martes, 28 de mayo de 2019

Perdurar


F.G. Algunas piezas de la colección del Museo Arqueológico Nacional de Tarento. 05.2019.
Sentir una tormenta desde el interior de un confortable museo arqueológico; escuchar los vibrantes truenos encadenados que hacen temblar el edifico una y otra vez; 
ver el inagotable aguacero a través de las ventanas que dan al enorme patio, enseguida anegado por lo que va pareciéndose cada vez más a la peregrina idea que tenemos de lo que pudo ser el diluvio; 
percibir el temor en los rostros de los anónimos compañeros de un encierro voluntario que se alarga mucho más allá de lo inicialmente previsto por cada cual. 
Todo nos ayuda a aproximarnos al valor justo de las frágiles figuras que contemplamos, ahora congeladas en sus herméticas vitrinas, tras haber sobrevivido milagrosamente, imponentes, magníficas, llenas de gracia delicada, a milenios de ruina, saqueos, abandono e intemperie.


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