Sonido del proyector de una videoinstalación de Tacita Dean
en la Bienal de Venecia. 09.2013.
Tacita Dean. The friars doodle. 2010. |
Daniel Canogar. Flicker fussion. 2011. |
Celluloid heroes. The Kinks.
To the bone. 1996. Guardian records.
La alta inversión económica imprescindible para la renovación resulta en muchos casos inviable para un sector en profunda crisis (reducción drástica de espectadores, piratería galopante, aumento del IVA, etc.) y es previsible que cierren un montón de lánguidas salas incapaces de ponerse al día (especialmente en el mundo rural, como una nueva muestra de la paulatina desertización y empobrecimiento del territorio).
Daniel Canogar. Flicker. 2012. |
¿Inconvenientes? Además de la desaparición de pantallas y la reducción y desequilibrio del número de protagonistas del negocio, la digitalización empobrece la profundidad de campo y reduce la nitidez y textura que da el celuloide.
Para el oído seguramente será buena cosa, al evitarse los ruidos parásitos provocados por el deterioro de las copias, con los típicos saltos indeseables en bandas sonoras, sonidos incidentales o diálogos.
Ed Wood, vigilando el botín. |
También sería conveniente que el gremio contara con el apoyo estatal y autonómico para esta reconversión industrial en toda regla, como se ha hecho en toda Europa, y en España con cualquier otro sector. Pero ya sabemos qué concepto tiene nuestro Gobierno de las industrias culturales y de la gente del cine en particular.
Ed Ruscha. End. 1983. |
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