Carlos Marzal es un notable poeta (unánimemente reconocido y valorado) que cultiva como ocupación complementaria el aforismo con la intención de "muscular una parte distinta de la anatomía del pensamiento".
Tiene un blog (País Portátil) en el que, demasiado de vez en cuando, cuelga lo que llama el "aforismo del día", unas veces a palo seco y otras acompañado de una imagen.
Esta primavera editó en Tusquets, con este collage de un amigo suyo en la portada,
Felipe Benitez Reyes. El fumigador de aforismos. Collage. 2013. |
una estupenda colección bajo el título de La arquitectura del aire, que tiene como mascarón de proa esta sentencia de George Santayana :
"El aire libre es también una forma de arquitectura".
(Y de urbanismo, y hasta de urbanidad: toda una recomendación de cara al otoño que se nos viene encima. Hay que echarse a la calle. Para construir).
Como buen poeta tiene un excelente oído, y es frecuente en su obra la mención al sonido en sus múltiples modalidades. Traemos aquí una pequeña muestra:
"Es falso que el ruido no deje oír: lo que hace es resaltar aquello que merece ser oído".
"¿Hay algo, música, que no sepas decir?"
"Sólo se quejan del ruido los que no saben percibir la armonía".
"La lengua propia es tener mucho trabajo hecho".
"¿Y si se pudiera vivir musicalmente?"
"También se piensa por asociación musical de las palabras".
"Lo que decimos de la música nunca está de más, sino de menos: siempre es menos que la música".
"Hemos convertido el ruido en algo tan natural como la música, siendo algo tan artificial como el silencio".
"Hay música para todo, pero ¿hay música para nada?"
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