Brangulí. Rambla. Barcelona. 1920. |
hacia
esa oscuridad en donde estáis vosotros.
Los
focos son esta ilusión que crea
la
sombra desde donde escucháis la claridad
de
mi ceguera.
Todos
llevamos, dentro de nosotros,
un
auditorio oscuro
escuchando
en silencio alguna historia
de
seducción sin esperanza.
Amar
es ser distante, y el amor
es
ser un extranjero. Pero vosotros sois
la
hospitalidad de este silencio
que
me ha estado escuchando
aun
sabiendo que dentro de vosotros
dejaré
de existir, que no habré sido
más
que la sombra amada de algún otro".
Joan Margarit. Final de recital. Recogido en El primer frío. Ed. Visor, 2004.
Joan Margarit. Final de recital.
No era lluny ni difícil. Quadrant records, 2014.
Cuenta Joan Margarit que la intención de todos sus poemas es dar a quien los escucha o los lee algo de lo que necesite en ese momento para sentir algún consuelo que ayude a poner un poco de orden en su interior.
Sobre el que hoy publica miracomosuena, el poeta afirma que en su origen está un recital que dio sobre un escenario muy bien dotado de focos que le deslumbraban, y que, sorprendentemente, pese a no poder ver al público, se sintió mucho más cerca de aquellas personas de lo que se encontraba habitualmente.
¿Por qué la oscuridad silenciosa del
público anónimo resulta más acogedora y estimulante que un auditorio
individualizado, con sus correspondientes expectativas a la vista?
¿Quién ilumina a quién?
No sé que estaría pasando en el escenario, pero los espectadores de la foto de Joan Colom son también un espectáculo: asombro y maravilla.
ResponderEliminarNo se les ve, pero seguro que levitan.
EliminarAcabo de oír, que escribía a la vez sus poemas en catalán y castellano, que no los traducía. Me ha resultado curioso y agradable.
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