miércoles, 11 de diciembre de 2024

Las herramientas de Alfredo

F.G. Idolillo esbelto e Idolillo tocho. 2024.
Del ajuar laboral de Alfredo Rodríguez, que fue tan excelente carpintero como persona, su hija Teresa me ha regalado unas preciosas herramientas de las que aquel se sirvió durante décadas para acometer sus delicados y variadísimos trabajos.
Siempre he tenido debilidad por las herramientas, seguramente porque han formado parte de mi entorno familiar, y cada vez les presto más atención. 
F.G. Idolillo Brancusi e Idolillo giróvago. 2024.
Me gustan por su humildad, por su forma sencilla y funcional, por su eficacia y versatilidad; porque son duraderas y resistentes, económicas, de muy escaso mantenimiento y sin gastos de conservación o consumo; 
F.G. Idolillo tocho. 2024.
porque fueron creadas pensando en la escala y las necesidades humanas, a la medida de la mano y de la mirada; me gustan por ser intuitivas, y porque en consecuencia no necesitan instrucciones y apenas aprendizaje; 
F.G. Idolillo Brancusi. 2024.
también me gustan por el nombre genérico que las agrupa y por los particulares de su enorme variedad, que casi siempre enuncian precisa y directamente lo que son y nada más; también me gustan sus hermosos sinónimos, tales como "utensilio", o "artefacto", o "artilugio", o tantos otros creados desde el afecto y por el apego, por la amigable complicidad entre útil y usuario; 
F.G. Idolillo esbelto. 2024.
me gustan mucho porque pasaban de mano en mano, como parte de herencias o como regalo, porque en ellas no cabía considerar la obsolescencia ya que no están sujetas a las modas ni al capricho, y porque me recuerdan un precioso poema de Bertolt Brecht que empieza confesando que "de todos los objetos, los que más amo son los usados. (...) Impregnados del uso de muchos, a menudo transformados, han ido perfeccionando sus formas y se han hecho preciosos porque han sido apreciados muchas veces"; 
F.G. Idolillo giróvago. 2024.
me gustan por las altas prestaciones que posibilitan desde su humildad, tan arraigada en la tradición y en consecuencia insuperable; me gustan porque extienden el cuerpo de quien las usa, dándole alas y haciendo posibles los frutos de su imaginación; porque nos fortalecen supliendo nuestras limitaciones; porque lo hacen todo más fácil, y a veces hasta lo hacen posible.

F.G. La Venus fértil. 2024.
También me gustan por su equilibrada belleza, y especialmente por su capacidad evocadora, porque siempre que veo colecciones arqueológicas o etnográficas veo en aquellos lejanos tesoros, en sus idolillos y en sus enseres, la raíz y las manos que crearon las herramientas de las que todavía hoy nos servimos, el recuerdo de lo que somos. 
F.G. La Venus de la madera. 2024.
Y también me gustan porque me recuerdan a los amigos (Balanza, Pájaro, Monta, Reyes,...) que me regalan su tiempo y me prestan herramientas y atenciones, compartiendo conmigo sus privilegiados espacios de creación y sueños. Y porque me recuerdan a Alfredo.
Aspecto del montaje de luz y sombras, con algunas de las herramientas de Alfredo. Foto Casa de la imagen.
(Las puedes ver en la Casa de la Imagen, de Logroño, hasta el 20 de diciembre, dentro de mi exposición luz y sombras)

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