lunes, 13 de julio de 2020

La ventana cegada

F.G. Ventana cegada en Viniegra de Arriba. 05.2020.
Una ventana resume y explica buena parte del conocimiento acumulado por la especie humana a lo largo de su tormentosa historia.
Es un vacío que no pone en riesgo el refugio del grupo sino que lo potencia y lo amplía hacia el exterior, un vacío que le da sentido y utilidad a la construcción que lo define; un alarde de equilibrio entre lo hueco y lo macizo, entre lo pesado y lo ligero; un observatorio desenfilado de los riesgos que acompañan el ser visto por los otros;
es 
una posibilidad viable y sostenible para el control de la iluminación y de la oscuridad; una opción de salubridad inmediata sin coste alguno para nadie;
es una fuente inagotable de información; un vehículo privilegiado para la curiosidad, sana y morbosa; un marco liviano desde el que atender a la cambiante belleza de las cosas próximas y a la estabilidad aparente de las lejanas;
es una barrera segura desde la que torear los peligros de la vida evitando sus cornadas; un púlpito o un patíbulo, a conveniencia y según vengan dadas;
pero, con todo y con eso, a veces cegamos una ventana y al cegarla, de paso, derrumbamos todo un mundo de posibilidades.
Una especie de metáfora que explica cómo somos y de lo que somos capaces.

F.G. Obturador. Carretera entre Las Viniegras. 05.2020.
(Estas dos fotografías forman parte de mi exposición las horas de luz, que estará abierta en en EspacioArteVACA, de Viniegra de Abajo, La Rioja, hasta finales de agosto)

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