Vincent Van Gogh. Un par de botas. 1886. |
A Vincent Van Gogh, tan pobre y tan atormentado, sus botas le sirvieron
frecuentemente de modelo pictórico. Esos cuadros han de considerarse como una forma de autorretrato
indirecto, tan desesperada (y expresiva) como la que utilizó Goya recurriendo a un perro enterrado o
Rembrandt a través de un buey desollado.
Walker Evans. Las botas de trabajo de Floyd Burroughs. Alabama. 1936. |
Sofía Moro. Las botas buenas de Antonio. San Mamede do Río, Lugo. 2010. |
En la fosa común de San Mamede do Río (Lugo) se encontraron unas botas que sirvieron para identificar a José Antonio Rivas Carballés, allí fusilado el 4 de septiembre de 1936.
Sus coetáneos vivos las reconocieron inmediatamente como 'las botas buenas de Antonio'.
Sus coetáneos vivos las reconocieron inmediatamente como 'las botas buenas de Antonio'.
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