F.G. Barajas. 04.2015. |
F.G. Sobre las nubes. 04.2015. |
F.G. El vibrante Mediterráneo del golfo de León. 04.2015. |
Entonces se hace necesaria la intervención del Comandante, que nos habla en tono relajado de asuntos infrecuentes -más allá de la información rutinaria sobre alturas, pies, velocidad de crucero, ruta, temperatura y hora de llegada prevista-. Nos hace el elogio de la aviación (tan necesario para los bípedos implumes inmersos en la acción contranatura de volar, aunque sea dentro de una máquina); nos canta la belleza de su profesión, de su rigurosa exigencia, de la entrega vocacional al delicado servicio, de los estrictos protocolos de mantenimiento de los aparatos; y lo hace como si lo hiciera un hermano mayor, como un amigo que sabe de lo que habla y que hemos tenido la suerte de que nos pueda acompañar sentado en el asiento contiguo.
F.G. Más blanco que lo blanco. 04.2015. |
F.G. Novedades aeronáuticas.. 04.2015. |
F.G. Un plácido vuelo. 04.2015. |
La palabra tiene propiedades terapéuticas. Percibir empatía alrededor nos consuela. La cordialidad nos relaja y ahonda nuestro bienestar.
F.G. Torre de control del aeropuerto de Viena. 04.2015. |
A la vuelta, quizá porque la traumática impresión se ha ido disolviendo con el paso de los días (ya sabes: el tiempo lo cura todo...), el protocolo comunicativo se reduce a lo imprescindible. A la fría mecánica del reglamento.
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