F.G. Cripta de la basílica de Santa Eulalia. Mérida. 11.2018.
Ha cambiado la inscripción que llamó la atención de Dante en la entrada del Infierno, al comienzo de su proceloso viaje. El recordatorio ahora es más preciso, conminatorio. Una advertencia sin límite temporal, particular y universal a la vez, más eficaz que cualquier tatuaje indeleble, que la marca al hierro tras la doma. Se acabó la comedia. Esto son lentejas.
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