lunes, 9 de marzo de 2015

Marina Heredia: desde el Albaicín para la humanidad


Marina Heredia.
Hay artistas completos que transmiten sensación de seguridad y dominio hagan lo que hagan, y que a sus capacidades singulares añaden el don de la naturalidad. Marina Heredia es un ejemplar de esta rara categoría, y el concierto del pasado jueves en el Teatro Bretón lo demostró de principio a fin.
Tiene una voz poderosa y flexible,  y una técnica con la que la controla a la perfección, capaz de modular y extraer los más diversos matices, desde lo dolientemente jondo hasta el brillo más apropiado para los cantes alegres. Todo en ella es naturalidad: al cantar, al moverse, al dirigirse al público y hasta al quitarse los zapatos. Para todo hay que tener gracia, y a ella le sobra. Tan gitana como la que más y más universal que cualquiera (por su proyección y por su curiosidad, como demuestran la expansión de su presencia internacional y la diversidad e interés de sus colaboraciones musicales).  
Además, tiene una presencia escénica asombrosa, con una belleza rotunda, racial, muy acorde con la imagen tradicional de la "mujer española".
Francisco de Goya. Isabel Cobos de Porcel. 1805.
Pletórica de facultades y de ganas en este fructífero periodo de su madurez artística,  afrontó en Logroño un repertorio variado y muy exigente del que extrajo lo mejor del pasado y al que aportó sus atinadas intuiciones de inspirada creadora. 
Empezó con una entrada en escena muy teatral, tan eficaz como sencilla, caminando desde las bambalinas hasta el centro del escenario mientras afrontaba con emoción unas tonás rotundas, perfectamente serias, admirables, como para indicar el nivel por el que iba a discurrir la noche. Para relajar el ambiente, continuó con unas vibrantes alegrías, desbordantes de gracia y compás. Después, una de las especialidades aprendidas en casa de la mano de un experto, Jaime “El Parrón”, su padre,  cargadas de dramatismo y con una emocionada voz doliente  (idónea para cantar sabias sentencias populares tan indubitables como “pa qué tanto discutir, si unos antes y otros luego nos tenemos que morir”), sorprendentemente rematadas por cantiñas. Un nuevo cambio de tempo e intención con sus personales milongas “En los brazos de mi madre”, recuperadas de un pasado ya perdido y cantadas muy reposadamente, buscando relajar la intensidad emocional del concierto. Después, unas dramáticas malagueñas, muy exigentes, rematadas con unos fandangos abandolaos del Albaicín que resultaron “de oro macizo”, en un alarde de compás y de gracia gitana de la cantaora y de su pequeño grupo de acompañamiento. Después, como si nada, una caña de Terremoto, rapidísima, perfecta, intensa, como electrificada, muy innovadora aunque con todo el sentido hondo exigido por la seriedad del tema. (Seguro que le habría encantado a Enrique Morente, porque esa caña valía por todo un concierto).  Luego unos tangos granaínos muy morunos, desbordantes de compás y alegres jaleos y letras referidas a las persecuciones y fatigas del pueblo gitano. Para acabar, unas bulerías muy personales dedicadas a los toreros Curro Romero y “Chicote”, de compás cambiante, narrativas y muy templadas. Y de regalo al entregado público, unos fandangos naturales preciosos, que trajeron a Camarón y a Paco de Lucía al recuerdo de los aficionados.
Pablo Picasso. Figura con blusa de rayas. Circa 1949.
A los sobrados méritos derrochados por Marina Heredia hay que añadir la graciosa eficacia de Jara Heredia y Anabel Rivera en el compás y la algarabía, y la guitarra de José Quevedo, “Bolita”, que demostró que conoce a la perfección a la cantaora y la sirve para que luzca sus variadas cualidades. Tiene una sonoridad muy especial y es un intérprete muy seguro, y me gustó especialmente en la soleá y la milonga, llena de detalles y musicalidad, y en el arranque de las malagueñas y de los tangos.
Marina Heredia y José Quevedo, "Bolita".
La hora y media pasó volando, dejándonos con ganas de más. Como pasa siempre con lo muy bueno.


Marina Heredia
José Quevedo, "Bolita", guitarra.
Teatro Bretón.5 de marzo de 2015.

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 (Publicado en Rioja2 el 09.03.2015)

2 comentarios:

  1. Muy bueno Pachi.No se puede contar más bonito.

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  2. Joselulu (Del Practicante)18 de marzo de 2015, 19:15

    Ser del pueblo, reflexionar, vivir lo propio y lo que te rodea, dominar una técnica, soporte, trabajar, apostar por ello, reflexionar, elaborar propuestas válidas, en eso consiste el arte. Que poquitos lo entienden........... Marinaaaaaaa, lo tuyo es ARTE !!!!!

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