Roy Lichtenstein. Chica ahogada. 1963.
"Como no me obedezcas, dejo que te hundas", le dice alto y bien clarito Mamá a su retoña mientras trata de enseñarle a moverse entre dos aguas en la piscinita de chapoteo. Y se lo dice por su bien, naturalmente.
Oído al vuelo asombrado. |
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