martes, 8 de marzo de 2016

Hubo misterio

Rembrandt. Bethsabé con la carta del rey David. 1654.


`No importa que sus ojos, 
sus senos túrgidos, sus muslos
marcados por la liga y su pelo oscuro
la muerte los haya devorado;
sentada y pensativa tras el baño
junto a sus ropas Bethsabé espera
cada tarde en la galería del museo.
Y aunque esté más pálida, ojerosa,
y su piel un poco más translúcida,
enrojecida en las rodillas y en los pómulos
como sucede con los viejos cuadros, "y luego
están los golpes secos en las puertas,
las luces inclementes, la soledad nocturna,
la conversación de sólo unos instantes", dice
la Bethsabé de Rembrandt, si te acercas.´

José Jiménez Lozano. Cita en el museo. (Recogido en Los retales del tiempo. La Veleta. Granada, 2015)
Pablo Picasso. Bethsabé con la carta del rey David.

Qué tiempos aquellos, recuerda Bethsabé, pasada ya la vida, en los que, además de adúltero deseo, inspiré las tristes canciones de todo un rey.

Marc Chagall. David y Bethsabé. 1951.

Paco Toronjo. Sevillanas bíblicas. 
B.S.O. de Sevillanas, de Carlos Saura. 1992.

Y, ya dispersa en polvo enamorado, estas preciosas sevillanas populares, en las que, misteriosamente, cambiaron los protagonistas y las circunstancias del embeleso.

4 comentarios:

  1. Al pobre Urías, además de ponerle los cuernos y mandarlo a una muerte segura, llegan los sevillanos y le cambian el nombre por Hungría. Todo es susceptible de empeorar.

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  2. ¡Tela las sevillanas!! Se ve que al autor le van las mujeres bravías.
    De Rembrandt, qué voy a decir? Es uno de mis pintores favoritos. La Betsabé de Picasso, bien. Pero la obra de Chagall es deliciosa!!!
    Me ha encantado la entrada de hoy.

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    1. Gracias, Rosa, y enhorabuena por el merecido premio Mujeres en el Arte en La Rioja 2016.

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  3. Anónimo veneciano19 de mayo de 2016, 18:07

    Qué vida, acabar encerrada en un museo y puesta en coplas.

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