lunes, 29 de junio de 2020

Rosa Castellot sigue dibujando: estamos de suerte


Rosa Castellot. Penumbra en el Ebro. 2019. 60 x 60 cm.
A pesar de lo que pudiera parecer, Rosa Castellot, afortunadamente para nosotros, no ha dejado de dibujar en el tiempo que ha pasado desde su última exposición monográfica, “Las orillas”, en el Palacio de Montemuzo', de Zaragoza, hace ya cuatro años. 
Rosa Castellot. Crepúsculo en el Valle. 2020. 40 x 80 cm.
Aunque su presencia pública se limita prácticamente a la presentación de las actividades culturales que gestiona y dirige con Félix J. Reyes para promoción de otros artistas y del valle de Santa Lucía de Ocón, donde viven, nunca deja de acudir a las exposiciones colectivas en las que participa con sus compañeros de promoción de estudios de Bellas Artes o con los profesores de la Escuela de Artes de Logroño (ahora ESDIR), porque Rosa Castellot sigue entusiasmada con su eterna vocación y confiesa cierta “deformación” por la que todo lo que visualmente le interesa acaba siendo analizado y convertido en fugaz dibujo de lápiz negro sobre blanco papel. A veces ese ejercicio más o menos automático, fruto de un aprendizaje de muchas décadas, cuaja en obra disfrutable por otros, pero las más el acto creativo se reduce a la recreación mental, al ejercicio placentero de la tensión producida por el objeto, el paisaje o el rostro que le han interesado. 

Rosa Castellot. Reflejos. 2019. 60 x 60 cm.
Pero hoy hablaremos solo de los dibujos que han pasado de las musas al papel, en los que se aprecia un interés creciente por la penumbra y los crepúsculos, por los espacios sombríos, por los rincones y las lejanas luces nocturnas, seguramente para compensar, para experimentar con otro mundo distinto al de la transparencia de las blancas nieves y el fluir de los ríos que protagonizó buena parte de su trabajo más conocido. 
Para seguir aprendiendo, en definitiva. Para que siga teniendo sentido ponerse a trabajar cada día en algo tan exigente, tan agotador, tan absorbente, como es el dibujo cuando se practica con la intensidad con que lo practica Rosa Castellot.
Rosa Castellot. La vaguada al atardecer. 2019. 40 x 80 cm.
Hay en sus nuevos dibujos una evidente voluntad de simplificación formal, un renovado interés por lo fragmentario, por lo minucioso, por el formato muy pequeño (a veces cuadrado), y llama la atención la intensa presencia del negro, conseguida mediante pasta de grafito soluble al agua, barras de grafito y otros secretos cercanos a la alquimia que consigue en la “rebotica” de Casa Emilio Carreras, una tienda abierta 
en Sevilla por un logroñés hace muchos años, a la que siempre acude cuando el matrimonio visita a su hija Margarita (excelente actriz del grupo Atalaya que ahora protagoniza una Madre Coraje que podremos ver en el festival de Olite a principios de agosto) y a sus nietos Pepe y Juan. 

Rosa Castellot. Tamarices. 2020. 30 x 50 cm.
Junto a esa tendencia cada vez más “abstracta” Rosa Castellot sigue interesada en dibujar tamarices, esos árboles especialísimos en los que conviven con naturalidad la rotunda madera del tronco con la sutileza de sus hojas y flores, que ella representa como un delicado encaje, tan leve como pluma. Puro vuelo.
De los bosques escoge su dimensión mágica, su atmósfera misteriosa, también ligada a la profundidad de las sombras.

Rosa Castellot. Valle de Roñas. 2018. 80 x 54 cm.
También habría mucho que contar sobre sus dibujos en color, y de su cada vez mayor interés por los rápidos bocetos de la vegetación de su jardín, otra de sus cultivadas devociones. Pero esa es otra historia y ya habrá tiempo, y ojalá esté ligado a una nueva exposición. 
Rosa Castellot. Bosque de Valvanera. 2020. 54 x 80 cm.
Por ahora disfrutemos de estos extraordinarios dibujos, hasta ahora desconocidos.

8 comentarios:

  1. José Miguel León29 de junio de 2020, 9:54

    Magnífico comentario, y especialmente su título, que nos adelanta la luminosa obra en "negros" de Rosa que esperamos ver pronto.

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  2. Una descripción del buen hacer de Rosa, maravillosa artista, y mejor compañera. Gracias, Pachi.

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  3. Increíbles, como siempre

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  4. Solo puedo decir que son pura hermosura, confieso (con cierta vergüenza) desconocida para mí. Aunque ahora, un poco menos. Qué bien. Gracias.

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  5. Muchas gracias, Pachi, por entenderme y por estar siempre atento a lo que hago. Y por ese precioso texto. Un fuerte abrazo.

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    1. Siempre es un placer colaborar contigo. Lo haces todo fácil y claro. Gracias, por tanto, a ti. Hasta pronto.

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  6. Rosa 🥀 una gran persona y mejor maestra! 😘 La recuerdo con muchísimo cariño junto a su inseparable Reyes. Dos grandes!

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  7. Me encanta esta deriva hacia el claroscuro de Rosa!
    Y lo que significa, porque podría ser una serie de largo desarrollo con la que sus admiradores volveríamos a disfrutar!
    A ver si se anima!!

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