Félix Grande en la presentación de su obra poética completa. |
Félix Grande. Canto anónimo.
Persecución.1976. Fonogram-Philips.
Quizá por eso tuvo una inclinación permanente hacia el flamenco (sobre el que creó obras que se han convertido en ilustrativa referencia canónica sin perder su característica voz personal, libre -en palabras de Caballero Bonald- del “penoso acarreo de basuras retóricas” que siempre ha amenazado a la “flamencología”) y una debilidad especial por los gitanos (cuya infame persecución estudió y recreó en una obra cantada cabalmente por un pletórico Juan Peña, El Lebrijano).
Juan Peña, El Lebrijano. Me vienen siguiendo.
Su condición de guitarrista notable le dio una cualificación especial a las valoraciones que hizo sobre la historia y el presente de arte tan complejo, y tuvo una complicidad con Paco de Lucía envidiable, ese tipo de relación que solo se establece entre los que se sienten como iguales.
Dos "monstruos" joviales. |
El largo y privilegiado vínculo que estableció con la creación literaria hispanoamericana dio a su obra un abanico de intereses y una musicalidad especial, muy de agradecer por su peculiaridad única en las letras españolas.
Pero la honrada radicalidad de sus principios y de sus convicciones le llevó a meterse en profundos charcos (valgan, como ejemplo, uno “musical” sobre los prejuicios antiflamencos y filoracistas de Andrés Segovia, y otro “poético” sobre la calumnia colgada como verdad oficial u oficiosa a Luis Rosales) de los que no obtuvo, por supuesto, ninguna ventaja.
Portada de Persecución (1976), a partir de una foto de Rafael Barbajero. |
Si a esa facilidad para “lo incorrecto” se añade cierta incapacidad genética para tragar ruedas de molino, enseguida llegamos, por secretos motivos y sin causa aparente, a la persona adecuada para recoger desprecio y ningunéo, situación especialmente sangrante en un país donde la mediocridad campa a sus anchas y reina por doquier. Pero él, discreto y humilde, miraba para otra parte y seguía dando gracias a la vida.
Félix Grande. Mérida, 4.02.1937 - Madrid, 30.01.2014. |
"Tal como van las cosas tal como va la herida
puede venir el fin desde cualquier lugar
Pero caeré
diciendo que era buena la vida
y que valía la pena vivir y reventar
Puedo morir de insomnio de angustia o de terror
o de cirrosis o de
soledad o de pena
Pero hasta el mismo fin resistirá el fervor
me
moriré diciendo que la vida era buena
Puedo quedar sin casa sin
gente sin visita
descalzo y sin mendrugo ni nada en mi alacena
Sospecho que mi vida será así y ya está escrita
Pero caeré
diciendo que la vida era buena
Pueden matarme el asco la vergüenza o
el tedio
o la venal tortura o una bomba homicida
Ni este mundo ni yo
tenemos ya remedio
Pero caeré diciendo que era buena la vida
Tal
como van las cosas mi corazón se llena
de puertas que se cierran con
sigilo y temor
Pero caeré diciendo que la vida era buena
la quiero
con cansancio con horror con amor"
Félix Grande. Poética. De Otros poemas. 1974.
Recogido en Una grieta por donde entra la nieve (Antología)
Renacimiento. 2006.
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