Walter Firmo. El malecón. La Habana, 1985. |
Walter Firmo. |
Es necesario recordar, en este momento, que entre la música de Cuba y México ya existía un proceso de fertilización mutua que llevaba décadas, que para un músico era posible viajar y grabar discos en las principales ciudades del continente (Nueva York, México, La Habana y Buenos Aires) y que gran parte de esta música era grabada por orquestas residenciadas en Nueva York que interpretaban partituras enviadas desde los países latinoamericanos".
Walter Firmo. |
Varias enseñanzas en tan suculento fragmento:
- la marca "música latina" viene de lejos y es más compleja que las actuales ambiciones de Miami.
- la diversidad sonora y rítmica era (en una época de incipiente desarrollo de la industria fonográfica) mucho mayor que la actual, tan simplificada por la colonización rocanrrolera y las modas foráneas.
- las canciones vuelan, y perduran adaptándose a los gustos de las distintas latitudes.
- los músicos han estado siempre entre los mejores embajadores de sus países.
- las industrias culturales generan gran cantidad de dinero, prestigio y afecto para cualquier país, y los más civilizados y sensibles apoyan a sus creadores y facilitan su desarrollo y expansión. Sobre todo si tienen un idioma hablado y cantado por más de 500 millones de personas.
Walter Firmo. |
Una lectura provechosa, sin duda. A ver si llega a las manos de algún ministro de Hacienda y Cultura, o a los pavos de la marca España.
¡Qué bueno, Walter firmo! ¡Qué intensidad de color!
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