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lunes, 16 de junio de 2025

El artista en su guarida

Detalle del taller mallorquín de Miquel Barceló.
"Mi taller es el lugar donde las cosas se transforman. Pero también es el lugar donde se conservan y amontonan. La estrella-varilla mágica de mi hija de hace veinticinco o veintiséis años. Las sobrasadas de hace uno o dos años. Una talla religiosa del barroco español, cuatrocientos años. Un esqueleto humano del siglo XX. Un dibujo anatómico del siglo XVIII. Un auténtico calendario. ¡Si abriéramos los cajones, la cosa empeoraría!"

Miquel Barceló. De la vida mía. Traducción del francés de Nicole D´Amonville Alegría. Galaxia Gutenberg, 2024.
Miquel Barceló. Texto autógrafo de un cuaderno de notas.


lunes, 17 de marzo de 2025

Abarrote

F.G. Guarida. Collage de imagen y palabras encontradas.
Cuaderno de invierno. 02.2025. 

"Dentro hay más". Dibujo de George Booth para The New Yorker.

lunes, 14 de octubre de 2024

La aguja y el pajar

Escritorio de Alexander Calder en Roxbury. 1963. Foto de Pedro Guerrero.

"Yo sé que la eché por ahí..., por no sé donde..., pero es que no sé donde…", dice, entre recias jaculatorias, el hospitalario amigo que no encuentra lo que creía tener muy a mano para acometer alguna misión imposible, pasando enseguida a asegurar que tomará medidas para poner orden en la leonera inmediatamente. 
O cuanto antes.
David Smith en su estudio provisional en Voltri. 1962. Foto de Ugo Mulas.

lunes, 9 de octubre de 2023

En el taller de un escultor

Algunos de los materiales del taller de un escultor barroco español.
Museo Nacional de Escultura. Valladolid. Foto F.G. 09.2023.

Cabello natural, cera de abeja, clavos y tornillos de forja, cola de escamas y espinas de pescado, cola de piel y cartílago de conejo, corteza de alcornoque, extracto de cáscara de nuez, cuero, estopa de cáñamo, huesos de animal, lágrimas de cristal, lana de oveja negra, ojos de vidrio, pelos de bigote de liebre, piedra de ágata para bruñir, pigmento amarillo de cromo, plumas de ganso, soga, seda natural, lienzo de lino, tierra de sombra y de siena tostada, negro de hueso, agua de lluvia, goma laca de insecto, cuernos de vaca y de cabra,...
Aunque lo parezca no es la carta de sabores de una heladería vanguardista, ni el contenido de los anaqueles de una bruja de cuento, ni la rebotica de un curandero deambulante por el lejano oeste, ni la alacena de un alquimista a punto de lograr un salto trascendente para la humanidad.
Gregorio Fernández. Cristo yacente. 1625-1630. Corcho, pasta vítrea, asta, madera,...

Es, según los estudios del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, el arsenal de materiales que utilizaban en sus talleres los escultores del barroco español como aditamentos para lograr un realismo convincente en las imágenes sagradas que pueblan nuestras iglesias y amueblan nuestras cabezas. Toda la naturaleza les servía como fuente inagotable de tan imaginativo como eficaz aprovisionamiento.  

"De este modo, paradójicamente, las sublimes imágenes barrocas eran el fruto de reciclados, calcinamientos y cocciones de residuos, sustancias deleznables y materias impuras." 

Hans Namuth. El laboratorio de materiales de Joseph Cornell. 1969.

Nada nuevo, en definitiva. Antes como ahora, con más o menos orden, con una "paleta" más o menos amplia según la ambición y necesidades de cada cual, en la guarida del artista conviven muy a gusto necesitándose, retroalimentándose, lo eminente y lo vulgar.
Miquel Barceló. L'Atelier aux Sculptures, 1993.

lunes, 6 de marzo de 2023

Oficio y actitud

 Lucien Freud trabajando de noche, fotografiado por su amigo David Dawson. 2005.
¿Se pinta como se vive?
Cartel de la exposición sobre Fernando Zóbel en el Museo del Prado, a partir de una fotografía
de Jaime Blassi. Foto de F.G. 03.2023.
¿Siempre?
Fernando Zóbel pintando Júcar XII, fotografiado por Jaime Blassi. 1971.
¿Se vive como se pinta?
Lucien Freud. Autorretrato titulado Interior con planta: escucha de reflexión. 1968.
¿Nunca?

jueves, 17 de octubre de 2019

En el taller de Cézanne


El taller de Paul Cézanne en Aix-en-Provence. 09.2019. Fotos de F.G.
"Allí está mi taller, al que nadie, salvo yo, puede entrar. 
Pero, como eres amigo, iremos juntos."

Paul Cézanne.


Siempre que entras al estudio de un artista (incluso muerto, o quizá especialmente si ya ha muerto) tienes la sensación de disfrutar de un privilegio inmerecido, de haber traspasado todas las barreras que la creación personal exige.

Siempre acabas por sentirte como un amigo que goza de una confianza impagable, acogido graciosamente en la casa donde se celebra el misterio de la creación, donde suceden los milagros.

viernes, 7 de junio de 2019

Nuevos mundos


El estudio de Cy Twombly. Foto de Sally Mann. 2012.
Decía Marcel Proust que "el atelier del pintor es como un laboratorio donde se recrea un nuevo mundo."
Autorretrato caricaturesco de Pablo Picasso.
Para suerte nuestra, algunos de esos mundos son distintos, y a veces asombrosos.

Michaël Borremans. El viaje.

miércoles, 24 de agosto de 2016

En la guarida de Diógenes

James Rosenquist pintando en su estudio. 1967.
Padecía una dolorosa incapacidad para desprenderse de cualquier objeto que se cruzara en su camino.
Joan Brossa en su estudio de la calle Balmes. 1975. Foto de Pilar Aymerich. 
Especialmente cuando se trataba de algún papelillo ilustrado.
Francia Bacon en su estudio.


viernes, 17 de abril de 2015

¿Qué fue de las tiendas de discos?

Robert Crumb. Compradora de discos.
 Como todas las causas perdidas y las especies en vías de extinción, las tiendas de discos también tienen su propio "día internacional."
Amoeba music en Los Ángeles, California.
Aquellos pequeños almacenes en los que un aficionado restaba espacio a electrodomésticos o instrumentos músicales para exhibir los deseados vinilos entre la reducida parroquia, se fueron transformando en tiendas especializadas -mejor o peor surtidas- en las que un experto informaba y era capaz de orientar el gusto de un público creciente. 
Leonera incógnita.

Luego llegaron los grandes almacenes y cadenas especializadas que asfixiaron a aquellos a base de bajar los precios hasta lo insoportable. 
Hasta de perfil son bonitos.
Empezó también la venta por correo y las ofertas, y mientras estábamos distraidos pensando en si eran galgos o podencos (en un debate esteril entre las bondades del vinilo y del compacto), llegó "lo digital" y arrasó con todo. Descargas de pago o piratas, suscripciones a portales de streaming y videoescucha a través de youtube van ocupando el "espacio musical", y este es el año en que la venta digital ha superado por fín a la objetual, en una tendencia que parece imparable aunque sujeta a las turbulencias de los intereses contrapuestos de artistas, productores, distribuidores y corporaciones suministradoras de servicios de comunicación digital telefónica.
F.G. La tienda de discos Gramola, en Viena. 04.2015.
Las tiendas de discos han desaparecido, salvo en las grandes ciudades. Hoy, en una ciudad de 150.000 habitantes como la mía, es más difícil comprar un disco que hace cuarenta y cinco años, cuando solo tenía 60.000 vecinos y un nivel de consumo infinitamente inferior. Si permaneces enganchado a los "objetos" tienes que aprovechar los viajes esporádicos a grandes ciudades o recurrir a la compra a través de multinacionales de distribución que aspiran a una posición monopolista (y con exenciones fiscales injustificables, mucho mayores que las que recibe un disquero, que no recibe ninguna).
Forges, en El País, retrató a este sorprendido disquero resistente.
Una pena. En unos pocos años se ha perdido toda una red de distribución que generaba actividad cultural complementaria diversa, creadora de un montón de puestos de trabajo directos e inducidos.
Robert Crumb. "La materia de la que están hechos los sueños." Portada para su edición de rarezas de los años 1920-30
Al final, y lamentablemente, la única conexión "humana" que vamos a tener con el negocio de la música grabada va a ser la que establezcamos con el instalador de la fibra óptica. Y nuestras airadas quejas con los teleoperadores.
Juanjo Saez para rockdelux. 2002.


viernes, 27 de febrero de 2015

Nick Cave: instrucciones para matar al dragón

Las fotografías corresponden a varios de los lugares de trabajo de Nick Cave a lo largo del tiempo.  
Entre los muchos méritos que se le pueden encontrar a la película 20000 días en la tierra, dirigida por Iain Forsyth y Jane Pollard, destaca el guión sobre el que se apoya su prodigioso montaje, muy útil para contar veinticuatro horas en la vida de Nick Cave, que se ha atrevido a hacer examen de conciencia de su trayectoria artística cuando ya intuye -aunque sea a lo lejos- el final del camino. 
Dentro de ese guión se ha dado el protagonismo a un torrente de confesiones sobre su intensa experiencia de escritor, compositor de canciones e intérprete. Confesiones, eso sí, de parte, de lo que Cave llama "un cabrón ostentoso" muy preocupado por ordenar el laberíntico archivo en el que conserva para el futuro los rastros de su paso por este planeta.
Puesto que es una declaración, levantemos acta e imprimamos la leyenda.
De   su mano conocemos las claves de su complejo proceso creativo como escritor infatigable, encerrado toda la vida "como en un útero" en sucesivas habitaciones-escritorio  ("cada momento sagrado, cada destello en la niebla de nuestro pasado, se canibaliza, se muele y se escupe en forma de canción, inflada, distorsionada, que pasa a formar parte de un mundo lleno de monstruos y héroes, de buenos y malos, absurdo, loco y violento"); las hondas preocupaciones existenciales que están en su base ("lo que más miedo me da es perder la memoria. La única razón para estar vivo es seguir recordando. Durante mucho tiempo he estado creando un mundo de canciones a partir de recuerdos originales y valiosos que definen nuestras vidas y que nos pasamos la vida persiguiendo. Recuerdos de la infancia, momentos que hacen que cambiemos, como descubrir una obra de arte o vivir una experiencia traumática. Es  lo que el proceso de componer una canción me produce: el volver a contar estas historias, la mitificación de esas historias."), y su estrategia como creador de ficciones y difusor de leyendas ("¿quién conoce su propia historia? No tiene sentido pensarlo mientras lo estamos viviendo. Todo es clamor y confusión. Solo se convierte en historia cuando la contamos una y otra vez, a nosotros mismos y a otros. Primero creando la historia de nuestras vidas y luego cuidando de que la historia no se suma en la oscuridad.")
Nos  cuenta, en conversación con algunos de sus más estrechos colaboradores (los músicos Warren Ellis y Blixa Bargeld, fundamentalmente) cómo crecen las canciones durante el proceso de grabación y sobre los escenarios ("si puedes adentrarte y llegar al corazón de la canción, si en ese momento olvidas todo lo demás, puedes conseguir dejarte llevar y por un momento puedes sentirte como un dios. Pero no siempre funciona." "La canción emerge del mundo espiritual con un mensaje auténtico, y un día te dirá cómo matar al dragón." "Me encanta la sensación de una canción antes de entenderla. Cuando tocamos muy concentrados la canción parece salvaje y entera. Pronto la domesticamos y la convertimos en algo más familiar, y la dejamos en el establo junto a las otras canciones. Pero hay un momento en que la canción todavía es la que manda y te aferras a ella como si te fuera la vida en ello y esperas no caerte y partirte el cuello. Es ese momento fugaz el que buscamos en el estudio." "Cuando entiendes la canción pierde todo su interés, pero en algunas vas descubriendo cosas nuevas a lo largo de los años. Por eso sigues tocándolas. Otras solo se distancian y van a algún otro lado y ya no encuentras la puerta que te lleve a algo que te asegure que es auténtico.")
También nos cuenta su pasión por la interpretación en directo ("Vivo para actuar. Es en ese momento cuando soy la persona que siempre he querido ser. Hay algo que ocurre en el escenario. Te transformas y sientes el tiempo de otra manera y ya no eres tú, y sientes que nada te puede salir mal.") y el recuerdo de algunos conciertos extremos de músicos carismáticoscomo Nina Simone y Jerry Lee Lewis, que bailaban sobre la frágil línea que une el desastre y el éxtasis.
La   película es, valga la expresión, la hagiografía de un maldito, tremendamente sincera (tanto que a menudo resulta tierna de puro autoparódica) y consciente de su papel propagandístico, que no oculta y no pretende engañar a nadie. Estamos ante un "narciso feo" con un alto concepto de sí mismo y de su idealizada función, empeñado según sus propias palabras en "construirse como una estrella, visible desde lejos e inmutable, como un dios", porque, en definitiva, "todo es una invención."


Nick Cave & The Bad Seeds. Higgs Boson Blues. 

Esa sinceridad, llena de la precisa lucidez de quien tiene el coraje y el talento suficiente para dedicar una parte de su tiempo a despellejar su propia obra, nos da interesantes pistas sobre el proceso creativo de cualquier artista, aunque por pudor o por incapacidad esos autoanálisis no salgan casi nunca a la luz. Nick Cave se atreve y nos lo cuenta con todo lujo de detalles, incluyendo los poco favorecedores. "Al fin y al cabo, no me interesa lo que entiendo bien. Lo que he escrito en estos años es solo una fachada. Hay verdades que se esconden bajo la superficie de las palabras. Verdades que emergen sin avisar, como la joroba de un monstruo marino y que luego desaparecen. La actuación y la composición para mí son como un modo de sacar al monstruo a la superficie. Crear un espacio donde la criatura pueda abrirse paso entre lo que es real y lo que conocemos. Ese reluciente espacio, donde se cruzan la imaginación y la realidad, es donde existen todo el amor, las lágrimas y la felicidad. Este es el lugar: aquí es donde vivimos."
Paolo Uccello. San Jorge y el dragón. 1456.

Esta película servirá para reafirmar la construcción de su leyenda presente y para alimentar la futura. Como si no estuviera seguro de que los méritos de sus admirables canciones fueran suficiente motivo. 


miércoles, 23 de abril de 2014

Las huellas del genio

Ellsworth Kelly en su estudio. Foto de James Tarmy. 2012.
Los artistas tienen fama de desordenados y sucios, lo que seguramente es inmerecido e injusto. En realidad son los promotores de un orden extraño, singular, a la altura de su talento creativo. 

Alberto Giacometti trabajando. París, 1960. Foto de Ernst Scheidegger.
De su arduo proceso de trabajo a menudo quedan huellas incontroladas: un rastro que tiene mucho que ver con la "marca de la casa".
Estudio de Alberto Giacometti en París. 1960. Foto de Ernst Scheidegger.

Algo bastante parecido a la señal indeleble que sus obras dejan en el interior de los espectadores.
Suelo del estudio de Jackson Pollock en Nueva York.
Quizá debamos considerar esos lugares de trabajo como otra más -si no la mayor- de sus grandes obras, con información suficiente para dar luz sobre toda su trayectoria. 
El suelo del estudio de Jackson Pollock en Long Island. 1998. Foto de Jeff Heatley.


Aquí comienzan las visitas de miracomosuena a las guaridas de los artistas. Permaneced en guardia.

sábado, 6 de julio de 2013

Leoneras

Cuando compras un libro o un disco y decides conservarlo te echas a perder para siempre, convirtiéndote primero en sedentario y luego en coleccionista. Las desgracias nunca vienen solas.




André Malraux.






Puede ser peor si te haces librero o montas (o montabas, in illo tempore) una tienda de discos.


Stan Douglas. McLeod´s Books. 2006.


La tienda de discos de Zico y Chico en Sao Paulo.


Ahora se abre un blog, o, si eres más ambicioso, una web.






Vamos a menos, irremediablemente.

Aunque muy deprisa.

Alguna ventaja tenía que haber.