jueves, 10 de noviembre de 2016

Pamen Pereira tiene un libro nuevo


Pamen Pereira en la Sala Amós Salvador, de Logroño. 15.IX a 27.XI de 2016. Fotografías de Teresa Rodríguez.
Una  exposición de Pamen Pereira, pretendiéndolo o no, acaba siempre por tener el atractivo aire de los “gabinetes de maravillas” creados en los siglos pasados por los viejos coleccionistas. Pero, a diferencia de aquellos, aquí no se pretende la acumulación sistemática de la extraña belleza generada por la naturaleza, sino la agrupación poética de los “milagros” creados por la artista, de sus inspiradas formas de hacer visible lo extraordinario, lo inefable, a través de obras de sorprendente variedad material y formal, dotadas de inagotable capacidad de evocación y sugerencia.

Pamen Pereira ha agrupado en La mujer de piedra se levanta y baila buena parte de la obra de su época de madurez creativa, forjada sin prisa a lo largo del productivo camino de la experiencia, el estudio y el trabajo. Sobre ese conocimiento acumulado ha ido construyendo un lenguaje propio desde el que afronta los temas eternos del arte, sirviéndose del dominio sutil del juego de las paradojas y haciendo convivir con total naturalidad lo estático y lo vibrante en equilibrio vertiginoso.

Hasta ahora, con o sin razón, se veía a Pamen Pereira dentro del proteico concepto de arte “povera”, encasillamiento quizá justificado por su radical pretensión de hacer de lo cotidiano y lo más estrictamente personal la materia esencial de su obra. Después de esta “doble exposición” en León y en Logroño la clasificación es más compleja: las cosas humildes, sin dejar de serlo, alzan el vuelo por encima del mundo de la realidad material. Todo levita y vibra, y una acertada mezcla de hálito místico y materialidad barroca hace convivir naturalmente a los viejos objetos (rodeados de un aura con la imponente presencia magnética de los iconos bizantinos) con las presentaciones trascendentes dotadas del aire de los retablos, afrontando el conjunto de la exposición como una instalación escenográfica rebosante de misterio y maravilla, sin camino definido, como un espacio ritual sin ceremonia en el que los grandes espejos multiplican las creaciones e insertan al público en la inmensa postrimería.

Decía Juan Ramón Jiménez que "en edición diferente los libros dicen cosa distinta", y esa verdad de atento bibliófilo es perfectamente aplicable a la relación de las artes plásticas con los lugares donde se muestran: la obra, además de por la mirada única de cada espectador, se define por el espacio donde se contempla, donde cobra dimensión, riqueza significativa e importancia. Y esta exposición, siendo esencialmente la misma, se ha hecho doble por las diferentes cualidades de los espacios que la han acogido: las del MUSAC, concebido específicamente para mostrar arte contemporáneo en las mejores condiciones, y las de la SALA AMÓS SALVADOR, que, pensada para la producción industrial, se reinventa en cada ocasión para dar de sí lo mejor de su demostrada versatilidad.

Es necesario reconocer y agradecer la apasionada entrega de Pamen Pereira para que su exposición viniera a Logroño (donde tanto se la recuerda y quiere por su presencia en otras batallas por la expresión artística contemporánea en La Rioja: Lomos de Orios, Sajazarra y Santa Lucía de Ocón); la generosidad de Manuel Olveira (director de Musac) para que fuese posible ese deseo y el entusiasmo de Kristine Guzman (comisaria de la exposición) que ha ayudado sin descanso a poner orden y en pie tan hermoso proyecto. Y también, cómo no, la capacidad de los coleccionistas propietarios de las obras para desprenderse durante tanto tiempo de piezas tan singulares, con las que, seguramente, tienen un estrecho vínculo. Eso es, también, amor al arte.

El resultado de tanto esfuerzo, plasmado en este hermoso libro, ha merecido la pena. Ahí queda, como en la memoria de los espectadores, la tensa serenidad generada por la singular obra de Pamen Pereira, emocionante y asombrosa en su belleza. Gracias a todos (muchos, afortunadamente) los que lo han hecho posible.



(El libro, diseñado por Teresa Sáiz, ya está disponible en la Sala Amós Salvador, de Logroño. A ver si os gusta)

2 comentarios:

  1. Querido Pachi, he visto hoy la entrada sobre Pamen, y ha sido como volver a ver la exposición que me ha parecido maravillosa. Pamen es una artista en plenitud, que no se para ante las posibles dificultades para mostrarnos su mundo interior, tan seductor y tan sutil.
    Iremos a por el libro.

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    1. Tú, vosotros, la conocéis bien.
      Gracias por pasarte por miracomosuena.
      Besos.

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