Seguro que coincidiendo con el año nuevo hemos hecho gran cantidad de buenos propósitos conscientes de las pocas ganas y posibilidades que tenemos de que se cumplan. Todos ellos los podríamos cambiar por algo a nuestro alcance y perfectamente viable si queremos: en la película de nuestra vida simplifiquemos el guión y cambiemos la decoración.
Duane Michals. Paraíso recuperado. 1968. |
Cada nuevo año, reposición de la misma vieja película. Y el final (infeliz) nos lo sabemos de memoria. Pero esto es lo que hay.
ResponderEliminarYa que no hacemos nada bueno, tengamos, al menos, buenos propósitos.
ResponderEliminarPara empedrar el largo camino hacia el infierno.
EliminarLuz y Fer