martes, 26 de diciembre de 2023

El silencio, la distancia y el paso del tiempo como parte esencial de la conversación y la amistad

Sam Shepard y Patti Smith en el Hotel Chelsea. 1971. Foto: David Gahr.

Cuando murió Sam Shepard en 2017, su amiga Patti Smith escribió un obituario en el New Yorker recordando sus largas charlas nocturnas en las que la llamaba desde cualquier parte del mundo para hablar sobre arte, de la familia, de historia o de libros y escritores. Smith recordaba a su amigo como un aventurero vocacional al que “le gustaba hacer las maletas y marcharse así, sin más, rumbo al oeste. Le gustaba conseguir papeles que lo llevaran a cualquier lugar en el que realmente no quería estar, pero del que esperaba extraer y asimilar su extrañeza, que le serviría de alimento para el trabajo futuro”.
De su convivencia neoyorquina en el Chelsea Hotel cuenta: "Teníamos nuestra rutina. Levantarse. Prepararse para el día. Tomar café, un poco de comida. Ponerse manos a la obra, a escribir. Más tarde, una pausa afuera para sentarse en las sillas Adirondack y contemplar el paisaje. No necesitábamos hablar: eso es la verdadera amistad. Nunca sentirse incómodo en el silencio, que, bien recibido, sigue siendo una extensión de la conversación." (...)
Construir una amistad es una labor que requiere tiempo, atención y paciencia. Como el cultivo de un fruto delicado
Los viejos amigos Patti y Sam. Foto de Carrie Shaltz y Patrick McMullan.

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