Yves Klein. Salto al vacío. 1960. |
Koldo Chamorro. España Mágica. Andalucía, 1982. |
Esa sensación de "desmaterialización del arte", esa percepción de "lo espacial como espiritualidad", no tiene que estar muy lejos de lo sentido por el joven campanero que echa a volar y levita abducido por la dinámica mecánica generada por el giro acelerado y constante de la campana, ante la mirada cómplice (y adivinamos envidiosa) de los copartícipes necesarios para tan sonoro rito.
Sevilla. Final de volteos y repiques de campanas
en el centro de la ciudad. 3.1.2015.
André Kertész. New York City Ballet. 1938. |
Pero la conquista del espacio se disfruta más cuando es un logro colectivo y todos emprenden el leve vuelo a la vez, ante el asombro perplejo de los no iniciados.
Ya lo decía Yves Klein en su Manifiesto del Chelsea Hotel (sí, el mismo, el que sale en todas las canciones de una época): "El hombre sólo será capaz de conquistar el espacio cuando lo haya impregnado con su propia sensibilidad".
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