Juan Muñoz. Many times. 1999. Foto de Attilio Maranzano en el HangarBicocca, de Milán. 04.2015.
El escultor Juan Muñoz, maestro de las instalaciones y complejos montajes escenográficos de los que forman parte sus grupos de esculturas, consideraba que había que establecer con el espectador algo así como un juego de prestidigitación, una partida psicológica en la que poner a prueba la naturaleza de la realidad y su percepción: “Es necesario que los
espectadores se muevan en una determinada dirección para que el truco
funcione y el público pueda asombrarse. Es muy sorprendente comprobar
lo mucho que deseamos ver algo que no existe”.
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Juan Muñoz. A caballito frente al espejo (Piggyback), 1997.
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Algunos no se han enterado todavía de que en la vida cotidiana -al contrario de lo que sigue ocurriendo en las obras de Juan Muñoz-, ese juego del que ha sido siempre tan partidario el poder ha dejado de funcionar. El viejo truco resulta increíble y ya no nos hace ninguna gracia.
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Ya han caído la mitad de los de la foto, aunque todavía chapoteen. En la segunda vuelta, pleno.
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