martes, 16 de diciembre de 2014

El circo, el teatro, la realidad y las novelas

El clown Al Miaco.


"(...) nunca me siento tan próximo de la verdad, tan sensiblemente iniciado, como en las contadas ocasiones en que voy al teatro o al circo: sé entonces que por fin estoy asistiendo a la perfecta representación de la vida. Y los actores y las actrices, los payasos y los prestidigitadores son cosas importantes y fútiles, como el sol y la luna, el amor y la muerte, la peste, el hambre, la guerra entre los hombres. Todo es teatro. Ah, ¿quiero la verdad? Voy a seguir con la novela..."

Fernando Pessoa Libro del desasosiego. (Traducción de Perfecto E. Cuadrado). Acantilado. Barcelona, 2002.
Patricia Gadea. Serie "Atomic Circus".  M.N.C.A. Reina Sofía. Foto de F.G. 11.2014.

En   estos últimos meses, y a propósito de las novelas de Antonio Muñoz Molina y Javier Cercas, se está hablando mucho acerca de si la realidad puede ser la materia prima de la creación artística y literaria (si quiere ser digna de tal nombre) o si esta debe construirse necesariamente a partir de la ficción. Un debate interesado, reiterativo y gratuito. 
La historia (o los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa, como diría Juan de Mairena) no deja de ser un relato más o menos documentado y solo aproximadamente verídico. Una creación literaria, en definitiva. 
El  ejemplo paradigmático de la no-ficción es, como sabe cualquier interesado por el pasado, completamente ficticio: otro género literario. Por no entrar a valorar el periodismo, donde trascender de la propaganda y la intoxicación cada vez es más difícil.
Patricia Gadea. Serie "Atomic Circus".  M.N.C.A. Reina Sofía. Foto de F.G. 11.2014.
Las redescubiertas pinturas de Patricia Gadea, con su iconografía circense, nos enseñan más sobre la política y la corrupción españolas que los diarios de sesiones del Congreso o que las hemerotecas. Y eso que fueron pintadas hace treinta años. Se podría decir que, una vez más, la naturaleza imita al arte.
Ahora, cuando el circo de tres pistas donde era tan fácil enriquecerse se ha desmontado y ha abandonado la ciudad, el erial sigue siendo lo que era, perdido su momentáneo esplendor.
Adelaide Herrmann. Suspensión aérea. Circa 1930.

Tenía  razón Pessoa: lo más próximo a la verdad es el circo y el teatro. Sigamos, pues, con la novela.

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