jueves, 4 de diciembre de 2014

El fascinante baile de las peonzas


Sonia Delauney. La letra T del alfabeto. Les toupies (Las peonzas).
A sus ochenta y siete años, Sonia Delauney creó, pintándolo, todo un alfabeto para un cuento dedicado a sus queridos sobrinos-nietos. Cada letra estaba asociada a una cancioncilla popular y a un objeto cotidiano. La T les tocó a las peonzas (toupies en francés) y las dibujó con todo su movimiento y su cambiante dirección, con la asombrosa flexibilidad de su inclinado dinamismo (salvo cuando "se duermen" y permanecen clavadas y verticales un buen rato).

Peonza de madera bailando sobre el 
exterior de una cerámica danesa. 11.2014.
Todo es color y optimismo en ese libro, como en todo lo que tocaba esta mujer, la única artista que mantuvo la alegría de vivir en un mundo en el que parecía que había muerto para siempre tras la llegada del incoloro cubismo y el desastre de la primera guerra mundial. 
Charles y Ray Eames. Fotograma del cortometraje Tops (Peonzas). 1969.

Otra pareja de grandes disfrutadores, siempre interesados en dejarse influir por los descubrimientos del arte popular, fueron el matrimonio de diseñadores Eames, Ray y Charles, coleccionistas de casi todo a lo largo de toda la vida, pero especialmente de los objetos ligados a la diversión inocente. Y entre ellos, las peonzas, de las que hicieron este vídeo, que, entre otras muchas virtudes, tiene música de Elmer Bernstein, como era marca de las excelentes películas de la casa.  
Chardin. El niño de la peonza. 1738.


Peonza de madera bailando en el interior 
de una cerámica danesa. 11.2014.
Siempre han fascinado las peonzas a los niños y a los artistas. Y no es para menos. Este precioso cuadro de Chardin, un hombre de otra época, lo refleja de otra forma: el que se queda "clavado" en esta ocasión es el gentil muchachito. Puro embeleso.





5 comentarios:

  1. ¡Menudo regalo prenavideño! ¡Qué mezcla de genios, de sonidos (incluidos los de tu entrada), de imágenes. Miracomosuena se supera en la dirección de enseñar deleitando. Todavía tengo puesta la sonrisa tras ver el baile de las peonzas y escuchar a Bernstein. Gracias.

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    1. Me alegro de que te guste, y ojalá te dure siempre la sonrisa.
      Dale otra vez a la peonza.
      Y al trompo, como llamábamos en mi calle a los propulsados por cordel.
      Un abrazo.

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  2. Hola, compañero del metal.
    Pero qué bueno eres haciendo miracomosuena, pero bueno de verdad, no de buenín, que de eso eres un poco malín.
    Gracias por todo,
    Un abrazo,

    El que lee mucho

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  3. Los cubistas, más que incoloros, fueron monótonos y ocres. Picasso y Braque repitieron,
    durante su etapa cubista, que el color no les interesaba.

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