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F.G. Palabras de amor. Camino de La Grajera. 06.2020. |
(...) «Cuando un adolescente traza a punta de navaja unas iniciales en la corteza plateada de un álamo, reproduce, sin saberlo, un gesto muy antiguo. Calímaco, el bibliotecario de Alejandría, ya menciona en el siglo III a. C. un mensaje amoroso en un árbol. No es el único. Un personaje de Virgilio imagina cómo la corteza, con el paso de los años, ensanchará y corroerá su nombre y el de ella: «Y grabar mis amores en los jóvenes árboles; crecerán los árboles y con ellos creceréis vosotros, amores míos».
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F.G. Palabras de amor. Camino de La Grajera. 06.2020. |
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Quizá la costumbre, todavía viva, de tatuar letras en la piel de un tronco para conservar el recuerdo de alguien que vivió y amó fue uno de los episodios más tempranos de la escritura en Europa. Tal vez a orillas de un río que corre y pasa y sueña, como decía Machado, los antiguos griegos y romanos escribieron los primeros pensamientos y las primeras palabras de amor. Quién sabe cuántos de esos árboles terminarían convertidos en libros.» (...)
Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. Ed. Siruela.
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F.G. Palabras de amor. Camino de La Grajera. 06.2020. |
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