viernes, 8 de julio de 2022

Elogio de Rosa Castellot (y V)

Rosa Castellot fotografiada por Justo Rodríguez. 06.2022. Cortesía de Diario La Rioja.

Con este fragmento acaba mi escrito de elogio para Rosa Castellot.

(...) "Abordar la naturaleza como asunto artístico para transformarla en paisaje requiere esa intención expresa, esa exigencia intelectual, ese esfuerzo analítico por dejar al margen el turbio ruido inútil. Ir y volver al papel una y otra vez, retomar lo dejado, proseguir o corregir, sustraer o añadir en un proceso de meditación sosegada, tratando de aprender a ver más y mejor, más allá de la inmediatez instantánea, de la pulsión espontánea del disparo, del golpe de vista. Retornando a la metáfora musical podemos decir que Rosa desentraña la huidiza música de la naturaleza, identifica su delicada partitura y la plasma y nos la hace escuchar en sus evocadores dibujos, plenos de añorante emoción y asombrosa belleza.
Rosa Castellot. La vaguada de noche. 2015.
El Galardón de Rosa Castellot es un premio merecido por muchos motivos, algunos mencionados expresamente por el Jurado, como su imprescindible impulso para el nacimiento y modélico desarrollo del proyecto Arte en la tierra, en Santa Lucía de Ocón. Otros, la mayoría, son notorios y de sobra conocidos por vosotros. Yo he querido destacar y quiero insistir en los que le son más propios y seguramente pasan más desapercibidos: en los discretos valores del cultivo de la afición vocacional, en el estudio sistemático, en la constancia, en la capacidad de entusiasmarse con lo pequeño, con lo más humilde, con una luz cambiante, con los silencios clamorosos, con la magia de la naturaleza y de los pasmosos fenómenos atmosféricos; quiero señalar su privilegiada capacidad para entender y transmitir el orden complejo que sabe apreciar en el sigiloso mundo rural, con los reflejos virtuosos que va dejando la presencia humana a través de la diaria lucha por la vida. Ese es el combate creativo de Rosa Castellot, y esa es su inagotable tarea.
Rosa Castellot. Crepúsculo en el Valle. 2020.
Una buena noticia para los que la admiramos (y especialmente para ella, por lo que trasluce del optimismo de su estado de ánimo) es que, cuando le comunicaron la concesión del Galardón, la encontraron dibujando. Otra, que cuando se habló de la exposición que habitualmente complementa al premio, inmediatamente optó por una en la que pudiera mostrar su nuevo trabajo, inédito y en buena medida todavía por hacer, en vez de recurrir a una muestra antológica. Así demuestra Rosa Castellot una vez más sus ganas de vivir y de seguir haciendo, y una saludable incapacidad para recrearse en lo conseguido y dormirse en los laureles.
También fue un acierto su propuesta para que fuera este marco académico el que nos acogiera hoy, este lugar que conserva en su acceso una filacteria que relaciona delicadamente tres palabras esenciales de la cultura occidental: escuela, oficio y arte. Este lugar y esas palabras resumen la actitud que ha guiado la vida de Rosa Castellot: querer saber, aprender, lograr saber qué hacer y cómo hacerlo, hacerlo muy bien, con maestría, y saber transmitirlo de forma amable a los que a lo largo del camino se han ido acercando para aprender tanto de su pericia como de su actitud.
Rosa Castellot. En el jardín. 2015.
Por eso está hoy aquí, para recibir este merecido Galardón, tan bien acompañada por su adorada familia y por el amplio círculo de exalumnos, compañeros profesores, autoridades, viejos y nuevos amigos y rendidos admiradores que siempre agradeceremos su talento, su trabajo y su cariño."
Rosa Castellot. Nevada en Ventrosa. 2015.
Hasta aquí el elogio de Rosa Castellot.
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