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Danny Green. Estorninos. |
Ya están de vuelta las inmensas bandadas de estorninos con su aerodinámica manera de deslizarse, como un leve animal colectivo de dimensión desconocida y en permanente metamorfosis.
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David Tipling. "Murmuración" de estorninos vulgares. |
Si no fuera por lo sucios y ruidosos que son, podrían servir de inspiración (o, al menos, de imagen) para cualquier utópica comunidad de iguales, de nuevo o de viejo cuño: un falansterio, un movimiento de masas, un nacionalismo,...
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Manuel Presti. Bandada de estorninos. |
Vienen, tras los emigrantes vendimiadores, para la racima, y aprovechan a base de bien todo lo que ha quedado en las viñas (como demuestra el color de los restos que depositan sobre aceras o vehículos), y, en general, se les trata igual de mal que a aquellos: como a indeseables plagas.
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Tim Graham. Estorninos en Somerset. |
Estornino común. (Ejemplos de cantos de machos con imitaciones, y diversas voces de disputa y de alarma; vuelo de jóvenes en verano y voces en un dormidero en invierno). Guía sonora de las aves de Europa. Lynx Edicions. Barcelona, 2001.
Además de su coral piar multitudinario, son origen y causa involuntaria de otros sonidos artificiales: algunos imitan el graznido terrible y metálico de aves rapaces como de tebeo "manga", y se utilizan para expulsarlos de los campos de cultivo; otros son explosivos, festeros cohetes-bomba fuera de fecha y ocasión con los que se aspira a echarlos de los árboles que ocupan como dormideros en parques tranquilos, en camposantos o en patios de colegio, pretensión con las mismas posibilidades de éxito que la de poner puertas al campo.
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Wilco. Portada de Sky Blue Sky, a partir de una fotografía de Manuel Presti. 2007. |
En movimiento son preciosos y hasta relajantes, con sus inagotables coreografías de finalidad ignota. Pero, si lo piensas bien, ¿a que acojonan?
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Graciela Itúrbide. Pájaros de la muerte. Dolores Hidalgo. Guanajuato. 1978. |
Como cualquier masa en movimiento.
(Publicado en Rioja2 el 15.10.2014)
Me ha encantado tu entrada sobre los estorninos. A casi todo el mundo le fastidian, pero a mi me encanta verlos cuando vuelan y también cuando se posan en los árboles del jardín. Es una masa que me cae simpática.
ResponderEliminarY me han gustado mucho las fotografías, especialmente la primera, de Danny Green.
Un abrazo. Rosa
Es tan bonita que parece un dibujo tuyo.
EliminarVuelve pronto.
Esta mañana estuve a punto de mandarte unas fotos de los estorninos en mi jardín el año pasado, pero Cervera requería de un profesor de plástica y me he ofrecido. Los estorninos no han llegado aún por estos campos; finales de septiembre. Cuando pasan por encima del tejado de la casa se oyen sus excrementos impactar como perdigones contra las tejas... y esa también es la señal para salir a verlos..No conozco nada igual. Cuando se posan en el césped del jardín para comer te alegras de no ser un insecto ¡dan pavor! pero es entonces cuando se puede vivir uno de los momentos más hermosos con los estorninos ¡asustarlos dando palmas! Alzan el vuelo y el sonido es maravilloso, retumba en el pecho y se puede sentir el aire que mueven al batir las alas todos juntos; no deberíais de perdéroslo. Al atardecer.
ResponderEliminarGracias por el texto y muchas gracias por acordarte.
No es pequeño placer sentirse parte de un grupo. Hasta para cantar. Mucho mejor armonizar que desafinar en solitario, para lo que no vale todo el mundo.
ResponderEliminarLa bandada de estorninos son el simurg de la literatura irana.
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