lunes, 31 de agosto de 2020

Magia y misterio

Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
Ya ha terminado mi exposición las horas de luz en el EspacioArteVACA de Viniegra de Abajo. 
Cada visitante la ha hecho suya de una manera determinada, a su medida, en función de sus intereses o de sus necesidades, según lo que traiga visto de la vida. 
Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
Cada mirada es distinta, y lo hemos podido ver de manera palpable aquí, en miracomosuena, a través de las fotos tan diferentes que cuatro excelentes fotógrafos, Gabriel Santolaya, Jesús R. RocandioTeresa Rodríguez y Carlos Rosales, me han facilitado para iluminar los comentarios sobre las distintas obras de la exposición. Muchas gracias.
Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
También a los amigos que me han mandado las "pruebas fehacientes" de que han estado apoyando al proyecto VACA y a mí con su presencia y sus testimonios gráficos "desde la escena del crimen". Gracias a todos. 
Todas las conservo, porque todas enriquecen la obra, le añaden matices y le dan nuevos valores. A veces valores insospechados. 
Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
Y para cerrar este luminoso ciclo de tres meses os traslado en esta entrada un espléndido regalo de Teresa Rodríguez, que estuvo una deslumbrante mañana de agosto en la Casa Bernáldez para montar, con la colaboración de Bernardo Sánchez, unas cuantas "cámaras oscuras" que metieron toda la luz y buena parte de los colores del Alto Najerilla en la sala de exposiciones, tiñendo el lugar y las obras con otras magias y otros misterios.
Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
Muchas gracias, Teresa. 
Por mí y por todos los lectores de miracomosuena.
Teresa Rodríguez. Cámara oscura en el EspacioArteVACA. Viniegra de Abajo. 08.2020.
Y nada más. 
Aquí han acabado las horas de luz.
Adiós a todos. 
Hasta la próxima.
Os avisaré con tiempo.

domingo, 30 de agosto de 2020

La luz del mármol


F.G. Detalle de las horas de luz. Al fondo, Seis huellas. A la derecha,  Lo que es es lo que es (y lo que pesa).
05 y 06.2020. Fotografía de Jesús R. Rocandio.
Si la luz ha sido el eje fundamental de mi exposición en el EspacioArteVACA de Viniegra de Abajo, (un eje tendido y variable, dinámico, mutante), la materia, las distintas materias, han servido de vehículo a través del que esa luz se ha mostrado más rica y diversa, más expresiva, su necesario soporte, su imprescindible transmisor. 
F.G. Lo que es es lo que es (y lo que pesa). Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2020. Foto de F.G.
Y entre todos esos materiales ha destacado singularmente, quizá por haber venido de tan lejos y con apariencias tan diversas, el mármol, con su propia luz interior, congelada a la espera del calor que le aporte una mirada atenta. Ya me he referido en miracomosuena a varias obras construidas con mármoles, (El friso de los caballos, La nieve ardía, Y al fondo, las montañas, Detrás de la puertapero todavía no he hablado de dos piezas que me gustan especialmente.
F.G. Lo que es es lo que es (y lo que pesa). Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2020. Foto de Gabriel Santolaya.
Una que afronta la compleja morfología del travertino, (su larga historia llena de espontáneos dibujos sedimentarios, sus apetencias traslúcidas, sus cálidos colores, las abundantes marcas de su previo uso callejero,...) con su presentación elemental, sin más leyes que las del equilibrio y la gravedad, un pequeño homenaje a la larga estirpe de grandes escultores geómetras, de artistas que aspiran a extraer de la mínima intervención la máxima expresividad. De ahí le viene el título, que se hace eco y completa la controvertida frase de Frank Stella: "En el arte lo que ves es lo que ves".
F.G. Seis huellas. Dibujos encontrados sobre mármol. 05.2020. Fotografía de Gabriel Santolaya.
La otra la constituyen seis fragmentos de mármol blanco reutilizados después de su largo uso como parte de una escalera comunitaria, uso que les ha dado un atractivo pulido mate generado por la pausada abrasión de las pisadas y ha formado (en los encuentros con otros mármoles dispuestos verticalmente y ahora no usados) unas líneas de materia negra que trazan seis dibujos iguales y distintos, por tratarse siempre del mismo ángulo pero con mínimos desajustes de instalación y distinta acumulación de sedimento. Es una pieza sutil, delicada, azarosa, que aporta cantidades iguales de serenidad e inquietud, y que incluyo como un salto cualitativo en la serie que voy construyendo desde hace tiempo con objetos de distintas procedencias, materiales y funciones bajo en nombre genérico de "dibujos encontrados".
F.G. Dibujos encontrados, Seis huellas y  Lo que es es lo que es (y lo que pesa). Fotografía de Gabriel Santolaya.
Tanto en estas dos piezas como en los otros mármoles exhibidos en las horas de luz he querido jugar con los misterios de un material riquísimo, profundo, simultáneamente resonante y silencioso, congelado y tórrido, traslúcido y opaco, claroscuro, unas veces mero halo y a menudo profundo abismo, insondable sima. 
Y ha sido muy gratificante. 
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.
F.G. las horas de luz. 06.2020. Fotografía de Gabriel Santolaya.
  

sábado, 29 de agosto de 2020

Rocío


F.G. Rocío. 2019. Fofografía de Gabriel Santolaya. 
Las brillantes gotas de este Rocío son las lágrimas colgantes de dos viejas lámparas desechadas por el comprador de un piso en el que su anterior propietario las había dejado abandonadas a su suerte.
F.G. Rocío. 2019. Fofografía de Jesús R. Rocandio.

Las facetas y el movimiento de estos pobres abalorios, su brillo multiplicado, el esporádico y sorprendente sonido "cristalino", su vistosidad y efectismo primarios, como de barraca de feria antigua, no son valores suficientes para el cambiante aprecio de los decoradores y de los habitantes de las casas modernas, que los consideran viejunos y pasados de moda, al menos hasta que la ley del mercado, con su superior criterio, los reconvierta en vintage, tendencia, neo-kitsch, chics y enrollados por un rato.
F.G. Rocío. 2019. Fofografía de F.G.
Yo las recibí agradecido como un botín apreciable, (como recibirían seguramente los aborígenes las baratijas aportadas por los colonizadores en su trueque desigual) y las ligué a una rama deshojada de muérdago, donde recuperaron su función estética, su dinamismo y su valor ejemplar para explicar amablemente el milagro de la refracción de la luz a propios y a extraños.
F.G. Rocío. 2019. Fofografía de Gabriel Santolaya. 
Este rocío no es fenómeno exclusivo de la mañana, y cualquier brisa airosa o rayo luminoso lo pone en movimiento a cualquier hora descomponiéndolo en arco iris y transformándolo en leve sonaja que alegra la vida de los que tiene cerca. En definitiva, mejora el lugar donde se aposenta, lo que no es poca cosa para algo insignificante.
F.G. Rocío. 2019. Fofografía de F.G.

viernes, 28 de agosto de 2020

El misterio de las cosas

F.G. Maryviña. 04,2020.
Hay un proverbio francés tan certero como universal, tan eterno como evidente: "Nul tisserand ne sait ce qu’il tisse." Ningún tejedor sabe lo que teje. Lo cita la novelista Ben Pastor como epígrafe de El camino a Ítaca.
Vamos, en todo, siempre, esencialmente a ciegas. A pesar de las apariencias. O precisamente por ellas.
F.G. Maryviña. 04,2020.
Estos dos objetos, un canto rodado con cierto aspecto de hacha paleolítica recogido en el meandro del Ebro a su paso por  El Cortijo, a tiro de piedra de lo que queda del puente romano de Mantible, y un mínimo pecio encontrado en la playa de Chiclana (el día en que se decretó el estado de alarma a causa de la pandemia) que conserva vestigios de varias capas de pintura y memoria sobre la baqueteada madera, se unieron sin saber por qué ni hasta cuándo en este Maryviña, del que solo sabemos el para qué: se necesitaban el uno al otro para mantenerse firmes, en pie.
Ojalá que tengan buen camino.
F.G. Maryviña. 04,2020.

jueves, 27 de agosto de 2020

El friso de los caballos


F.G. El friso de los caballos. 06.2020. Fotografía de Jesús R. Rocandio.
Enmarcado por el singular maderamen de la pared principal y el viguerío del establo de la Casa Bernáldez, este friso es la acumulación y ensamblaje de restos de mármoles de colores, texturas y tamaños muy diferentes, procedentes (junto a otros que han conformado varias piezas de mi exposición las horas de luz) de la reforma integral del portal y la fachada de la casa de un amigo.
F.G. El friso de los caballos. 06.2020. Fotografía de Gabriel Santolaya.
La dimensión y orden de su agrupamiento estuvo condicionada desde el primer momento por el peculiar "marco" de madera previsto para su exhibición, y junto a los seis fragmentos (blancos, negros, dorados, jaspeados, unos pulidos, otros mates y rugosos, todos irregulares y quebrados, siempre llenos de mellas) aparecieron en la manipulación algunas marcas de pintura de su primera instalación y otras grafías y rasguños accidentales debidos a varios traslados y al proceso de ejecución. Todos fueron bien recibidos.
F.G. Proceso de fijado de El friso de los caballos en Mármoles Arenzana. 05.2020.
Poco a poco, sin apenas pretenderlo, las partes fueron constituyendo un "lapidario" sobrio y potente, con cierto aire de antigüedad clásica, que da testimonio (arbitrario, naturalmente) de un pasado reciente: un relato esencialmente falso, como suele suceder.
El constante cambio de luz en la estancia da al conjunto un dinamismo notable, y las sombras que genera incrementan su volumen a la vez que lo hacen más ligero.
Añadir al título la referencia a los caballos era imprescindible en este lugar por la imperiosa necesidad de honrar la memoria de su acogedora función tradicional.
F.G. El friso de los caballos. 06.2020. Fotografía de Gabriel Santolaya.
También era un guiño a otro friso homónimo, más célebre (el más célebre, probablemente) y de muchísimo más mérito, saqueado por el ex-imperio inglés en la Acrópolis ateniense hace 220 años. Tal fue el expolio que el botín se exhibe junto a otras rapiñas de alcance universal, por vergüenza o por orgullo, sin subrayar ni su origen (el Partenón) ni a su autor (Fidias y su taller): solo el material de la obra (mármoles) y el caporal perpetrador del saqueo (Elgin). Más o menos como si se tratara de la contrata de una obra menor. (Pero no tardaremos en ver caer al tal conde de su plinto: un poco antes que a Nelson de su columna. Tiempo al tiempo).
F.G. El friso de los caballos. 06.2020. Fotografía de Jesús R. Rocandio.
En lo que a nuestro friso de los caballos concierne, contamos para su erección con la experiencia de los marmolistas Arenzana (que consolidaron las partes en un todo homogéneo); con la fortaleza generosa de los jóvenes de Viniegra de Abajo y con el ojo clínico de Pájaro para trasladar los puntos claves de una plantilla a una pared de resistencia impredecible mientras todos faenábamos en un precario andamio. (Ahora apostaríamos por una resistencia de, al menos, 2.500 años. Tirando por lo bajo).
Cartel de las horas de luz, diseñado por Gabriel Santolaya a partir de
una fotografía de Jesús R. Rocandio.

miércoles, 26 de agosto de 2020

El túnel del tiempo

F.G. L´altelier. Dentro del maremágnum, entre otros personajes, El farero, Acacia y El Bueno, el Feo y el Malo. 2020.
"La cronología de la infancia no está hecha de líneas sino de sobresaltos. La memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre una playa de olvidos. Sé que pasaron muchas cosas durante aquellos años, pero intentar recordarlas es tan desesperante como intentar recordar un sueño, un sueño que nos ha dejado una sensación, pero ninguna imagen, una historia sin historia, vacía, de la que queda solamente un vago estado de ánimo. Las imágenes se han perdido. Los años, las palabras, los juegos, las caricias se han borrado, y sin embargo, de repente, repasando el pasado, algo vuelve a iluminarse en la oscura región del olvido.(...)"

Héctor Abad Faciolince
El olvido que seremos. Alfaguara. 2006.
F.G. Personajes: Joan y Antoni. Ensamblajes de objetos encontrados. 2019.

martes, 25 de agosto de 2020

La nieve ardía

F.G. La nieve ardía. Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2020. Fotografía de Gabriel Santolaya.
Mi primera intención para levantar la idea de un hogar en la exposición las horas de luz fue recrear un nido con toda su pujanza vital, pero todos los intentos de conseguir materia prima original y de un calibre adecuado resultaron baldíos. (Hablas con las autoridades medioambientales de ciertas cosas y te tratan como si fueras un peligroso asaltacunas).
La alternativa para recrear esa imagen de cálida intimidad generadora se presentó en forma de un gran brasero de cobre conservado en la Casa Bernáldez, con su soporte de madera para colocar debajo de las faldas de una mesa camilla o en el centro de una habitación. Nada mejor para representar los tradicionales valores domésticos: poder de atracción, capacidad acogedora, centralidad, calidez, magnetismo visual, renovación constante y primaria,...
Como los ocupantes del caldeado hemisferio iban a ser un montón de fragmentos de mármol blanco que encontré desperdigados en un camino, acudió a mi cabeza una jota aragonesa que cantaba estupendamente mi suegro José María Sotés, siempre a petición de la audiencia y generalmente en torno a una mesa bien surtida, hiciera frío o calor:  

"Que la nieve ardía, 

en lo alto el Pirineo soñé que la nieve ardía, 
y por soñar lo imposible pensé que tú me querías, 
pensé que tú me querías y en lo alto el Pirineo."



Tales paradojas y tan eficaces imágenes me llevaron de la mano al soneto 375 de Francisco de Quevedo, también muy hermoso, también emocionante:

"Es hielo abrasador, es fuego helado, 
es herida que duele y no se siente, 
es un soñado bien, un mal presente, 
es un breve descanso muy cansado. 
Es un descuido que nos da cuidado, 
un cobarde con nombre de valiente, 
un andar solitario entre la gente, 
un amar solamente ser amado. 
Es una libertad encarcelada, 
que dura hasta el postrero parasismo; 
enfermedad que crece si es curada. 
Éste es el niño Amor, éste es su abismo. 
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada 
el que en todo es contrario de sí mismo!"
F.G. La nieve ardía. Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2020. Fotografía de Jesús R. Rocandio.
Ya hecho todo el montaje sobre un lecho de dorada paja y rojos frutos de granado recurrimos a la generosidad de Mármoles Arenzana (que había colaborado en el ensamblaje de algunas otras piezas de la exposición) para complementar la blanca cosecha con fragmentos desechados de su obrador. Entre ellos llegaron algunos que, evidentemente, procedían de lápidas sepulcrales.
Una inesperada forma de cerrar el círculo. 
Las vueltas que da la vida.
Amor constante más allá de la muerte.
F.G. Semillas negras. Objeto encontrado. Chiclana. 03.2020.

lunes, 24 de agosto de 2020

Cuatro personajes

F.G. Mister Braban, Ensamblaje de objetos encontrados. 05.2020. Fotografía de Carlos Rosales.
(...) "Debería haber sabido que después de iniciarse en el arte por mí, Langley se convertiría en un artista aficionado obsesivo y dejaría de lado por completo el objetivo de mi recuperación. Si algo conocía bien, era a mi hermano. Sólo tenía que esperar. Para sus composiciones, no se limitó a la pintura al óleo, sino que incorporó al lienzo todo aquello que le pedía el alma. 
F.G. Pepe el Mixto. Ensamblaje de objetos encontrados. 04.2019. Fotografía de Carlos Rosales.
Objetos encontrados, los llamaba, y para encontrarlos le bastaba con mirar alrededor, siendo nuestra casa la fuente de las plumas de ave, las cuerdas, los rollos de tela, los pequeños juguetes, los fragmentos de cristal, los trozos de madera, los titulares de periódicos y todo lo que en algún momento lo inspiró. Se suponía que creaba obras lo más táctiles posible en atención a mí, pero en realidad era porque el efecto dimensional le complacía. 
F.G. Martin Roquebrune.  Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2020. Fotografía de Carlos Rosales.
Transgredir las normas le complacía. Al fin y al cabo, ¿por qué tenía que ser plano un cuadro? Me colocaba un lienzo delante para que lo tocase. Cuál es el tema, preguntaba yo, y él contestaba: No hay tema, esta pieza no representa nada. Es lo que es en sí misma, y eso basta." (,,,)

Edgar L. Doctorow. Homer y Langley. Miscelánea Ed. 2010.
F.G. Luz Lanjarón. Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2020. Fotografía de Carlos Rosales.
Estos cuatro ensamblajes forman parte de mi exposición las horas de luz y están agrupados, junto a muchos otros caprichos, en la obra Repositorio.
Los puedes ver hasta el 30 de agosto en el EspacioArteVACA, de Viniegra de Abajo. 
El que avisa no es traidor.

viernes, 21 de agosto de 2020

La ligereza


F,G. Todo un mundo. Viniegra de Arriba. Ensamblaje de objetos encontrados. 05.2020. Fotografía de Carlos Rosales. 19.08.2020.

"Eternizarse en un equilibrio inestable."

Emil Cioran. Cuadernos. 1957-1972. Traducción de Mayka Lahoz. Tusquets Ed., 2020.
F,G. Todo un mundo. Viniegra de Arriba. Ensamblaje de objetos encontrados, 05.2020. Fotografía de Carlos Rosales. 19.08.2020.

jueves, 20 de agosto de 2020

Tres miodesopsias cautivas

F.G. El vuelo de la mosca prismática. Objeto encontrado. 05.2020.
Estas criaturas del aire son de la variedad popularmente denominada "mosca", un tipo de molestia ocular que flota a la deriva en nuestro campo de visión y que, como pelusillas incontrolables, suben y bajan sin ton ni son en un movimiento perpetuo por la periferia de nuestros ojos.
Los oculistas no les dan mayor importancia pero su circulación arbitraria incordia bastante, enturbiando cualquier posibilidad de mirada clara y limpia y añadiéndole a la página en blanco un terror dinámico específico de menor cuantía y perfectamente superable.
F.G. El vuelo de la mosca sobre la peana.. Objeto encontrado. 05.2020.
Como los griegos pusieron acertadamente nombre a todas las cosas llamaron a esta especie tan incordiante como una porquería en los ojos miodesopsias, que en román paladino no quiere decir otra cosa que "forma de mosca en la visión". Lo que demuestra una vez más que no hay nada mejor que llamar a las cosas por su nombre.
F.G. El vuelo de la mosca hiperactiva. Objeto encontrado. 05.2020.



miércoles, 19 de agosto de 2020

Lapislázuli

F.G. Un amigo nuevo de por Clavijo. Objeto encontrado. 01.2020.
Tuvo tanta capacidad para ponerse en el lugar de los otros que acabó pasándose media vida descolocado, fuera de sitio.
F.G. El egipcio del Imperio Antiguo. Ensamblaje de objetos encontrados. 05.2020.

martes, 18 de agosto de 2020

Contar y no parar

Linder Sterling, He tenido mi visión. Collage a partir de dos obras de Christian Dior. 2014.
"Nunca, nunca, aunque no pase nada, la gente deja de contar, y si hay infierno, también allí seguirán contando por los siglos de los siglos, dándole cuerda una y otra vez al juguete de las palabras, intentando entender algo del mundo, tanteando en el absurdo de la vida en busca quizá de algún resorte que abra su ciega cerrazón, como la cueva de Alí Babá al conjuro de una palabra mágica, y nos descubra el gran tesoro de la razón, de la luz, del sentido exacto de las cosas…"

Luis Landero. Lluvia fina. Tusquets Ed. 2019.
Linder Sterling. No es necesario decir nada. Collage a partir de dos obras de Christian Dior. 2014.

lunes, 17 de agosto de 2020

Y al fondo, las montañas


F.G. Ventana de la sierra. 02.2020. 
A lo largo de la infancia las montañas formaban parte imprescindible de nuestra idea de un paisaje completo, cualesquiera que fueran su amplitud o pretensiones. Solía ser doméstico y rural, y eran el fondo que delimitaba su lejano horizonte, el final del espacio amable y seguro de la casa unifamiliar con tejado de doble vertiente, chimenea humeante y una fachada frontal con dos ventanas parejas y una puerta rectangular y siempre abierta de la que arrancaba un camino más o menos previsible. Podía haber también nubes, árboles, alguna vaca, un caballo, muchos pájaros esbeltos en pleno vuelo, gente trabajando el campo, algún vehículo,..., pero lo que nunca faltaban eran las montañas al fondo, quebradas, agudas, a veces nevadas. Eran el fin de un mundo, y es lo que nos enseñaron la enciclopedia Álvarez, Don Feliciano y los padres y los hermanos mayores en casas que no se parecían en nada a la de nuestros dibujos. Así quedó para siempre en nuestro imaginario, y ese arquetipo nos lleva a la vez a la idealizada infancia y a la añoranza de una convivencia bucólica y respetuosa con la naturaleza que muy probablemente nunca existió. Al menos entre los urbanitas.
F.G. El campo, los caminos y las sierras. Viniegra de Abajo.05.2020.
Preparando mi exposición las horas de luz en Viniegra de Abajo quise mirar por las ventanas y abrir el espacio vital al exterior. Era lo más natural en un fondo de valle tan hermoso como el del río Urbión,  pero me encontré con esos dientes de sierra que parecen más un balance empresarial que cualquier otra cosa. Así es la vida.
F.G. Sierra Negra. Acumulación de objetos encontrados.05.2020.
A la vez, y sin haberlo previsto demasiado, compareció y fue tomando sentido un paisaje mucho más real, oscuro, complejo, con varios planos de profundidad, con todas las señales marcadas por las quiebras del tiempo y del uso, un uso práctico que lo había humanizado en la misma medida que lo transformaba "deshumanizándolo". 


F.G. Dibujo preparatorio en el "Cuaderno de Punto de Partida". 02.2020.
El uno es resultado de un dibujo preparatorio, de la torsión de unas piezas de hierro desechado y de su soldadura. El otro es la acumulación espontánea de parte de los restos de la remodelación de una casa que poco tenía que ver con las de los dibujos de la infancia, en una ciudad con muy poco de idílico.
F.G. Dibujo preparatorio en el "Cuaderno de Punto de Partida". 02.2020.
Y sin embargo, esa misteriosa silueta producida por la quiebra fortuita, esa linea de horizonte caótica, se nos presenta como un desafío, como una llamada a franquear caminos, a superar los límites, a ampliar el mundo. 
Cada edad tiene sus propias montañas.

viernes, 14 de agosto de 2020

Las flores que no te llevo


F.G. Las flores que no te llevo. Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2020. Porche de la ermita de Lomos de Orios.
El objetivo de aquellos días de trabajo en Lomos de Orios gozando de la hospitalidad de Araceli y de las habilidades y consejos de Pájaro era construir una serie de esculturas filiformes para mi prevista exposición en Viniegra de Abajo, partiendo de los trozos de hierro que, una vez acabada su función de estrecho abrazo en el transporte de las largas barras que se utilizan para armar los encofrados en las edificaciones, se cortan y se desprecian como material inservible. 
F.G. Dibujo de Las flores que no te llevo en el "Cuaderno de Punto de Partida". 02.2020.
La provisión de esos flexibles desperdicios era suficiente como para que, además de esos “marcos de ventanas habitados”, pudiera acometer una obra soñada, todavía indefinida pero en buena medida intuida por el viejo aprecio que tengo por las hermosas flores de hierro construidas por Julio González hace cien años. 
F.G. Las flores que no te llevo. Fragmento. 08.2020.
Esos “abrazos”, tras ser cortados, dejan en un extremo el entrelazado de los dos tramos como una flor delicada, de largo tallo y con un receptáculo como pesada cabeza relajada, formada por una doble espiral siempre repetida pero diferente en cada caso.
F.G. Las flores que no te llevo. Fragmento. 08.2020.
La intención era crear un ramo con todos ellos, y el riesgo tener que recurrir a otro elemento ajeno en material, color y lenguaje para que lo estabilizara y mantuviera vertical, porque el añadido necesariamente tendría un volumen y un protagonismo que actuarían en detrimento de las flores.

Sabin Berthelot. Grabado de los dragos de la Casa de Franchy en la Villa de La Orotava. 1838. Histoire Naturelle des Iles Canaries. Atlas.
Había visto esos días los grabados de un naturalista francés en expedición por las Islas Canarias, y entre ellos un inmenso drago que resolvió mi dilema: los tallos habrían de transformarse en un tronco de amplia base, tan amplia como la copa, para que el conjunto pudiera mantenerse erguido y estable por sí solo, completamente autónomo. 
Enfocamos el trabajo, los cortes, las torsiones y las soldaduras en función de esa “iluminación” y el resultado lo tienes a la vista. Respecto al drago tiene dos ventajas: es portátil y es transparente, lo que no es poca cosa en una pieza de este porte y volumen. 
F.G. Las flores que no te llevo. Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2020. Viniegra de Abajo. Foto de Gabriel Santolaya.
Las flores que no te llevo, el negro ramo de hierros desechables que preside el acceso a mi exposición las horas de luz, en el EspacioArteVACA de Viniegra de Abajo, son la manifestación de una devoción particular (no siempre explícita, a menudo no reconocida) por todos aquellos que, por haber compartido con nosotros el amor, han dado y siguen dando sentido a lo mejor de nuestra vida.
F.G. Las flores que no te llevo. Ensamblaje de objetos encontrados. Jardín de la Casa Bernáldez. Viniegra de Abajo. 06.2020.