jueves, 30 de abril de 2015

Pessoa, el observador


F.G. Lisboa. 04.2014.

"Un hombre puede, si posee la verdadera sabiduría, gozar de todo el espectáculo del mundo desde una silla, sin saber leer, sin hablar con nadie, sólo con el uso de sus sentidos y con que el alma no sepa estar triste." (...) 

F.G. Lisboa. 04.2014.
"La monotonía, la igualdad incolora de los días iguales, la nula diferencia entre el hoy y el ayer –que esto me quede siempre, con el alma despierta para gozar de la mosca que me distrae pasando casualmente ante mis ojos, de la carcajada que se alza voluble desde la calle incierta, la enorme liberación de ser hora de cerrar la oficina, el reposo infinito de un día de fiesta." (…) 

F.G. Jardín del Museo de Arte Antiguo. Lisboa. 04.2014.
"Uno de mis paseos favoritos, en las mañanas en que temo la banalidad del día que me espera como quien teme la prisión, es el de perderme lentamente por las calles, antes de la apertura de tiendas y almacenes, y oír los jirones de frases que los grupos de muchachas y muchachos, y de los unos con las otras, dejan caer, como limosna de ironía, en la escuela invisible de mi meditación abierta." (…)

F.G. Lisboa. 04.2014.
"Un hálito de música o de sueño, algo que haga casi sentir, algo que haga no pensar." (…)

Fernando Pessoa. Fragmentos del Libro del desasosiego, compuesto por Bernardo Soares, ayudante de tenedor de libros en la ciudad de Lisboa. (Traducción de Perfecto E. Cuadrado). Acantilado. Barcelona, 2002.

F.G. Lisboa. 04.2014.





miércoles, 29 de abril de 2015

¿Qué es la poesía?

F.G. Detalle de la Casa de los Medallones, de Otto Wagner. Viena. 04.2015.
Lawrence Ferlinghetti, el extraordinario poeta norteamericano, librero en San Francisco e impulsor principal de la Generación Beat a través de su editorial City Lights (precioso nombre de estirpe chaplinesca que evoca lo mejor de lo que es capaz de dar de sí el ser humano viviendo en colectividad), ha agrupado a lo largo de su fructífera vida una serie de aforismos sobre lo que fue descubriendo acerca de la esencia de su trabajo, editados bajo el título ¿Qué es la poesía?
En ese libro, traducido al español en 2010, recoge iluminaciones de más de sesenta años que dio a la luz pasando ya de los noventa.
Todo un acontecimiento, y una guía extraordinaria para orientarse entre lo que sigue considerando “un arte insurgente”.

F.G. Detalle de la Postsparkasse de Otto Wagner. Viena. 04.2015.



La poesía es el Huésped Desconocido de la casa.

La poesía es una planta que crece de noche para dar nombre al deseo.

Se puede hacer un poema con ingredientes domésticos comunes. Cabe en una sola página aunque puede llenar un mundo y caber en el bolsillo de un corazón. 

La poesía debe ser la emoción recordada en la emoción.

F.G. Bratislava. 04.2015.


La poesía, como el amor, es un analgésico natural. Dice la etiqueta sobre el frasco: “Devuelve el asombro y la inocencia”.

La poesía es el ojo del corazón, el corazón de la mente.


Un poema es un árbol con hojas vivas hecho de pilas de leños de palabras.

Es una incursión subversiva en el lenguaje olvidado del inconsciente colectivo.

F.G. Detalle del Hofpavillon de Otto Wagner. Viena. 04.2015.


La poesía es el redescubrimiento del yo contra la tribu.

Las palabras son fósiles vivientes. El poeta arma la bestia salvaje.

La poesía: un arma dadora de vida desplegada en los campos de la muerte.

Es la voz de la Cuarta Persona del Singular.

F.G. Belleza efímera. Viena. 04.2015.

martes, 28 de abril de 2015

Elecciones a la vista

Toto Castiñeiras. Cirque du Soleil.


Quizá todavía no sepas qué, pero seguro que ya sabes a quién no.
Revista Mongolia. Vota Vete!!
El 24 de mayo tenemos una oportunidad para votar con la cabeza y dar con fuerza y puntería donde más duele.

lunes, 27 de abril de 2015

José Maya: un viaje hacia la luz

José Maya.





Resulta sorprendente que a los treinta y pocos años un artista ponga en pie un espectáculo tan complejo y ambicioso como el “Latente” que bailó José Maya en el Teatro Bretón, cerrando los Jueves Flamencos de 2015.
Quizá lo explique el hecho de haber nacido en un rico ambiente artístico y vivido desde los nueve años sobre los escenarios, rodeado de buena parte de las mejores figuras del flamenco, y demostrando unas cualidades unánimemente valoradas.
Johann Heinrich Wilhelm Tischbein: La gran sombra. 1805.
Tampoco es frecuente que en el vocabulario creativo de un bailaor aparezcan constantes referencias al psicoanálisis y al surrealismo (con ejes reiterados  como rizoma, pulsión, instinto o latencia), quizá aportados por su traslado a París, donde ha conseguido singularizarse como creador en un entorno más rico y diverso que el ensimismado ambiente español. 
Ese lenguaje revela su afán por indagar en las propias sombras, por sacar a la luz, tras ardua lucha, su oculta entraña.
José Maya.
Todo el espectáculo es el relato de una búsqueda personal que se adentra en lo instintivo, en lo ancestral. "Latente" recupera en su comienzo sonidos grabados del amplio espectro de “lo gitano”, desde el violín zíngaro de Maurice Ravel (la fascinación europea por el hondo misterio de esa cultura milenaria) a los ritmos hindús percutidos por tabla y congas (las míticas raíces de un pueblo errante), pasando por la evocación al Omega de Enrique Morente, con su sonido saturado, denso, dramático.
Pero especialmente, y por encima de todo, José Maya acude -como memoria colectiva y fuente de sabiduría- a los cantes flamencos más primitivos, los sonidos negros que evocan lo telúrico, trascendentes, misteriosos, representando su lado más doliente y profundo.  Para ello recurre a un elenco excepcional, encabezado por Juana la del Pipa, que cantó un martinete sobrecogedor, esencial, con una forma de cantar ya perdida que recuerda inmediatamente a la Tía Anica La Piriñaca. Sobre su voz, -cuando se para el tiempo y casi se corta la respiración-, nace el baile sincopado y explosivo, de polirritmia compleja, pletórico de fortaleza y tensión.
José Maya y Juana la del Pipa. Foto de Marie Julliard.
Desde el punto de vista del espectáculo, el momento culminante puede que fueran las preciosas bulerías, improvisando el baile, midiéndose y creciendo a partir del diálogo con la singular antagonista, y José Maya deslumbró, como siempre, en la siguiriya y la soleá por bulerías, magnético, asombroso en los remates y desplantes, demostrando su ambición creativa y sus cualidades privilegiadas.
Alberto Giacometti. Dibujo de juventud a partir del Laocoonte.
Acompañando a Juana, José Valencia estuvo pletórico, espectacular, derrochando y conteniendo, en gran artista, y David de Jacoba, -que no tuvo mucha suerte con el micrófono inalámbrico-, lució su hermosa voz, cargada de doliente dulzura, perfecta para transmitir sentimiento. Y a la guitarra, Raúl El Perla,  excelente en todo momento como discreto motor de continuidad, algo así como el sutil hilván que sustenta y estructura todo el espectáculo; no se permitió ni un momento de adorno o lucimiento propio, siempre supeditado al vértigo de la danza, a la percusión precisa del zapateado y a la magia de las voces dolientes. Aún así, sus siguiriyas fueron asombrosas.
Tras un largo climax de fiesta, llegó el sorprendente final: en la búsqueda de la fuente de sus pulsiones latentes, José Maya llega a cantar el fandango de Macandé, solo, como desnudo, estático, bañado por una deslumbrante luz blanca cenital que lo hace transparente, que le consuela y le hace, por fin, libre.
“Los besos que se compran con dinero / no son besos de verdad, / que los besos verdaderos / son los que una madre da, / que esos no cuestan dinero.”
Todo un alarde de fragilidad que contrasta, poniéndole broche, con el rotundo vigor desplegado a lo largo de todo el espectáculo, cargado de instinto apasionado, de flexibilidad, equilibrio y gracia.
José Maya,

Esta rotunda sesión de terapia personal es un acertado viaje de vuelta a la raíz, en el que un inspirado y generoso José Maya riza el rizo y hace lo que pocos han hecho: bailar para el cante, ceder el protagonismo a la voz humana como verdad suprema del flamenco a partir de la que desentrañar su profunda luz, su honda fuente de sabiduría e inspiración.

José Maya.
"LATENTE"

Juana la del Pipa, José Valencia y David de Jacoba, cante.
Raúl El Perla, guitarra.
Teatro Bretón.
Logroño.
23 de abril de 2015.



Otras crónicas de los Jueves Flamencos en miracomosuena:
Vicente Amigo
Jorge Pardo
Pansequito
Marina Heredia
David Palomar
Rocío Segura

(Publicado en Rioja2 el 29.04.2015)

viernes, 24 de abril de 2015

De libros y bibliotecas

Joost Swarte. Isla de libros.
El amor por los libros es una pulsión que llena nuestra vida de placer y satisfacción diversa. Pero, como cualquier otro amor, ha de ser desinteresado y consciente de que no durará para siempre. 
Manolo Valdés. Biblioteca.
En "Pisando ceniza", las excelentes memorias del librero y editor Manuel Arroyo-Stephens, este nos cuenta un esclarecedor sucedido, coprotagonizado con el librero de viejo Jovino, castizo personaje que en cierto momento trasladó el objeto principal de su modus vivendi desde la atención callejera noctámbula (un servicial sereno pluridisciplinar) hasta el tasado a ojo de cubero interesado de bibliotecas que no iban a seguir a sus creadores en el incierto rumbo hacia la otra vida. Dice así:
Chema Madoz. Arco.
"Me propuso que pusiéramos un cartel en el escaparate de mi librería, anunciando que se compraban bibliotecas. Esta es una calle muy buena, está muy cerca del Tribunal Supremo, me dijo. Por aquí tiene que morir mucha gente con buenas bibliotecas. Mucho abogado, mucho magistrado, mucho catedrático. No sé si usted lo sabe, pero cuando muere alguien por la escalera principal bajan un día el cadáver y por la puerta de atrás al día siguiente la biblioteca. A las viudas los libros no les sirven para nada. Quieren sacarlos de casa cuanto antes porque acumulan polvo y ocupan mucho espacio."
Wolf Suschitzky. Librería de viejo en Charing Cross Road. Londres, 1937
Ni a las viudas, ni a los viudos, ni a los hijos, ni a los sobrinos. Ni a las oenegés beneficiarias de herencias de gente sola o con ganas de ajustar cuentas pendientes.
Así que, si compras (como debes) libros, no pienses en legados futuros. Léelos cuanto antes. Disfrútalos mientras puedas.
André Kertész. El lector. París, 1963.

jueves, 23 de abril de 2015

Ángel Guache: mester de goliardía

Ángel Guache y Marcelo Pull, vistos por Katia Kalamar.
Ángel Guache (un extraordinario poeta de largo recorrido al que habría que clasificar entre los raros y los movedizos) ha vuelto a las andadas con un disco incendiario y gamberro -¡LIBÉRRIMO!-, en el que, apoyado en el guitarrista Marcelo Pull, arremete, cual iconoclasta silvestre, contra toda la imaginería del orden y el progreso.
Pull, Guache y Julián Hernández: forajidos de leyenda.
El tonante repertorio está formado por himnos, marchas, panfletos, romances, manifiestos, consignas y alegatos en los que pretende plasmar, con la crudeza primaria del fotomatón, la foto fija de la actual realidad española dominada por el paro, el despilfarro y la corrupción (“Españaña Españoña”, en la que canta con Julián Hernández), y dispensa recetas de resistencia libertaria y pacifista (del tipo “darles con una tranca, con una tranca de broma, no queremos revanchina”).
Junto a esas soflamas sociales de amplio espectro épico (en las que aparecen también las hondas devociones “calaveras” que se manifiestan a través del culto a la nocturnidad, los garitos y el vino) recurre a otros asuntos más propios de su acreditado espíritu lírico (“Poética”, “Irregular”, “Identidad”, “Epitafio”), aunque sin abandonar la bandera del ripio gozoso con la que envuelve su hedonista actitud vital (porque “la alegría no es trivial”).
Ángel Guache instruyendo a la santa infancia.
Ángel Guache se muestra una y otra vez en estas canciones (como siempre, de hecho) como una lúcida mezcla de goliardo, juglar y bufón que, para ser creíble, empieza por reírse de sí mismo cultivando la cruel autoparodia sin ningún pudor.
Las músicas van de la polka saltarina al blues, pasando por el funky de carga policial, el reggae de conversación en centro social okupado, el ska de guardería (en la línea radical del caca, culo, pedo, pis), el punk para construir su propio “god save the queen” “contra este gobierno y contra el que vendrá”, y un bonito vals bucólico que le sirve como un guante para confesar en un modélico soneto que “no hago al verso sesión de manicura, yo escribo como un terco karateca”. 
Poética. Ángel Guache & Marcelo Pull.
 ¡Libérrimo!.Gas-Oil 2015.
En definitiva, un conjunto de ritmos simples que emanan espontáneamente de la estrofa poética popular y se amoldan a las necesidades de lo contado, con arreglos machacones muy marcados y con vocación de convertirse en himnos para ser interpretados a grandes voces por los espontáneos “coros de la medianoche” en los que hacemos como que nos sentimos libres.
Guache y Pull, buscando el tono para dar la nota. Foto de Leo Cobo.
La banda, una especie de tuna eléctrica, gamberra, dipsómana y acelerada, -con los guiños corales liderados por Vanexxa-, está a la altura de semejante proyecto: un disco irregular -lo que, viniendo de donde viene, es a la vez una pretensión y un logro que lo hace extraordinario- y complejo, una rara joya primitiva que llama la atención en medio de nuestro panorama musical, dominado por fórmulas, reglas y clichés.

miércoles, 22 de abril de 2015

Más cosas que hacer en los museos

F.G. Kunsthistorisches Museum. Viena. 04.2015. 
En vista del éxito obtenido con la anterior entrada acerca de todo lo que se puede hacer en los museos, el gabinete de ocio creativo de miracomosuena os recomienda estas nuevas posibilidades para abrir vuestros horizontes vitales, ya de por sí dilatados. 
Lo más frecuente suele ser padecer en carne propia los efectos de una sobredosis de "horror vacui", en sus versiones olímpica, hagiográfica o dinástica.
Para contrarrestarla, puedes observar a distancia prudencial los experimentos coloristas de los artistas pop, imaginando por tu cuenta su secuela acústica,
Roy Lichtenstein en el MUMOK. Viena. Foto de F.G. 04.2015.
o mirar por la ventana los amplios panoramas, en los que encontrarás algún otro museo interesante al que ir a continuación. 
F.G. Ventanal del Leopold Museum sobre el Barrio de los museos. Viena. 04.2015.
Puedes aprovechar para hacer nuevos amigos con los que compartir opinión y descubrimientos
F.G. Sala de Gustav Klimt en el Leopold Museum. Viena. 04.2015.
y para enterarte de las viejas pasiones que explican las obras de algunos artistas que te han gustado siempre.
 Egon Schiele y Wally Neuzil. Leopold Museum. Viena. Foto de F.G. 04.2015.
También puedes disfrutar escondiéndote (del viento, del sol, de las miradas ajenas,...)
F.G. Schönbrunn. Viena. 04.2015.
y dedicando un rato a documentarte de primera mano en estos lugares privilegiados, casi secretos a pesar de su vocación original.
F.G. Galería principal de la Österreichische Nationalbibliothek. Viena. 04.2015.
Y lo más importante, siempre, es aprovechar el tiempo para desplegar toda tu curiosidad y estar dispuesto a aprender y sorprenderte,
F.G. Clase peripatético-sedente en el Oberes Belvedere. Viena. 04.2015.
sin temor a que por el cansancio acumulado o por el peso agobiante de tanta belleza te de una bajada de tensión.
Duane Hanson. Mujer con bolso (1974) entre dos "viñetas" de Roy Lichtenstein. MUMOK. Viena. Foto de F.G. 04.2015.
Te recuperas en un momento y de nuevo en marcha, porque a la ocasión la pintan calva y día que pasa no vuelve.
Adiós, majos.

martes, 21 de abril de 2015

Fruta extraña

Billie Holiday.
En poco menos de una semana han coincidido el centenario del nacimiento de Billie Holiday y la muerte de Eduardo Galeano, que tanto la admiró y que escribió esto sobre ella:



    "La empresa Columbia se negó a grabar esa canción, y el autor tuvo que firmar con otro nombre.
    Pero cuando Billie Holiday cantó Strange fruit, cayeron las barreras de la censura y el miedo. Ella cantó con los ojos cerrados y la canción fué un himno religioso por obra y gracia de esa voz nacida para cantarlo, y desde entonces cada negro linchado pasó a ser mucho más que un extraño fruto colgado de un árbol, pudriéndose al sol.
    Billie,
    la que a los catorce años lograba el milagro del silencio en los ruidosos puteros de Harlem donde cambiaba música por comida,
    la que bajo la falda escondía una navaja,
    la que no supo defenderse de las palizas de sus amantes y sus maridos,
    la que vivió presa de las drogas y de la cárcel,
    la que tenía el cuerpo hecho un mapa de pinchazos y cicatrices, 
    la que siempre cantaba como nunca."

Eduardo Galeano. Voz negra. (Recogido en Espejos. Una historia casi universal.) Siglo XXI. Madrid, 2008.
Eduardo Galeano leyendo su libro Espejos.


La letra de la canción, escrita por el judío emigrante norteamericano Abel Meeropol, dice así:
"De los árboles del sur cuelga una fruta extraña. 
Sangre en las hojas, y sangre en la raíz. 
Cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña. 
Extraña fruta cuelga de los álamos.
Escena bucólica del valiente sur. 
Los ojos saltones y la boca retorcida. 
Aroma de magnolias, dulce y fresco, 
y el repentino olor a carne quemada. 
Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos. 
Para que la lluvia la tome, 
para que el viento la aspire, 
para que el sol la pudra, 
para que los árboles la dejen caer. 
Esta es una extraña y amarga cosecha".
Linchamiento de Thomas Shipp y Abram Smith en Marion, Indiana, en 1930, inspirador de la canción Strange fruit.


La historia de la humanidad nunca ha abandonado la barbarie criminal. En cualquier tiempo y en cualquier latitud, así fue y así sigue siendo.
Bajo los árboles, en las vallas fronterizas o en el mar, y ante el regocijo o la indiferencia de la mayoría.
Benditos sean los que luchan por salir de esta situación inmunda.

lunes, 20 de abril de 2015

Les habla el Comandante

F.G. Barajas. 04.2015.
Las tragedias colectivas nos dejan "tiernos", porque ponen en evidencia con su sórdida brutalidad, -con su injusta arbitrariedad-, que somos completamente vulnerables, que siempre estamos inermes ante la decisión criminal o el fallo inesperado.
F.G. Sobre las nubes. 04.2015.
Seguramente la autoridad consiste también en percibir el pánico sordo de las personas que vas a transportar y que de ti dependen: saber apreciar que se mueven menos y de forma distinta; que hablan más bajo de lo habitual y solo lo imprescindible; que permanecen alerta y, sorprendentemente, prestan atención a las archisabidas instrucciones de seguridad que mecánicamente escenifican las azafatas.
F.G. El vibrante Mediterráneo del golfo de León. 04.2015.

Entonces se hace necesaria la intervención del Comandante, que nos habla en tono relajado de asuntos infrecuentes -más allá de la información rutinaria sobre alturas, pies, velocidad de crucero, ruta, temperatura y hora de llegada prevista-. Nos hace el elogio de la aviación (tan necesario para los bípedos implumes inmersos en la acción contranatura de volar, aunque sea dentro de una máquina); nos canta la belleza de su profesión, de su rigurosa exigencia, de la entrega vocacional al delicado servicio, de los estrictos protocolos de mantenimiento de los aparatos; y lo hace como si lo hiciera un hermano mayor, como un amigo que sabe de lo que habla y que hemos tenido la suerte de que nos pueda acompañar sentado en el asiento contiguo.
F.G. Más blanco que lo blanco. 04.2015.
Y nos habla una segunda vez de las bellezas del territorio que sobrevolamos y de la ciudad que nos espera, de sus atractivos únicos y de las cualidades de sus habitantes, como si fuera una novia.
F.G. Novedades aeronáuticas.. 04.2015.
Y una tercera acerca del esfuerzo de la tripulación por mantener la armonía y las buenas caras, y de su afán por tranquilizar a quienes han depositado en ellos su confianza, porque somos, al fin y al cabo, la justificación de su trabajo. O sea: como una madre.
F.G. Un plácido vuelo. 04.2015.
Este calmante arrullo en tres idiomas acaba por producir el efecto deseado, y el pasaje se relaja y vuelve al runrún y al movimiento habitual, a la lectura o al sueño, por fin conseguida la intención sedante pretendida.
La palabra tiene propiedades terapéuticas. Percibir empatía alrededor nos consuela. La cordialidad nos relaja y ahonda nuestro bienestar.
F.G. Torre de control del aeropuerto de Viena. 04.2015.

la vuelta, quizá porque la traumática impresión se ha ido disolviendo con el paso de los días (ya sabes: el tiempo lo cura todo...), el protocolo comunicativo se reduce a lo imprescindible. A la fría mecánica del reglamento.

viernes, 17 de abril de 2015

¿Qué fue de las tiendas de discos?

Robert Crumb. Compradora de discos.
 Como todas las causas perdidas y las especies en vías de extinción, las tiendas de discos también tienen su propio "día internacional."
Amoeba music en Los Ángeles, California.
Aquellos pequeños almacenes en los que un aficionado restaba espacio a electrodomésticos o instrumentos músicales para exhibir los deseados vinilos entre la reducida parroquia, se fueron transformando en tiendas especializadas -mejor o peor surtidas- en las que un experto informaba y era capaz de orientar el gusto de un público creciente. 
Leonera incógnita.

Luego llegaron los grandes almacenes y cadenas especializadas que asfixiaron a aquellos a base de bajar los precios hasta lo insoportable. 
Hasta de perfil son bonitos.
Empezó también la venta por correo y las ofertas, y mientras estábamos distraidos pensando en si eran galgos o podencos (en un debate esteril entre las bondades del vinilo y del compacto), llegó "lo digital" y arrasó con todo. Descargas de pago o piratas, suscripciones a portales de streaming y videoescucha a través de youtube van ocupando el "espacio musical", y este es el año en que la venta digital ha superado por fín a la objetual, en una tendencia que parece imparable aunque sujeta a las turbulencias de los intereses contrapuestos de artistas, productores, distribuidores y corporaciones suministradoras de servicios de comunicación digital telefónica.
F.G. La tienda de discos Gramola, en Viena. 04.2015.
Las tiendas de discos han desaparecido, salvo en las grandes ciudades. Hoy, en una ciudad de 150.000 habitantes como la mía, es más difícil comprar un disco que hace cuarenta y cinco años, cuando solo tenía 60.000 vecinos y un nivel de consumo infinitamente inferior. Si permaneces enganchado a los "objetos" tienes que aprovechar los viajes esporádicos a grandes ciudades o recurrir a la compra a través de multinacionales de distribución que aspiran a una posición monopolista (y con exenciones fiscales injustificables, mucho mayores que las que recibe un disquero, que no recibe ninguna).
Forges, en El País, retrató a este sorprendido disquero resistente.
Una pena. En unos pocos años se ha perdido toda una red de distribución que generaba actividad cultural complementaria diversa, creadora de un montón de puestos de trabajo directos e inducidos.
Robert Crumb. "La materia de la que están hechos los sueños." Portada para su edición de rarezas de los años 1920-30
Al final, y lamentablemente, la única conexión "humana" que vamos a tener con el negocio de la música grabada va a ser la que establezcamos con el instalador de la fibra óptica. Y nuestras airadas quejas con los teleoperadores.
Juanjo Saez para rockdelux. 2002.