martes, 1 de julio de 2014

Espejos rotos


Max Ernst fotografiado por Man Ray. 1934.
A menudo los espejos no devuelven la imagen que nos gustaría recibir.

Barbara Kruger. Tú no eres tú. 1982.
Aunque no digan palabra, son tan locuaces como el de la madrastra de Blancanieves, y sus inapelables respuestas igual de descorazonadoras.

Reclamo coloreado de La dama de Shanghai. Orson Welles.1947.
Todo se complica cuando el eco visual crece sin fin transformándose en confuso torbellino. De él solo se puede salir por la tremenda, como en La dama de Shanghai.
Pero incluso en mitad del vértigo queda un rato para ponerse estupendo y largar una frase lapidaria -aunque sea ajena y mentirosa-, como Orson Welles ("El que se deja guiar por sus instintos conserva hasta el final su fé en la vida"), o despedirse para siempre con elegancia, como Rita Hayworth ("Saluda a la línea del horizonte").
Gregg Biermann. Fotograma de Magic Mirror Maze. 2013.
Solo son, otra vez, vagos ecos de momentos felices.

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