miércoles, 7 de octubre de 2015

Las esculturas de Carlos Mª de Flores en Planta Baja

Carlos Mª de Flores. Serie Chimeneas. Fotografías de F.G. 10.2015.
Como un regalo de otoño para su variopinta parroquia, la sala de exposiciones de Planta Baja empieza la temporada con una deliciosa muestra del trabajo escultórico de Carlos Mª de Flores.

Se  trata de una amplia serie de pequeños edificios industriales y mineros (que recuerdan inmediatamente a los paisajes cubistas cezannianos y a las maclas formadas en la arquitectura popular por la acumulación a lo largo del tiempo de otros volúmenes para atender las nuevas necesidades, conjuntos de los que solo sobresalen las chimeneas, los árboles o el humo arrastrado por el viento), construidos a partir de desechadas vigas de robles centenarios que ha ido recuperando en sus viajes por España. 

De   ellas hace aflorar la variedad formal y lo imaginativo de las soluciones que ha aprendido de su amor por las manifestaciones de la cultura material tradicional y de su práctica profesional como profesor de análisis de tipologías constructivas en la Escuela de Arquitectura de Madrid.
Su   obra es un humilde elogio del trabajo manual, y el resultado del estudio pormenorizado de las enormes posibilidades de un material noble del que extrae, además de complejos volúmenes sabiamente articulados, la variedad de texturas, brillos y colores naturales que perviven en las vetustas maderas, siempre acompañadas por un delicado aroma profundamente evocador.
Nada que ver, por su planteamiento radical que tiene tanto de ético como de estético, con las nuevas tecnologías, la virtualidad y la facilidad maquinal que todo lo invade: su obra sólo se debe a la mano y la herramienta, y a lo que, guiadas por el ojo y el cerebro, son capaces de aportar o extraer al viejo roble abandonado.

Cita Carlos Mª de Flores (y bien sabemos que “el que cita, se cita”) a Josep Plá afirmando estar “cansado de comprobar que detrás de las `grandes cosas´ no hay absolutamente nada”, y a Max Frich denunciando que “la tecnología es un truco para organizar el mundo de manera que no tengamos que experimentarlo”.

Ese  afán por experimentar el mundo como privilegio irrenunciable, de aprender y hacerse cargo de los logros y soluciones estéticas y materiales alcanzados por la cultura tradicional ,y su capacidad para transmitir ese legado, hacen de la obra de Carlos Mª de Flores algo singular dentro de la, tan a menudo, desorientada cultura española.

Su  hermosa colección de pequeños pecios del imparable naufragio de nuestra arquitectura popular ha de servirnos como una buena oportunidad para la añoranza, el disfrute y la reflexión.

Carlos Mª de Flores
Chimeneas
PLANTA BAJA
C/ de la Cigüeña, 10. Logroño
(Abierta hasta el 12.Nov.2015)

3 comentarios:

  1. deliciosas las piezas, las fotografías y los comentarios

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  2. José Miguel León7 de octubre de 2015, 13:26

    Siempre me ha gustado la relación entre opuestos, diferentes y distintos. La exposición de Carlos Mª de Flores tiene algo de eso, arquitecturas que desaparecen cada día se representan desde la compacidad y resistencia de la dura madera; arquitecturas generalmente hechas por no arquitectos, en las que reconocemos nítidamente la utilitas, la firmitas y la venustas (belleza); grandes edificios, muchas veces desmañados, cuya representación escultórica guardaría en un joyero.
    Gracias Pachi, por cierto me acabo de enterar por mi socia que uno se puede suscribir a "miracomosuena".
    Felicidades a Roberto Pajares por su exposición en la UP.

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    Respuestas
    1. Gracias por suscribirte, dilecto amigo.
      Aquí te espero cada mañana.
      Salud.

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