lunes, 22 de septiembre de 2014

La vendimia

Septiembre en el calendario de Las muy ricas horas del Duque de Berry. 1411-16.
Si  el año pasado por estas fechas poníamos toda la carne de miracomosuena en el asador de la sicalipsis y el desparrame, este lo dedicamos al trabajo (de otros, eso sí).
Escena de vendimia en la tumba tebana de Najt. Hacia 1403 a.C.
La   vendimia y la elaboración del vino es una práctica ancestral en el ámbito cultural mediterráneo, como atestiguan estas bellas imágenes.
Sátiros y ménades de vendimia en una cerámica griega. Siglo IV a.C.
El   vino, su disfrute y su representación nos viene acompañando como parte esencial de nuestra civilización a lo largo de la vida y en las cámaras que nos transportan a lo desconocido, "hasta el infinito... ¡y más allá!".
Cúpula del mausoleo de Santa Constanza, en Roma, con escenas de viñedos,  
recolección y pisado de la uva. Siglo IV.
Nada como el vino ha bañado y mezclado tanto y tan bien lo sagrado y lo profano, dándole a la vida (aunque solo sea por un rato) la sensación de un don que merece la pena ser disfrutado.


                                                  Capiteles románicos con motivos de vendimia. Siglo XII. 

Veremos en qué queda la cosa con el imparable avance del cambio climático. ¿Vamos a tener que desplazarnos hacia el norte, y dedicarnos al chacolí y otras uvas ácidas? 
Algo debía intuir el maestro que pintó a este vendimiador leonés, que parece estar racimando pasas de una cepa escuálida. Aunque con buena cara: estaría pensando en hacer un delicioso supurado (que, en riojano y contra lo que cabría suponer, es un licor dulce elaborado a partir del prensado de las uvas pasas que se suele tomar como postre, especialmente en navidades).

El mes de septiembre en el panteón de los reyes de la Basílica de San Isidoro, de León. Siglo XII.

Felices fiestas de San Mateo a los del pueblo, y los de fuera celebradlo con "un vaso de buen vino" como pedía con toda justicia el disfrutador Gonzalo de Berceo, porque seguro que, como él, os lo merecéis.
¡Salud!



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