeo y cine)  se sirve de esos obsoletos fetiches (algunos de ellos con valor de referencia icónica de su época) para crear divertidos compendios del pop: algo así como una nueva dimensión de "lo mejor del año" o del "all stars festival".
Christian Marclay. Collage.
El resultado tiene tanto de pared de dormitorio de adolescente (o de carpeta de apuntes de quinceañera) como de "cadáver exquisito" surrealista. 
Christian Marclay. Collage.
Un puro juego apropiacionista en perfecta sintonía con la práctica cada vez más generalizada del "sampleado" en la música popular o en cualquier otra manifestación de la cultura de masas.
Christian Marclay. Collage.

Aquí también, como en todo y en todas partes, lo que no es tradición es plagio.

O autoplagio. Mira, si no, estos dos collages de Christian Marclay creados a partir de la fotografía de Andy Seymour para el LP Slowhand, de Eric Clapton.
Un bis de propina para la afición.




miércoles, 24 de septiembre de 2014

Quid pro quo

Un baile de letras o un error tipográfico abren la puerta hacia una nueva realidad, o, al menos, hacia otra forma de interpretar lo que venía dándose por bueno.
Ahí van unos cuantos ejemplos:



La naturaleza irrita al arte. Sobre todo la naturaleza humana.
Edward Burtynsky. Suburbio de Phoenix (Arizona)en una reserva de los indios Navajos. 2011.




MACLUHANIANA. 
El miedo es el mensaje.
Sergio Pérez. Manifestante retenido por once antidisturbios tras la manifestación del 25.9.12 en Madrid.





Piensa globalmente y actúa locamente.
Charles Chaplin. El gran dictador. 1940. (Gifmania.com)





FILOLOGÍA RECREATIVA.

La misma palabra lo dice. Servil: ser vil.
Richard Hamilton. Conmoción y pavor. 2007-08.





Siempre se acaba por confundir la patria y la tripa.
El Roto. 18.09.14.

martes, 23 de septiembre de 2014

La voz y la palabra de John Berger

Lewis Hine. Violinista callejero en Belgrado. 1918.

"Las montañas son despiadadas
la lluvia funde la nieve
volverá a helar.

En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
y canta la habitación abarrotada de hombres.

Las melodías llenan
los sacos del corazón
los pesebres de los ojos.

Las letras llenan
los establos
que mugen entre las orejas.

La música afeita las papadas
relaja las articulaciones,
la única cura para el reumatismo.

Edith Tudor-Hart. Sin casa y sin trabajo. Londres, 1931.
La música limpia las uñas
suaviza las manos
restriega las callosidades.

Una habitación abarrotada de hombres
venidos del ganado empapado,
del gasoil, de la pala eterna,

acaricia
con manos dulcificadas
el aire de una canción de amor.

Las mías han abandonado los brazos
y están cruzando las montañas
en busca de tus pechos.

En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
la lluvia funde la nieve".

John Berger. Pueblo lejano. 1986. (Versión de Pilar Vázquez). Recogido en Poesía. Ed. Círculo de Bellas Artes. Madrid, 2014.

John Berger lee Distant village (Pueblo lejano) en el 
Círculo de Bellas Artes de Madrid. Febrero de 2010.
Luis Baylón. Valencia.

lunes, 22 de septiembre de 2014

La vendimia

Septiembre en el calendario de Las muy ricas horas del Duque de Berry. 1411-16.
Si  el año pasado por estas fechas poníamos toda la carne de miracomosuena en el asador de la sicalipsis y el desparrame, este lo dedicamos al trabajo (de otros, eso sí).
Escena de vendimia en la tumba tebana de Najt. Hacia 1403 a.C.
La   vendimia y la elaboración del vino es una práctica ancestral en el ámbito cultural mediterráneo, como atestiguan estas bellas imágenes.
Sátiros y ménades de vendimia en una cerámica griega. Siglo IV a.C.
El   vino, su disfrute y su representación nos viene acompañando como parte esencial de nuestra civilización a lo largo de la vida y en las cámaras que nos transportan a lo desconocido, "hasta el infinito... ¡y más allá!".
Cúpula del mausoleo de Santa Constanza, en Roma, con escenas de viñedos,  
recolección y pisado de la uva. Siglo IV.
Nada como el vino ha bañado y mezclado tanto y tan bien lo sagrado y lo profano, dándole a la vida (aunque solo sea por un rato) la sensación de un don que merece la pena ser disfrutado.


                                                  Capiteles románicos con motivos de vendimia. Siglo XII. 

Veremos en qué queda la cosa con el imparable avance del cambio climático. ¿Vamos a tener que desplazarnos hacia el norte, y dedicarnos al chacolí y otras uvas ácidas? 
Algo debía intuir el maestro que pintó a este vendimiador leonés, que parece estar racimando pasas de una cepa escuálida. Aunque con buena cara: estaría pensando en hacer un delicioso supurado (que, en riojano y contra lo que cabría suponer, es un licor dulce elaborado a partir del prensado de las uvas pasas que se suele tomar como postre, especialmente en navidades).

El mes de septiembre en el panteón de los reyes de la Basílica de San Isidoro, de León. Siglo XII.

Felices fiestas de San Mateo a los del pueblo, y los de fuera celebradlo con "un vaso de buen vino" como pedía con toda justicia el disfrutador Gonzalo de Berceo, porque seguro que, como él, os lo merecéis.
¡Salud!



viernes, 19 de septiembre de 2014

El proceso


Fotógrafo sin identificar (¿Jurgen Schadeberg?). Multitud congregada en el comienzo de los "juicios por traición" contra los líderes antiapartheid, entre ellos Nelson Mandela. Sudáfrica, diciembre de 1956.

No todos los políticos son iguales y, por lo tanto, no todos se merecen el mismo trato y consideración. 

Placas para "linterna mágica". Finales XIX. George Eastman House.

Algunos (por ejemplo los que, nada seguros del peso de sus propios argumentos, mienten a sabiendas al incluir en su interesada perorata los nombres y las causas de Mandela, de Gandhi y de Martin Luther King) son flautistas que embaucan con su amable tonadilla a sus confiados seguidores, tratándolos como a niños. O como a ratones.





Barbara Klemm. 30 aniversario de la creación de la DDR. Berlín, 1979.



jueves, 18 de septiembre de 2014

Minimalismo alienígena

Carteles con variaciones a partir del hallazgo tipográfico de Richard Greenberg para Alien.
En una entrada anterior habíamos visto la importancia fundamental que tienen las secuencias de apertura de las películas, en las que un creador distinto al director nos cuenta una pequeña historia (bien por resumen, por contraste o por complemento) como prólogo de otra mayor a la que, en el mejor de los casos, enriquece.
Richard Greenberg compuso en 1979 los títulos de crédito para el Alien, de Ridley Scott y lo hizo con una contención asombrosa, con el pulso firme de un calígrafo y la sabiduría de un maestro zen.

Los títulos pretendían ser inquietantes. Querían anticipar con elementos gráficos sencillos la opresiva sensación que el guión de Dan O´Bannon y la banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith lograban crear a lo largo de 117 minutos. La tensión se va creando mediante la desconcertante aparición paulatina de fragmentos de tipografía, de manera tan misteriosa como mecanica, pero siempre regidos por el equilibrio y el orden. 
Son letras creadas para la ocasión a partir de las familias tipográficas Futura y Helvética, sin serifa (sin remate) y descoyuntadas, desligadas entre ellas y no identificables hasta que llegan a componer en lo alto del fotograma el poderoso título que evoca al extraño monstruo.
H. R. Giger. Alien.
Y el efecto logrado es aterrador, a la altura del resto de la película.


Tan sencillo como impactante. Como la mejor música minimal. Una solución asombrosa, solo al alcance de un buen impresor cajista. Aunque, eso sí, con tecnología de otra generación.