(...) "Y como Azorín viese que se iba poniendo triste y que el escepticismo amable del amigo Montaigne era, amable y todo, un violento nihilismo, dejó el libro y se dispuso a ir  a ver al maestro —que era como salir de un hoyo para caer en una fosa." (...)
José Martínez Ruiz "Azorín". La voluntad. Barcelona, 1902. 
 


 
De Guatemala a Guatepeor.
ResponderEliminar