Richard Avedon. Marilyn Monroe. 1957.
Caída la máscara, agotada al final de una extenuante sesión,la cautivadora estrella deja por un momento al descubierto toda su fragilidad, su profunda melancolía. El fotógrafo capta el instante, y esa es la placa que selecciona de entre tan extraordinario material. Contra la opinión general.
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Asombrosos.
ResponderEliminarAmbos.