jueves, 25 de septiembre de 2014

Reciclaje


Christian Marclay. Collage.
Parece ser que la batalla de las imágenes que protegen y envuelven (y acompañan, dan información y a veces explican) a los sonidos grabados está perdida definitivamente, salvo en el reducido ámbito de la nostalgia y la reedición. 
Por las estrategias de comercialización y distribución de las compañías que controlan el mercado de la música hemos perdido (y quizás para siempre) una posibilidad real de disfrute visual y táctil del sonido, con un ingente patrimonio acumulado a lo largo de décadas.
Christian Marclay. Collage.
A pesar de ello (o precisamente por eso mismo) proliferan las escaramuzas de los artistas francotiradores que reivindican las viejas carátulas como soporte creativo.
Christian Marclay. Collage.
Christian Marclay (un artista que explora en su trabajo las conexiones entre sonido, ruido, fotografía, vídeo y cine)  se sirve de esos obsoletos fetiches (algunos de ellos con valor de referencia icónica de su época) para crear divertidos compendios del pop: algo así como una nueva dimensión de "lo mejor del año" o del "all stars festival".
Christian Marclay. Collage.
El resultado tiene tanto de pared de dormitorio de adolescente (o de carpeta de apuntes de quinceañera) como de "cadáver exquisito" surrealista. 
Christian Marclay. Collage.
Un puro juego apropiacionista en perfecta sintonía con la práctica cada vez más generalizada del "sampleado" en la música popular o en cualquier otra manifestación de la cultura de masas.
Christian Marclay. Collage.

Aquí también, como en todo y en todas partes, lo que no es tradición es plagio.

O autoplagio. Mira, si no, estos dos collages de Christian Marclay creados a partir de la fotografía de Andy Seymour para el LP Slowhand, de Eric Clapton.
Un bis de propina para la afición.




3 comentarios:

  1. Qué bueno!!! En realidad así se «ven» sonar todos los reproductores del Universo. El mío, quizás, cascado por vivir en el bolsillo de mi pantalón entendería este post perfectamente, a pesar de la tristeza que tiene porque la disciplina y técnica con el que fue diseñado, le impide optar por "asuntos menores" como el juego que propone este artista: «sonar me cuesta toda la memoria», susurra contrariado, «pero la nueva generación me han dicho que tiene una App, que ya veréis...», y con un silencio por medio salta a la siguiente canción.

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  2. Un moderno Frankenstein.

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