martes, 20 de octubre de 2015

Trabajo “negro”


Isidoro Valcárcel Medina en su estudio, con sus materiales fundamentales.
Siguiendo el llamativo rumbo radical de los últimos ocho años, el Ministerio de Cultura ha concedido el Premio Velázquez de Artes Plásticas a Isidoro Valcárcel Medina, señalando con acierto su “sólida y coherente trayectoria de medio siglo y su sobresaliente aportación al arte desde el compromiso ético, político y social, habiéndose convertido en un referente crítico en la escena artística contemporánea internacional.” No es pequeña afirmación, viniendo de donde viene.
Isidoro Valcárcel Medina en la acción Hombre anuncio. 1976.
En las entrevistas consiguientes, el singular artista ha destacado como principal motor de su solitaria marginalidad la intención de acordar coherentemente su acción artística con sus sentimientos, y quienes disfrutamos de las sorpresas que ese esfuerzo produce creemos que el premio reconoce y corona el mérito, por extraño que resulte.
IVM trabajando en Ilimit, libro de artista sobre los conceptos de limitado-ilimitado y seriación-exclusividad. 2012.
Tan extraño como el modo de ganarse la vida que confiesa el egregio protagonista: hace discursos para otros, discursos básicos, “sin mayores profundidades”. Seguramente, sobre el tapiz del “negro” un asesor mejor pagado bordará las flores y alabanzas que singularizarán y darán brillo al discurso emitido y publicado por el prócer (de efímero paso por alguna administración pública). O lo echará a perder por sobrepasarse con el bombo, los platillos y la nata. Ese es el riesgo.
IVM en una acción reciente en el espacio nadienuncanadano, de Madrid.
Es curiosa la naturaleza humana: el más radical es capaz de vender por poco a un cualquiera su mecánico trabajo con tal de preservar limpia y libre su creación personal, que si se acomodara mínimamente a lo que exige el mercado sería mucho más rentable.
Aunque quizá no sea tan extraño. Esas cosas se hacen todos los días por necesidad y por amor. En este caso, por amor al arte.
Isidoro Valcárcel Medina.
Por cierto: ¿qué artista encriptado (eventual, interino o funcionario) se ocultará en la redacción “institucional” -es decir, farragosa- que justifica el premio?

No hay comentarios:

Publicar un comentario