lunes, 16 de marzo de 2015

Munición que ilumina

Munición. Reverso del número 1. 2014. Julio Hontana y Nelly Muñoz.

Aunque el nombre evoca inmediatamente el multiforme pertrecho necesario para cualquier combate, late en MUNICIÓN cierta pulsión romántica acorde con las características esenciales de su singular (no solo por único) promotor. Crear a estas alturas un humilde objeto crítico y enfrentarlo a la corriente desbocada de una Red que todo lo engulle, demuestra un apasionado empuje vital no exento de optimismo. 
Asombra que en plena generalización tecnológica todavía alguien apueste por algo “físico” como vehículo para dar su opinión, por un objeto material hecho de papel, con tacto áspero y con el intenso aroma (tan antiguo, tan querido) de la tinta. Que opte por un formato tan infrecuente como incómodo, más de cartel (¿un grito “reversible”?) o de plano con el que orientarse frente al itinerario abierto, quebrado y confuso del arte de nuestro tiempo. Que elija una dimensión que reclama inmediatamente el uso de cierta papiroflexia elemental como si pretendiera una reivindicación expresa de la manualidad, de la huella más o menos hábil que deja la acción humana sobre las cosas, acción que en este caso trae aparejado necesariamente el ruido en forma de amable sonoridad con la que cruje en nuestras manos el amplio pliego intonso.
Munición. Ilustración para el número 2. 2014. Sergio Mora.
Ciertamente tiene mucho de opción romántica esa tosca sensualidad, esa apuesta por el esfuerzo, por el contacto y por la calidad de la relación que establece el lector con un objeto tan especial. También lo tiene su ambición de difusión limitada, técnicamente arcaica, económicamente onerosa para su promotor, socialmente filantrópica y creativamente circunscrita al ámbito de lo personal (de lo propio y de aquello hasta donde se llega estirando la mano de la amistad).
Frente a la amenaza de imprecisa durabilidad que se atribuye a todo lo que circula en internet (lo que lo unifica a la baja en una especie de basura perdurable, un inútil ruido eterno, como una interferencia o un estorbo aparcado para siempre), el objeto MUNICIÓN reivindica el valor de lo efímero, la durabilidad que cada lector le conceda a través de ese privilegiado vínculo individual, único.

Munición. Reverso del numero 3. 2015. José Carlos Rodríguez.
Tiene MUNICIÓN un valor instrumental múltiple. En principio parecen dominar los valores “resistentes”, algo así como de trinchera defensiva donde se acumulan y administran pertrechos intelectuales, el imprescindible bagaje de palabras, ideas e imágenes que han de servir como signo de reconocimiento entre iguales. Pero ahí están también, plenamente activos, los principios de la mejor crítica (juicio, criterio, interpretación, argumentación,…) 
Resulta especialmente valioso en nuestra pobre realidad provinciana (en la que la información artística se limita a dar la palabra -prolija y exuberante, por supuesto- a ciertos presuntos creadores para que se explayen a sus anchas sin más límite que la paciencia del lector, y donde la supuesta crítica oficial pasa de puntillas sin aportar nada relevante, como mera redundancia o vacuo eco) que alguien como Julio Hontana utilice los medios a su alcance para hablar de lo que sabe de forma apasionada y poética, a partir de un punto de vista cualificado, y sin renunciar a ser parcial (por personal) y político (por preocupado por el devenir de lo común). Esas cualidades críticas son las que aportan a MUNICIÓN sus deseables valores de combate, insurgentes, quizá reivindicados también a través de la opción formal del “fanzine”.
Munición. Cabecera. 2014. Julio Hontana.
MUNICIÓN, al fin y al cabo, es para Julio Hontana otra forma de intervención artística complementaria de su trabajo creativo más personal, de su labor docente, de su colaboración con artistas de muy diversas disciplinas e intenciones, de su frecuente función como comisario e impulsor de exposiciones y proyectos públicos. Una manera de seleccionar a través de su “galería portátil” aquello que le gusta para hacérselo llegar a aquellos a quienes pueda interesar. Que dure.

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