jueves, 27 de noviembre de 2014

La armonía del cristal


Konstantin Beloglazov tocando una glass harmónica en el Cubo del Revellín. Logroño, 12.2013. Fotos de F.G. 
Hay unas cuantas variedades de instrumentos de cristal frotado de las que, por análisis sistemático y científico, nació a mediados del siglo XVIII la mecanizada “glass harmonica”, atribuida por los historiadores a Benjamin Franklin.
La  que hoy vamos a oír en miracomosuena es más sencilla y popular, aunque tiene abundante repertorio específico (escrito, entre otros, por Verdi y el desprejuiciado Mozart) y abundantes adaptaciones de obras de Bach, Tchaikovsky, Chopin y Mussorgsky. Rachmaninov sintió debilidad por este instrumento, y lo consideraba idóneo para tocar música melódica, sencilla y constante.
La   hemos visto en calles y plazas, en el foco de hechizados círculos de transeúntes que demoran la partida hasta que el silencio los libera. Consta, básicamente, de un conjunto de copas de diferente diámetro y altura cuyos bordes se frotan con la yema de los dedos humedecidos hasta conseguir un sonido fantasmal, etéreo, apropiado para sostener una melodía. Las copas, con distinta cantidad de agua, se organizan en función de su sonido de manera parecida a la de un teclado de acordeón. 
A  su peculiar timbre hay que añadir en esta grabación la singularidad del lugar donde se hizo, con una acústica inusual: un polvorín del siglo XVI inmerso en una cúpula de piedra de sillería. 



Glass harmónica en el Cubo del Revellín. Logroño.
Danza del Cascanueces de Tchaikovsky.
Konstantin Beloglazov. Inaudito. 3.12.2013.

Este prodigio (acrisolada materia de alquimista) está incluido entre los ideófonos, una amplia y diversa familia de instrumentos que obtienen el sonido a partir de su propio cuerpo como materia resonadora, dura pero suficientemente elástica para vibrar, sin necesidad de cuerdas, membranas o aire. 

Konstantin Beloglazov. Para Elisa. Beethoven.
Glass harmónica. Disco autoeditado.
Campanas, xilófonos, platillos, claves, castañuelas, sierras, cántaros, y un larguísimo etcétera. Bonita cuadrilla la ideofónica, siempre cerca de rituales y festejos.
El  grado cero del sonido y muy cerca de la cumbre en la producción de emoción.

2 comentarios:

  1. No se demore usted tanto en la descripción, porque todos tenemos un amigo dipsómano que toca la glass harmónica siempre que está ebrio en comunidad. ¡Qué paciencia!

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  2. La wikipedia incluye a la botella de anís entre los instrumentos ideófonos. Por fín, el Anís del Mono en la Academia. Ya lo dice desde siempre su etiqueta: "Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento". Al menos acústicamente.

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