... que no nos amarguen la vida.
Somos animales de memoria, pero también de afectos que se concretan y renuevan en rituales, ceremonias y costumbres. La amistad viene de muy lejos, y ha superado las habituales pruebas de distancia, tiempo, interés, pereza y novedad. Sorprendentemente, y eso solo se aprende cuando se vive, lo que más nos une es lo que hemos perdido sin remedio, y reunirnos nos sirve para reavivarlo, casi siempre sin necesidad de mención.
Tenemos citas fijas, ineludibles, y con lo que las disfrutamos no nos explicamos por qué no nos vemos mucho más a menudo. Pero está bien que sea así. Sin rutina.
Edouard Manet. El bar del Folies Bergère. 1882. |
El marco de la reunión es variado. Esta tarde de comienzo de verano, como cada año, en la calle de San Juan, muy venida a menos por la repercusión de las medidas gubernamentales contra todo lo que se menea. Estamos como en familia, con el añadido de la charanga y algún turista japonés sorprendido ante la orquesta que toca a pie de calle sin apenas público.
Charanga en la Travesía de San Juan. 24.06.13.
Parece que el corneta tuviera cierta urgencia y toca como si tocara a diana, a fagina o el "toque de infantes".
Alexander Rodchenko. Pionero con trompeta. 1930. |
Nosotros, mientras tanto, a lo nuestro, libando en la múltiple rueda de la conversación que se teje y se deshace.
Y de vez en cuando, brindamos.
Brindis de amigos en la Calle del Cristo. 24.06.13.
Ya de retirada, volvemos a encontrar la charanga tocándole al solitario dueño de un bar de la calle del Carmen la ranchera Prisionero de tus brazos, de Antonio Aguilar : "Si la muerte me la dieras tú / con desprecio de tu corazón, / si la cárcel me la dan tus brazos / no habrá prisionero / más feliz que yo". Sarna, con gusto, no pica.
La misma charanga, dos horas después. 24.06.13.
Harry Callahan. Detroit. 1943. |
¡Ándale, no más!.
A todos nos ha hecho efecto la fiesta báquica.
A todos nos ha hecho efecto la fiesta báquica.
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