viernes, 29 de enero de 2016

Sobre actuar

Max. 6.6.2015.
"No hay que sobreactuar", dice, pasados unos cuantos días, Don Tancredo, haciéndose el muerto.

Pablo Picasso. Suerte llamada de Don Tancredo. La Tauromaquia, de José Delgado, "Pepe Illo". 1959.

jueves, 28 de enero de 2016

Tronos de hielo y fuego

Anders Petersen. Soho. 2011.
¿Por qué será que a los amantes de los relatos de ficción (literarios, cinematográficos, televisivos, musicales, políticos,...) nos gusta tanto identificarnos con el Jon Nieve de turno, mientras que los que nos rodean, - con mejor perspectiva, sin pasión y atendiendo solo a nuestras cualidades y proceder -, nos ven exactamente iguales que Joffrey Lannister o Viserys Targaryen?

Antoine d´Agata. Vigo. 2001.

miércoles, 27 de enero de 2016

Munch: el friso sinfónico de la vida

F.G. El friso de Oslo. I. 7.2015.
"En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido. También he pretendido ayudar a otros a aclararse con la vida. Como mejor he trabajado siempre ha sido rodeado de mis cuadros. Los colocaba juntos y tenía la sensación de que ciertos cuadros estaban relacionados entre ellos por su contenido. Al ponerlos juntos, enseguida los recorría una resonancia y parecían muy distintos a cuando estaban solos. Surgía una sinfonía. Así se me ocurrió pintar frisos."

(Recogido en Edvard Munch. El friso de la vida. Nórdica libros. Madrid, 2015)
F.G. El friso de Oslo. II. 7.2015.
El nuevo escenario, ahora dominado por el arrollador dinamismo de la máquina, tiembla y resuena de manera diferente, pero los temas perviven porque son eternos: deseo, ansiedad, miedo y muerte.
De fondo, el vago reflejo del testigo.
F.G. El friso de Oslo.III. 7.2015.

martes, 26 de enero de 2016

¿Cómo suena el ataque nocturno de la policía a un campo de refugiados?


Banksy. Cosette, la pequeña heroína de Los miserables, afectada por los gases lacrimógenos de la policía. Foto de Christian Sinibaldi.


Una intervención de Banksy en la tapia contigua a la embajada francesa en Londres ha servido para difundir masivamente un vídeo que recoge la utilización de gases lacrimógenos y pelotas de goma en los ataques policiales para desalojar el campo de demandantes de asilo de Calais. Un  código QR, al lado de un bote de humo, remitía directamente a cualquier teléfono a estas imágenes:

 Operación policial en la Jungla de Calais. 5.1.16.

Escenas de guerra en el balneario europeo, donde el enemigo a batir es el contingente de refugiados que arriesgan su vida huyendo de la miseria y la muerte generada por la codicia y la intolerancia en sus países, territorio habitual de las guerras económicas y dictaduras teledirigidas desde Occidente. Un bucle inagotable. E intolerable.
Un refugiado observa en La Jungla el retrato de Steve Jobs pintado por Banksy.
En  el interior de La Jungla, Banksy pintó a Steve Jobs (hijo de sirios emigrados) como a cualquier otro refugiado, huyendo temeroso con un saco al hombro y su viejo modelo de ordenador macintosh. “Encuentro escandaloso y vergonzoso que este artista aproveche la miseria de los migrantes y saque provecho de un campo para hacerse publicidad. Condeno a este artista. Lo encuentro innoble”, ha declarado la sumarísima alcaldesa de Calais, desinteresada, noble y altruista como ella sola. No se sabe qué ha hecho o va a hacer ella contra "la miseria de los migrantes", además de dar apoyo logístico a la policía.
Philippe Huguen. Residentes del campo de refugiados de Calais tratan de salvar restos de sus
 pertenencias arrasadas por los bulldozers policiales.

EEn   el caso español, el mayor gasto público a favor de los migrantes han sido las pancartas colgadas de las fachadas de algunos ayuntamientos cuando la opinión pública simpatizaba con esa causa de lesa humanidad. Bien poca cosa. 
Después, nada. 


lunes, 25 de enero de 2016

Rosa Castellot, desde la orilla

Rosa Castellot. Jardín.2015.
En una nueva muestra de su lograda ambición creadora, Rosa Castellot expone en Zaragoza, en el Palacio de Montemuzo, una amplia serie de sus dibujos más recientes agrupados bajo el misterioso título de Las orillas. Abundan las riberas como en citas anteriores, pero el inventario geográfico y vegetal se diversifica más que nunca y también aparecen lugares tan singulares como los galachos aragoneses, los bosques de la Hez, los amplios panoramas de la vaguada de Santa Lucía o las sierras de la Demanda, algunos constitutivos de su entorno vital y otros encontrados en visitas en las que se celebraba la amistad.
Rosa Castellot. El Ebro. Pastriz, Final de verano de 2015.

La colección puede considerarse una recopilación de momentos felices, de descubrimientos personales de la belleza efímera captada por su experta mirada de artista, dotada de esa rara cualidad que permite a sus privilegiados poseedores  observar, extraer y representar, elaborando un registro de breves iluminaciones, de deslumbrantes manifestaciones de la fugaz hermosura. 
Rosa Castellot. Claroscuro en la Soledad. Canales de la Sierra. 2015.

Esa capacidad de “cazar” oportunidades únicas e irrepetibles, propiciadoras de recuerdo y emoción futura y generadoras de efectos salutíferos, afectivos y conmovedores, es una cualidad intrínseca y permanente del arte, y Rosa Castellot la cultiva con prodigalidad y maestría de manera natural.  
Es admirable su capacidad para recrear la vibración cambiante de la nieve, el leve movimiento del agua, el apenas perceptible cambio de la luz,  captado para siempre y puesto a nuestro alcance como inagotable generador de emoción y gozo estético.
Rosa Castellot. La vaguada de noche. 2015.
En esta exposición ha abordado nuevos retos con resultados óptimos: se ha convertido a ratos en “plenairista”, dotando a sus dibujos de la soltura y espontaneidad del apunte condicionado por las urgencias azarosas del cambio atmosférico, y ha extendido la presencia del color, que aporta a sus dibujos una nueva sensualidad, al reflejar los aromas, sabores y temperaturas que conllevan las cálidas tonalidades y los cambios estacionales.
Rosa Castellot. Otoño. 2015.  
Esta cita es un nuevo hito en la brillante trayectoria que Rosa Castellot emprendió en 2004 con tanta firmeza como discreción, de manera silenciosa pero con el ambicioso propósito de extraer del dibujo todas sus posibilidades para reflejar y hacer perdurable su mundo de afectos e intereses estéticos. Con su delicada sensibilidad y su consumada riqueza técnica nos regala a los espectadores, una vez más, algo parecido a la melancólica contemplación de la vida que va pasando, atrapada sosegadamente desde la orilla.
Rosa Castellot. El Ebro. Aradón, Invierno de 2014.



Rosa Castellot
Las orillas
Palacio de Montemuzo. Zaragoza
Hasta el 13 de marzo de 2016








viernes, 22 de enero de 2016

A lo que llegamos...

Brian Griffin. Cewbacca y Han Solo. 1982.
¡Cómo se transforman los cuerpos!, dice a menudo, mirando alrededor, nuestra amiga Lourdes.
Salvo el de Chewbacca, por el que no pasa el tiempo, y sigue hecho un pimpollo: tan guapo, tan bien peinado, tan flexible, con un verbo tan claro y preciso,...
Chewbacca y Han Solo en La guerra de las galaxias: El despertar de la fuerza. 2015.
Aunque, para joven eterno, John Williams: menuda música ha compuesto para el séptimo episodio de la saga galáctica. Escuchándola dan ganas de subirse a una nave para dar una pirivuelta por ahí.


jueves, 21 de enero de 2016

Catálogo de silencios

F.G. Los Jacobinos de Toulouse. 09.2015.
“Sorprende cómo algunas cosas, resultando en apariencia simples, pueden adquirir tantos matices.
El silencio, por ejemplo.
No es lo mismo el silencio de los enamorados, que se expresa a través de las manos y de las caricias, que el silencio de la rutina en el matrimonio que ya se descompuso, aunque lo ignora, y todavía camina. Hay asimismo un silencio enamorado y otro violento. El primero calla palabras de amor, mientras que el segundo esconde amenazas e insultos.
El silencio del hablador vale doble, por ejemplo. Y el silencio de los mudos es muy distinto al silencio de los tímidos: el primero es un silencio impuesto, pero en el segundo hay siempre una flor a punto de brotar.
No callamos igual cuando dormimos (silencio involuntario), que cuando escuchamos. Son distintos el silencio circunspecto del maestro y el silencio del alumno en la pizarra, que es miedo y es ignorancia.

Se puede callar porque se desconoce la respuesta o porque se conoce muy bien. El primero de esos dos silencios se puede llenar fácilmente de palabras, el segundo lo guarda la prudencia.
Aunque distintos también, comparten cierto aroma de presagio el silencio en los hospitales, que es a menudo consternado, y el silencio en las fábricas, que profetiza dolor y dificultades.

Hay silencios acusadores, silencios unánimes y silencios cómplices. Hay silencios terribles, como el que sucede en la noche a los gritos de auxilio. Pero de todos, quizá mi favorito sea el silencio de los cuentos, ese que llega siempre, de manera inexorable, tras su última palabra.”

Fernando León de Aranoa. El silencio. (Recogido en Aquí yacen dragones. Seix Barral, 2013) 


miércoles, 20 de enero de 2016

Líneas rojas

Louise Bourgeois.
No   hay nada escrito sobre las tan sobadas "líneas rojas", esa muletilla de la jerga estratégica militar que se ha puesto muy de moda en la cháchara táctica de la clase política sin venir a cuento, y que se extiende entre la ciudadanía como una epidemia de escarlatina propagada por la connivencia tóxica de los medios de comunicación, siempre dispuestos a distribuir espectáculo y "novedad".
Louise Bourgeois. Fuga. 2003.
No   hay nada escrito sobre esa supuesta barricada ideológica, pero mucho que decir.

Louise Bourgeois.
 Porque hablando se entiende la gente.
 

martes, 19 de enero de 2016

La música de las esferas

Vincent de Beauvais. La creación de los cielos. 1475.
La conexión astral que disfrutaron durante unos cuantos años se convirtió de súbito, como por arte de magia, en mera conveniencia catastral. 
Nubes sobre Groenlandia fotografiadas desde el satélite Aqua.
Se acabó entre ellos la afinada música celestial.
Esteban Cobo. Faro de Mouro, en Santander.
Y para siempre.

lunes, 18 de enero de 2016

La cantaora Argentina en el reino del compás


Argentina. Foto de Pepe Portillo.

A lo largo de estos últimos 20 años, los aficionados logroñeses hemos podido disfrutar en los Jueves Flamencos del Teatro Bretón de una pequeña muestra –aunque significativa y cabal- de la inmensa diversidad y riqueza de un género musical que goza, como siempre a lo largo de su procelosa historia, de una “mala salud de hierro”. Ha sido tiempo suficiente para ver cómo evolucionan los gustos y se desarrollan las tendencias, y, en algunas ocasiones, cómo crecen los intérpretes. Es el caso de Argentina, que desde su anterior visita de 2009 ha construido una importante carrera (muy bien documentada discograficamente, lo que cada vez es menos frecuente) que la ha llevado a ocupar un importante lugar en tan competitivo panorama. 

Sus méritos son evidentes: para empezar, unas excelentes cualidades vocales en las que se aprecian ecos de las grandes referencias femeninas de la historia del flamenco; además, una actitud exigente y perfeccionista con el propio trabajo, que la lleva a buscar lo sustancial en las viejas fuentes, con especial querencia por los cantes añejos menos conocidos; y, por último, la habilidad para rodearse de músicos muy capaces que la han ayudado a la hora de desarrollar una carrera especialmente pendiente de cultivar la necesaria sintonía con el gusto popular. Argentina, además, suma a todo ello su innata humildad, que le permite reconocer con sinceridad infrecuente lo más natural: que estudia y que aprende de todos, y que se construye como artista a partir del gusto que rige y orienta sus abundantes cualidades. Ella, a pesar de sus muchos méritos, no alardea de haber inventado nada.
Pepe Pinto y Pastora Pavón, La Niña de los Peines.
En su “paseo por el cante”, Argentina desgranó en Logroño una parte notable de su enciclopédico repertorio: empezó con unos preciosos cantes de trilla que sonaron emocionantes, muy lorquianos (enmarcados libremente entre el saludo por bulerías con el que el grupo arrancó el concierto y el valiente martinete de colofón); siguió con un garrotín “para acordarnos” de Chano Lobato a base de bien, lleno de brillo y gracia; unas maravillosas serranas, demostrando poderío, pletórica de fuerza; una dolorida taranta de homenaje a la Niña de los Peines; una bulería por soleá, con lo mejor de los dos mundos, y bordó una malagueña, llenándola de hondo sentimiento y culminando en los brillantes abandolaos, con exigentes cambios de ritmo. Se tomó un necesario respiro que atendió el fenomenal “Bolita” con una música misteriosa que acabó siendo una preciosa rumba, extrayendo de su instrumento sonidos evocadores del laúd y de la kora, tras los que se apreciaba el amplio ámbito de expansión que consiguió Paco de Lucía para la guitarra, toda la riqueza lírica, armónica y rítmica que supo captar más allá de la ortodoxia flamenca. A su vuelta al escenario, Argentina arrancó con unas seguiriyas dolientes, muy bien rematadas, y continuó hasta el final con un rico surtido de los cantes festeros de Andalucía la Baja: unas cantiñas muy variadas, llenas de imaginación y en cambio permanente, acordándose de la Niña de los Peines; unas preciosas bulerías en las que se mezclaban y convivían con toda naturalidad la Paquera y Lole y Manuel; los reiteradamente demandados fandangos de Huelva, vibrantes, espectaculares, en los que echó el resto y con los que se ganó la mayor ovación de la noche en lo que parecía que iba a ser la despedida, honor que reservó para su versión del María la Portuguesa de Carlos Cano, que metió, como en un delicado guante, dentro de unas preciosas bulerías.
Argentina y  José Quevedo, "Bolita".  Foto de Pepe Portillo.
Se la vio en plena forma, igual de cómoda en la fiesta que en el drama, y muy bien servida por las excelentes cualidades de sus compañeros: José Quevedo, “Bolita”, guitarrista brillante y preciso, esencial, que lleva en volandas a una cantaora a la que tan bien conoce (entre otras cosas por haber producido todos sus discos), y que destacó en todos y cada uno de los escasos momentos que su función le permite: demostró su alto valor creativo en todo lo que tuvo que ver con las abundantes bulerías, en las falsetas del garrotín y el prodigioso compás de las cantiñas, y voló a lo grande en los abandolaos y en la sobresaliente rumba. El compás estuvo muy bien atendido por Diego Montoya y José Suárez, “Torombo”, máquinas de ritmo perfectamente engrasadas que tejieron un firme tapiz sonoro de pitos, palmas, jaleos y taconeos que, además de color, dio solidez, calor y cuerpo al edificio musical que construyeron entre todos.
José Campúa. Fiesta gitana en Jerez de la Frontera. 1919.

El concierto, irreprochable en lo musical, perdió brillo en sus aspectos complementarios (planificación, ritmo escénico, transiciones,…) y se apreció a la cantaora constantemente incómoda con asuntos circunstanciales (vestuario, mantón, abanicos, temperatura,… ) que necesariamente afectaron a la concentración de la artista y, en consecuencia, a su comunicación con el público, que llenó el teatro y supo reconocer con generosidad los méritos y la entrega de tan brillante elenco.


Argentina
(acompañada por José Quevedo, “Bolita”, Diego Montoya y José Suárez, “Torombo”)
Teatro Bretón. Logroño
14 de enero de 2016



viernes, 15 de enero de 2016

Sube y baja

Colegio Retamar, Madrid. 1967. Arquitecto César Ortiz-Echagüe.

Manuel Jabois nos ha recordado con la precisión de una buena madre con mirada retrospectiva y en el momento procesal oportuno -ahora que estamos en plena campaña para elegir al nuevo jefe de pista del circo patrio-  que es muy conveniente atender “el viejo consejo de que se saluda siempre al subir la escalera para que te saluden cuando la bajas.”
Chema Madoz. S.T. 1999.
Educación poca, pero que dure.

Dennis Stock. Foto del rodaje de El planeta de los simios, con, Charlton Heston,
Franklin J. Schaffner y un simio propiamente dicho. 1967. 
Te arriesgas si no a que cuando lo necesitas hagan como que no te ven y te ignoren, o que te miren como a un bicho raro y no te "ajunten". 


(Otras entradas de escaleras en miracomosuena: Escaleras y Escalera al cielo.)

jueves, 14 de enero de 2016

Pasapalabra

Campaña publicitaria "intervenida" de La Caixa . 1.2016. Foto F.G.
El porvenir ha dejado de ser lo que era. 
Y para siempre.
Digan lo que digan los bancos. Prometan lo que prometan.



miércoles, 13 de enero de 2016

No apaguen el proyector

Joao María Gusmao y Pedro Paiva.

En el cine se aprende mucho acerca de la vida y se pueden aclarar nuestras expectativas al respecto. Por ejemplo, en La rosa púrpura del Cairo, donde Woody Allen cabalga sobre su bagaje de viejo enamorado de las películas y el teatro, aprendemos que la frontera de la pantalla es más una línea convencional que un auténtico límite, y que, si acaso lo fuera, podría llegar a ser perfectamente vadeable. 

Ilustración para el cartel original de La rosa purpura del Cairo. 1985.

Tiene razón Cecilia (Mia Farrow) cuando afirma: "Acabo de conocer a un hombre maravilloso. Es de ficción, pero no se puede tener todo..." En el fondo no deja de ser una ventaja, porque seguramente un personaje produce (a la larga, y hasta en noventa minutos) menos desengaños y lágrimas que "un hombre de verdad", como llegó a saber por experiencia propia dentro y fuera de las películas.
La rosa purpura del Cairo. Cartel checo de Karel Teissig. 1985
Aunque, tanto dentro como fuera de las películas, raras veces alguien está contento con el personaje que le ha tocado en suerte, ya que "la gente real desea una vida ficticia y los personajes de ficción una vida real."
La rosa purpura del Cairo. Cartel polaco de Andrzej Pagowski. 1985.
Las candilejas que separan evasión, placer y magia de la sórdida realidad cotidiana pueden ser franqueables en la doble dirección, al menos por un buen rato que siempre compensa. Pero conviene ser fiel al guión al menos en sus líneas generales, porque "si no puedes controlar el personaje que has creado, nadie se arriesgará a hacer una película contigo." (Sobre incongruencias, postureo y repentinos cambios de rumbo se están viendo últimamente muchos casos en los vodeviles postelectorales).
Leopoldo Pomés. Barcelona. 1957.
Así que, ante todo, mucha calma y, pase lo que pase, "¡no apaguen el proyector!, porque si se va la luz desapareceremos todos." 
Y no olviden el ukelele.

martes, 12 de enero de 2016

Desde el puesto de control en la Tierra llamando al Mayor Tom:

Autorretrato de David Bowie a partir de la foto de Masayoshi Sukita para la portada de "Heroes". 1978.
Ha muerto David Bowie, que tanto hizo por que no parase la música y no dejara de cambiar.



Bailemos.



"Planet earth is blue
And theres nothing I can do"




El alienígena ha alcanzado la inmortalidad tal como la deseaba Lao Tse: "Morir sin desaparecer, he ahí la verdadera longevidad".

lunes, 11 de enero de 2016

Sus (de ellos) majestades


Reyes Magos de viaje en una letra capitular del Misal de Salzburgo. Siglo XV.







Españoles:

Nuestra (o sea, nuestra) es la hacienda...
la casa, el caballo, la pistola...

y las normas que han de regir, por los siglos de los siglos, la vestimenta y el protocolo de las cabalgatas de Reyes Magos (especialmente todo lo referido al pelirrojo Gaspar, que es el que más le gusta a mi chiquilla).

Y el roscón.

Y el haba.


Y las sillas del desfile.

¿Os queda claro?

Pues eso.


F.G. La estrella de los Magos de Oriente en el Camino Viejo de Alberite. 12.2015.
(Versión libérrima -y coyuntural- de un poema de León Felipe)

viernes, 8 de enero de 2016

Paraísos perdidos


Masolino. Tentación de Adán y Eva. Capilla Brancacci, Florencia. 1426.


Decía Marcel Proust que "los verdaderos paraísos son aquellos que perdimos."

Masaccio. La expulsión del Paraiso. Capilla Brancacci, Florencia. 1427.
Por ejemplo, la inocencia.

jueves, 7 de enero de 2016

Un eclipse cada noche

El "polo norte" de la Luna.
En sus aforismos sobre la información, Jorge Wagensberg nos cuenta que "desde cualquier punto del planeta se puede observar un eclipse de Sol cada 360 años, uno de Luna cada 3 años y uno de Tierra cada día, por lo que un eclipse total de Sol es más noticia que uno de Luna y uno de Luna más que, simplemente, la noche"
J.M. Schaeberle. Eclipse solar total. 1893.
Lo infrecuente está muy sobrevalorado, porque un eclipse no deja de ser un eclipse: una ocultación transitoria más o menos vistosa.
Kikuji Kawada. Eclipse total.


Lo verdaderamente importante es que el sol sale todos los días, y para todos. 
Enrique Segarra. El sol sale para todos. Orizava. Veracruz. 1979.
Aprovechemos cada día como si fuera único. Como si fuera el último.