jueves, 13 de junio de 2013

La playa

El territorio sentimental no tiene por qué coincidir con el geográfico. Los ciudadanos del interior, por ejemplo, tenemos la suerte de poder disfrutar de más de una playa, y las vamos eligiendo por motivos que a veces  tienen que ver con decisiones anteriores a nosotros y otras con el voluble capricho estacional, a conveniencia. Nombres como La Concha, El Sardinero, Laredo, Laga, Salou o Benidorm forman parte de la topografía gozosa de los que vivimos en Logroño.
F.G. El Sardinero. Santander. 11.06.13.

Son nuestras playas, ahora que ya no compiten con la fluvial del Ebro, convertida en frondoso dique de contención y paseo. También, más raramente, Riazor, Malpica de Bergantiños, El Rompido o Zahara de los Atunes. Todas suenan distinto, porque son apropiadas para desarrollar actividades diversas (ver pasar los barcos mercantes, caminar, observar a los surfistas, jugar a las palas, a la pelota o al pelotón,...) y porque en ellas la naturaleza se manifiesta de manera diferente. 


Partidos simultáneos de palas en El Sardinero.
11.06.13.

Pero casi siempre en ellas se escucha el múltiple sonido de la felicidad, imponiéndose de forma natural a la reumática melancolía.

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