viernes, 6 de diciembre de 2024

Pendiente de un hilo

 F.G. Un viejo dolor (el punto crítico). 2024.
El hermoso prisma de roble, regalo de mi amigo Monta, coleccionista y amaestrador de maderas, formó parte de una viga en una gran construcción, y perdió su función sustentante manteniendo todas sus cualidades: buena conservación general, alta densidad y un precioso color pardo amarillento homogéneo, lo que parece indicar que procede en su totalidad del duramen de un árbol muy viejo, sin duda centenario.
F.G. La "cara sur" de Un viejo dolor (el punto crítico). 2024.

Al principio pensé utilizarlo como soporte de algún otro objeto, o como parte de un ensamblaje con otras maderas, pero mientras lo iba limpiando le veía nuevas virtudes, especialmente las referidas a los anillos de crecimiento, perfectamente dibujados en los dos planos pero con diferencias considerables para tamaño tan reducido.

F.G. Detalle constructivo del templo Tenryu-ji, de Kioto. 04.2024.

Opté temporalmente por presentarlo horizontal, como una viga, colgado de la pared por una de las bases y mostrando la otra como un "dibujo encontrado" de los que abundan en la exposición, pero cuando decidí el lugar en el que lo iba a presentar dentro de la Casa de la imagen (una especie de hornacina que seguramente fue un armario empotrado en una vida anterior del edificio) decidí presentarlo vertical, enmarcado por la encalada arquitectura pero tratando de conseguir la ligereza de la que carece a través de las sombras que él mismo generaba una vez distanciado del suelo y de las paredes. Para la "levitación" conté con la magia de José Carlos Balanza, excelente escultor y amigo siempre dispuesto a resolver quimeras.

 F.G. Un viejo dolor (el punto crítico). 2024.
El corte drástico de la madera me recordaba la amputación de un miembro, limpia y traumática a la vez, y para marcar "el punto crítico", después de varias opciones, opté por una preciosa plomada de hierro suspendida del techo mediante una liza de cáñamo, tensa sobre el punto que marca el nacimiento de lo que fue un árbol. El trampantojo podría hacer pensar que todo estaba pendiente de un hilo. Como cualquier otra circunstancia de la vida, ese "viejo dolor".
Sumaba así otro par de utensilios de trabajo ya en desuso a la abundante colección de herramientas que proliferan en mis ensamblajes.

(Puedes verla en la Casa de la Imagen, de Logroño, hasta el 20 de diciembre, dentro de mi exposición luz y sombras)



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