lunes, 14 de octubre de 2013

A toque de corneta



Tras el éxito de la entrada A pesar de todo..., en la que se 
glosaban las dudosas cualidades de cierto músico para acelerar el compás de su combo, y atendiendo a la reiterada demanda de la población civil, muy necesitada de que le toquen a base de bien lo que sea, traigo a miracomosuena, tu blog amigo, un documento imprescindible para la formación integral de todo el que no haya hecho la mili y muy conveniente para los que la padecimos, sobre todo para repasar algo de lo poco que en aquellos largos meses de cautiverio consentido tenía cierto brillo. Se trata de un compendio de toques de corneta ejecutados con precisión y vibrante energía.
Dos cornetas medievales. Cantiga 270 de Alfonso X, el Sabio. Siglo XIII.
Son brevísimas piezas con un lenguaje entre morse y mínimal que, por servir esencialmente para informar y dar instrucciones y órdenes en condiciones a menudo azarosas o directamente desfavorables, han de gozar de absoluta precisión y estar perfectamente codificadas.
Un toque de corneta es una maravilla de comunicación concisa, un microrrelato sonoro, válido en sí mismo, pero al que se suele añadir el ardor guerrero de la retórica circundante en los lugares donde se ensaya e interpreta.
De uno en uno, estos toques son atractivos por su claridad, por su contención, pero para valorar su importancia real como corpus sonoro han de oírse tal y como aquí los presenta el documento aportado, aún a riesgo de empacho antimilitarista.
Son todo un abecedario, un vocabulario, un diccionario, una gramática con su morfología y su sintaxis, un florilegio literario. Son una joya patrimonial, quien sabe si en peligro ante la avanzadilla del enemigo electrónico.
¿Te imaginas el partido que le podría sacar Don Cherry a este repertorio? 

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