martes, 27 de abril de 2021

Lorca vive

Consuelo Trujillo como Bernarda Alba. 2021.
Por esas casualidades de la vida he visto casi seguidas la excelente interpretación de Consuelo Trujillo al frente de las mujeres de La casa de Bernarda Alba, en la nueva puesta en escena que ha hecho José Carlos Plaza del imperecedero clásico de Federico García Lorca, y el sainete trágico de fräulein Rottenmeier Monasterio banalizando las amenazas de muerte de otros y creciéndose chulapona y mendaz frente al mínimo atisbo de decencia y prudencia democrática. Sólo le faltó gritar “viva la muerte” (ajena) como hicieran algunos de los santos de sus confesadas devociones.
La casa de Bernarda Alba, versión de1984.
Es una pena: asusta pensar qué educación habrá tenido que padecer esta pobre mujer, y, sobre todo, que educación estará infligiendo a sus vástagos.
Federico García Lorca en una audición en Radio Stentor, en Buenos Aires. EFE.
Se entiende por qué el fascismo español (el de siempre: el de antes y el de ahora) no soporta a Lorca: sienten que los retrata a la perfección, de cuerpo entero, y lo que ven les da tanto miedo como asco.


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