Rosa Castellot. Penumbra en el Ebro. 2019. 60 x 60 cm. |
Rosa Castellot. Crepúsculo en el Valle. 2020. 40 x 80 cm. |
Rosa Castellot. Reflejos. 2019. 60 x 60 cm. |
Para seguir aprendiendo, en definitiva. Para que siga teniendo sentido ponerse a trabajar cada día en algo tan exigente, tan agotador, tan absorbente, como es el dibujo cuando se practica con la intensidad con que lo practica Rosa Castellot.
Hay en sus nuevos dibujos una evidente voluntad de simplificación formal, un renovado interés por lo fragmentario, por lo minucioso, por el formato muy pequeño (a veces cuadrado), y llama la atención la intensa presencia del negro, conseguida mediante pasta de grafito soluble al agua, barras de grafito y otros secretos cercanos a la alquimia que consigue en la “rebotica” de Casa Emilio Carreras, una tienda abierta en Sevilla por un logroñés hace muchos años, a la que siempre acude cuando el matrimonio visita a su hija Margarita (excelente actriz del grupo Atalaya que ahora protagoniza una Madre Coraje que podremos ver en el festival de Olite a principios de agosto) y a sus nietos Pepe y Juan.
Rosa Castellot. La vaguada al atardecer. 2019. 40 x 80 cm. |
Rosa Castellot. Tamarices. 2020. 30 x 50 cm. |
Junto a esa tendencia cada vez más “abstracta” Rosa Castellot sigue interesada en dibujar tamarices, esos árboles especialísimos en los que conviven con naturalidad la rotunda madera del tronco con la sutileza de sus hojas y flores, que ella representa como un delicado encaje, tan leve como pluma. Puro vuelo.
De los bosques escoge su dimensión mágica, su atmósfera misteriosa, también ligada a la profundidad de las sombras.
También habría mucho que contar sobre sus dibujos en color, y de su cada vez mayor interés por los rápidos bocetos de la vegetación de su jardín, otra de sus cultivadas devociones. Pero esa es otra historia y ya habrá tiempo, y ojalá esté ligado a una nueva exposición.
De los bosques escoge su dimensión mágica, su atmósfera misteriosa, también ligada a la profundidad de las sombras.
También habría mucho que contar sobre sus dibujos en color, y de su cada vez mayor interés por los rápidos bocetos de la vegetación de su jardín, otra de sus cultivadas devociones. Pero esa es otra historia y ya habrá tiempo, y ojalá esté ligado a una nueva exposición.
Magnífico comentario, y especialmente su título, que nos adelanta la luminosa obra en "negros" de Rosa que esperamos ver pronto.
ResponderEliminarUna descripción del buen hacer de Rosa, maravillosa artista, y mejor compañera. Gracias, Pachi.
ResponderEliminarIncreíbles, como siempre
ResponderEliminarSolo puedo decir que son pura hermosura, confieso (con cierta vergüenza) desconocida para mí. Aunque ahora, un poco menos. Qué bien. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, Pachi, por entenderme y por estar siempre atento a lo que hago. Y por ese precioso texto. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSiempre es un placer colaborar contigo. Lo haces todo fácil y claro. Gracias, por tanto, a ti. Hasta pronto.
EliminarRosa 🥀 una gran persona y mejor maestra! 😘 La recuerdo con muchísimo cariño junto a su inseparable Reyes. Dos grandes!
ResponderEliminarMe encanta esta deriva hacia el claroscuro de Rosa!
ResponderEliminarY lo que significa, porque podría ser una serie de largo desarrollo con la que sus admiradores volveríamos a disfrutar!
A ver si se anima!!