miércoles, 1 de octubre de 2014

Mangas verdes


William Shakespeare en la portada de la edición de sus obras. 1623.
Greensleeves es una canción tradicional inglesa que algunos estudiosos atribuyen al entorno de Shakespeare, y que, según algunas fuentes hagiográficas dignas de toda desconfianza, fue compuesta por Enrique VIII como maniobra canora para fascinar a Ana Bolena. Evidentemente es falso, pero bonito. Como las películas.
Hans Holbein, el Joven. Retrato de Enrique VIII.
Hablando de cine: la melodía de Greensleeves es uno de los ejes principales de la banda sonora de La conquista del Oeste, magna obra que necesitó de cuatro grandes directores para salir adelante, pero que tuvo bastante con Alfred Newman para componer una música inolvidable. Nuestra tonada aparece reiteradamente y en circunstancias muy diversas, quizá para compensar tanta épica y tan amplios horizontes, y la canta Debbie Reynolds convirtiéndola en A home in the meadow para enamorar a Gregory Peck, lo que tampoco es pequeña conquista.
Cartel original de La conquista del oeste. 1962.

Recientemente hemos gozado en Logroño de un concierto de His Majestys Sagbutts & Cornetts, excelente sexteto (equivalente a los que tocaban en las cortes reales y las catedrales en los siglos XVI y XVII) que la interpretaba a partir de un arreglo de Adam Woolf en el que a la melancolía de la melodía presentada por el corneto se añadía un variado contrapunto basado en las músicas para bailar compuestas en esa misma época en la lejana (y muy enemiga) España por el toledano Diego Ortiz.

Greensleeves. His Majestys Sagbutts & Cornetts. 
Buccaneer. sfz music. 2008.
Daniel Bretschneider. Fragmento de un desfile, con 3 sacabuches y 3 cornetos. 1609.

Las canciones vuelan y perduran, mientras caen reyes, se declaran guerras, se firman paces, desaparecen instrumentos, se invaden continentes y se exterminan pueblos enteros bajo la peregrina justificación del progreso y la expansión de la fe y la civilización.
Michael Praetorius. Syntagma musicum. Sacabuches y cornetos, 1614-19
No es poca cosa una sencilla melodía.




5 comentarios:

  1. Ya decía Eugenio D´Ors que lo que no es tradición es plagio.
    Me ha parecido una entrada preciosa y con la virtud de infundir euforia para toda la mañana. Seguro que tus lectores estaremos tarareando la melodía todo el día. Gracias.

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    1. Ojalá que tengáis una vida tan larga, viajera y alegre como la canción. Volved a menudo.

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  2. A muy, muy buenas horas estas evocadoras 'mangas verdes'. Sólo he oído "Greensleeves" en el cine. La primera vez en la maravillosa "La Conquista del Oeste" que traes hoy a tu mirador sonoro, une reposición en el Cine Moderno de Logroño, un sábado por la tarde, finales años 70. Pastoreados por mi padre. Sala a reventar. Copia en Scope con las cicatrices del viejo Cinerama dividiendo en tres piezas de contorno borroso y perspectiva abracadabrante el lienzo del Moderno. Toda la familia, como si fueramos una familia de colonos de los de la película. Una fiesta como pocas veces he vivido en el cine. Entramos con la fanfarria acojonante, gozosa y como 'de campaña' de Alfred Newman, sobre el mural de indios pintados en la pantalla. Cuando estoy bajo, me pongo el DVD con el 5.1 a tope y vuelvo a levantarme de nuevo para la conquista, aunque ya no estemos toda la familia para librar los problemas y asaltos del camino. Y recuerdo en medio de aquel sonido epopéyico el interludio romántico y pastoral de las 'Greensleeves'. La última vez que la escuché fue también en el cine y sobre el paisaje de un campo después de la batalla y sobre el que no cabe más conquista -pero no menos grandiosa- que una mirada reconcializadora sobre la vida y algunos seres queridos. La cantaba Loreena McKenitt en dos tramos de "Después de tantos años", el epílogo de "El desencanto" que hizo Ricardo Franco. Siempre acompañando los pasos de Leopoldo María Panero a través del bosque (y sus figuras extrañas), vagando como el monstruo de Frankenstein mientras habla de la muerte de su madre y aclara que, con todo, a él le gusta la vida, y no la muerte. Gracias a La Conquista, a Ricardo Franco y por supuesto a ti. Bernardo.

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    1. ¡Qué bueno que viniste, caro amico Bernardo!
      Y con un precioso texto, tan bien iluminado como siempre.
      Nos gustará verte por aquí a menudo, siempre que quieras, para que nos cuentes tanto como sabes.
      miracomosuena intenta ser un acogedor espacio de encuentro, cómodo y cuidado, con amplia y variada programación, y que, como el buen cine, de bastante de qué hablar, porque hablando se entiende la gente.
      Estás en tu casa.

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  3. La película de Scorsese sobre The Band, The last waltz, acaba precisamente con Greensleeves tocada al órgano por Garth Hudson como añadido del vals compuesto para abrir y cerrar el enorme baile que aprovecha el decorado de una Traviata. Se ve que esa preciosa canción era "la que faltaba" en ese prodigio de diversidad musical.

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